California dice adiós a lo peor de la sequía tras una decena de tormentas
El gobernador Gavin Newsom pone fin a medio centenar de disposiciones de ahorro de agua que afectaban a 27 millones de personas
Fin de ciclo en California. El paso de una docena de tormentas desde diciembre han logrado algo inimaginable hace apenas algunos meses: que un Estado conocido por su falta de agua pueda decir adiós a lo peor de la sequía. Las condiciones que han dejado el paso de fenómenos conocidos como ríos atmosféricos ha llenado las reservas y disminuido el agobio para miles de agricultores del centro de la entidad. Este viernes, el Gobierno estatal ha anunciado el fin de medio centenar de disposiciones dictadas en los dos últimos años para ahorrar agua.
“¿Se ha terminado la sequía en California? Se siente así y me gustaría afirmar que debería ser así, pero sigue siendo complicado”, ha señalado este viernes el gobernador Gavin Newsom. El mandatario local ha apostado por la cautela después de años de exigir a los 40 millones de californianos que debían reducir el consumo del agua en lo que han sido los tres años más secos registrados desde 1896, cuando comenzaron a contabilizarse. “Sé que es decepcionante para algunos porque sería muy bueno que el gobernador dijera ‘la sequía se ha acabado’”, añadió Newsom desde Dunnigan, una zona al norte de Sacramento donde se cultiva arroz y almendras, dos productos que requieren de mucho volumen de agua para prosperar.
El Departamento de Agricultura indica en su informe semanal que la mayoría de California ya no sufre estas condiciones de sequía. Esta permanece en el 36% de su territorio. Es un cambio drástico comparado con lo que se vivía tres meses atrás, cuando todo el Estado la sufría. Los ríos atmosféricos han traído lluvias que han hecho que se supere generosamente el promedio de precipitaciones en la temporada. Sucede lo mismo con la nieve. Los sistemas montañosos tienen el 223% del promedio anual para esta altura del año. Este es un indicador importante para seguir nutriendo los depósitos de agua durante el verano y otoño. “Estas son buenas noticias”, ha afirmado Wade Crowfoot, el secretario de Recursos Naturales de California.
Doce de las diecisiete presas de California están por encima del promedio histórico para esta altura del año. Los depósitos están en su punto más alto en tres años, por lo que el Gobierno ha anunciado que se hará cargo del 75% del suministro dirigido a los distritos que dan servicio a 27 millones de personas. El año pasado, las autoridades estatales solo contribuyeron a la red con el 5%. Esto ocasionó que la mayoría de los condados decretara duras restricciones para reducir el consumo. La contribución de este año es la mayor desde 2017, un año donde severas tormentas acabaron con seis años de sequía. Las condiciones volvieron tres años más tarde.
Newsom pone fin hoy a un total de 48 disposiciones para el ahorro de agua. Una de ellas, anunciada en octubre de 2021, solicitaba el esfuerzo voluntario de los californianos para reducir un 15% la demanda de la red. Esto fue un fracaso. El ahorro del suministro apenas llegó a 6% en enero. El gobernador ha dejado en pie otras 33 medidas para evitar el despilfarro. Se mantiene la prohibición de riego 48 horas después de una lluvia, la utilización de mangueras y el uso de agua en pasto decorativo de zonas comerciales y negocios, entre otras.
Aunque las condiciones han mejorado, el Gobierno mantiene el estado de emergencia, una facultad que le permite actuar rápidamente y atacar las consecuencias que han dejado tres años de seca en la región. Las autoridades, no obstante, han dicho que hay dos zonas especialmente afectadas por la sequía. Una de estas es la frontera entre Oregón y California, cuyo abastecimiento depende del río Klamath, que no se ha visto beneficiado por las tormentas. Algo similar sucede con el río Colorado, que nutre a buena parte del sur de California. El Estado también sufre de sus depósitos subterráneos. El 62% de sus pozos han sido sobreexplotados en los últimos años y están por debajo de los niveles normales.
California se prepara para enfrentarse a condiciones meteorológicas cada vez más extremas. “El azote del clima que hemos vivido en los últimos meses nos deja muy claro que nosotros y nuestro sistema hídrico tenemos que adaptarnos a bandazos de sequía e inundaciones”, ha dicho Newsom en la conferencia de prensa. Se prevé que una nueva tormenta entre sobre el territorio la próxima semana, lo que puede dejar nuevas inundaciones, derribar vientos y elevar las presas a su límite. Son imágenes que hace unos cuantos meses eran algo más que improbables.
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