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Las listas de espera baten un nuevo récord: 793.521 pacientes aguardan una operación

Los datos de diciembre muestran un empeoramiento en todos los indicadores: crece también el tiempo medio para la cirugía y para las citas con el especialista

Pablo Linde
Una operación quirúrgica en el hospital Ramón y Cajal de Madrid, el pasado enero.
Una operación quirúrgica en el hospital Ramón y Cajal de Madrid, el pasado enero.James Rajotte

Más pacientes que nunca esperan en España una operación quirúrgica: 793.521, lo que es un nuevo récord histórico en el sistema sanitario público y suponen 87.781 personas más que en diciembre de 2021. Los datos, de diciembre del año pasado y publicados ahora por el Ministerio de Sanidad, muestran también un aumento del tiempo medio para una intervención (122 días) y el porcentaje de pacientes que aguardan más de seis meses (22%).

Todos los principales indicadores han empeorado, algo que suele ser habitual en diciembre (con respecto a junio, cuando también se miden). Pero no solo muchos pacientes aguardan (lo que en parte también tiene que ver con el envejecimiento de la población), sino que también sube el tiempo para ver al especialista (95 días) y es más alto que nunca el porcentaje de estas citas que se demoran más de 60 días (55,9%). Y, aunque las listas de espera no constituyen la estadística definitiva para medir el rendimiento del sistema, sí son un indicador de los muchos problemas por los que atraviesa.

Estas medias tienen detrás realidades aún más preocupantes. La letra pequeña dice, por ejemplo, que más del 43% de los pacientes que necesitan una intervención de neurocirugía tienen que esperar más de seis meses; más del 30% en el caso de traumatología. “Llama la atención que el número de intervenciones quirúrgicas realizadas esté todavía por debajo del de 2019, 22.000 menos, lo cual no abre muy buenas expectativas respecto a su evolución”, dice Marciano Sánchez-Bayle, presidente de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP).

Y estas cifras ya están previamente depuradas por las comunidades autónomas, que pueden maquillarlas por distintas vías. En Madrid (una de las autonomías con mejores datos), por ejemplo, pasa un tiempo entre que el especialista prescribe la intervención y que el paciente es llamado. Es un lapso que no se tiene en cuenta para la estadística.

Las listas de espera quirúrgicas son, en definitiva, un contador que se activa cuando la persona debería estar a las puertas del quirófano. Pero antes de eso hay un recorrido que pasa por una atención primaria saturada y por unas citas con especialistas que se pueden demorar meses.

Es el caso de Rafaela, de 73 años y madre de Óscar Hernández (que cuenta a EL PAÍS su experiencia). Hace unos meses comenzó con unos dolores en el estómago. Fue a su médico de primaria en la sierra de Madrid. Le mandó unas analíticas que no fueron concluyentes, así que le derivó al especialista en digestivo. Eso ocurrió el 25 de noviembre de 2022 y la cita es para el 20 de junio de este año. “Los dolores van por rachas, aunque mi madre no es de mucho quejarse. No son como para ir a urgencias, pero realmente tampoco sabemos lo que tiene, porque es el especialista quien tendrá que diagnosticar. Y para eso probablemente harán falta más pruebas y más citas”, explica.

En teoría, la especialidad de digestivo no está entre las más saturadas, con una demora media de 94 días (un día menos que el promedio nacional) En Madrid, la cifra baja a 64 días, según los datos publicados ahora por Sanidad. Rafaela tendrá que esperar 207 días o, lo que es lo mismo, siete meses.

Las especialidades con más pacientes en larga espera son oftalmología, traumatología y dermatología. Más del 60% tuvieron que esperar más de 60 días a ser atendidos por el especialista. Y esto se refiere solo a la primera cita. No hay datos para las segundas.

Traumatología es la especialidad que más pacientes acumula en espera para una operación (190.990), seguida de oftalmología (172.093, de los cuales 126.843 esperan una operación de catarata) y cirugía general y de digestivo (145.149). La siguiente queda a mucha distancia: es urología, con 66.304 personas aguardando una intervención.

Por comunidades autónomas, Castilla-La Mancha y Canarias son las que peores datos presentan para las esperas quirúrgicas, con un tiempo medio de 157 días, seguidas muy de cerca por Extremadura (156) y Cantabria (154). La Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha ha enviado esta tarde un comunicado pidiendo al ministerio una rectificación en los datos, ya que, asegura, su media de espera es de 106 días. En el extremo opuesto se sitúa Madrid (63 días), seguida de País Vasco (73) y Galicia (75).

En cuanto a consultas externas, las comunidades a la cola son Andalucía (123 días de espera como promedio) y Canarias (121). Los mejores registros los tiene, con diferencia, País Vasco (48 días), seguida a algo de distancia por La Rioja y Galicia (66 en ambos casos).

En opinión de Sánchez-Baile, no se han solucionado “los graves problemas” de demora que había en el Sistema Nacional de Salud y “es evidente que no está dando respuesta a las necesidades” que existen. “Esto pone de relieve que las diferentes administraciones, tanto a nivel central como autonómico, no están abordando con la celeridad ni los medios necesarios los problemas del sistema y que no se está garantizando una atención de calidad para la población en un tiempo razonable”, añade.

El sindicato mayoritario de enfermería, SATSE, envió hace menos de un mes una batería de propuestas al Ministerio de Sanidad para hacer frente a estas crecientes listas de espera. Se trata de un “plan de choque” que incluye 100 actuaciones, como generalizar un horario normalizado de atención por la tarde todos los días de la semana; la generalización de la consulta de alta resolución, o la potenciación de los centros de especialidades y la hospitalización domiciliaria.

SATSE plantea la instauración de la consulta de alta resolución/acto único, para evitar las múltiples citas de un mismo usuario hasta completar la realización de un diagnóstico o una intervención; un control efectivo de las agendas y citas en consulta; establecer un circuito diferenciado en consultas y quirófano con personal adicional y horario independiente, e implementar una adecuada digitalización de la historia clínica y una correcta coordinación de las herramientas informáticas para lograr un seguimiento compartido y coordinado.

Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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