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Alerta en Europa tras 14 casos graves de botulismo en pacientes que viajaron a Turquía a someterse a una operación para adelgazar

Las autoridades sanitarias piden a los países extremar la vigilancia tras detectar 12 afectados en Alemania, uno en Suiza y otro en Austria atendidos en una clínica de Estambul a finales de febrero

Gente paseando por la avenida Istiklal de Estambul, en 2022.
Gente paseando por la avenida Istiklal de Estambul, en 2022.Emrah Gurel (AP)
Oriol Güell

Las autoridades sanitarias de la Unión Europea (UE) se han puesto en alerta tras la detección de 14 casos de botulismo en pacientes que viajaron a finales de febrero a Estambul (Turquía) para someterse a una operación para perder peso que consiste en inyectar toxina botulínica en el sistema digestivo. Varios de los afectados han sido hospitalizados y algunos de ellos han requerido ser ingresados en la UCI, según consta en el boletín de riesgos publicado por el Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades (ECDC).

La Dirección General de Salud de la Comisión Europea, la oficina en el continente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las autoridades de Alemania (que ha diagnosticado a 12 personas), Austria (uno) y Suiza —que no es miembro de la UE, pero tiene a Francia como enlace y que ha registrado otro caso— mantuvieron el pasado viernes una primera reunión telefónica para evaluar la situación. El ECDC ha hecho un llamamiento a todos los países europeos “a notificar cualquier información que pueda ser relevante en relación a este brote”.

Todos los hospitales españoles han sido informados del brote por los cauces habituales para extremar la vigilancia. El Ministerio de Sanidad ha informado a las 11.40 de este lunes que no tiene información de ningún caso en España. “Se mantiene una vigilancia activa y una constante monitorización” del brote, ha explicado un portavoz.

El temor de las autoridades es que los casos detectados sean solo los primeros y que en próximas fechas puedan notificarse más, ya sea porque los afectados aún no han empezado a sufrir síntomas o porque ya están siendo tratados en hospitales del continente, pero los médicos todavía no han relacionado su proceso clínico con el brote.

Operaciones estéticas baratas

Decenas de miles de europeos viajan cada año a Turquía a someterse a operaciones estéticas, que son mucho más económicas que en los países de la UE. La operación que está en el centro de las investigaciones es la inyección intragástrica de toxina botulínica, intervención que según los precios más comunes observados por EL PAÍS suele costar unos 8.000 euros en España y menos de 2.000 en Turquía. Pero hay más, como el uso de la misma toxina botulínica para eliminar arrugas de la cara, implantes de pelo y rinoplastias (operaciones de nariz), entre otras.

La inyección intragástrica de esta toxina bloquea un neurotransmisor que provoca “un potente y duradero efecto inhibidor sobre la contracción de la musculatura lisa y estriada” del sistema digestivo, según un artículo científico publicado por investigadores de la Universidad de Málaga. Esto provocaría “el retraso del vaciamiento gástrico y la inducción de saciedad temprana, con la consiguiente disminución de la ingesta y la pérdida de peso”.

Las autoridades recomiendan a cualquier persona que haya viajado a Turquía a someterse a una operación de cirugía estética que implique el uso de la toxina botulínica y que sufran síntomas compatibles con el botulismo, como debilidad muscular o dificultad para tragar o respirar, “busquen asistencia médica de forma urgente”.

Una simple búsqueda en internet revela que existen decenas de clínicas en ese país y empresas especializadas en este turismo sanitario. Pero, además, muchas personas organizan los viajes por su cuenta, como la mayoría de los ahora afectados, lo que eleva la incertidumbre sobre el número de posibles afectados. Las primeras investigaciones sitúan el centro del brote en una clínica de Estambul, donde todos los afectados se sometieron a la intervención entre el 22 y el 25 de febrero.

Las primeras alertas saltaron en Alemania hace aproximadamente una semana. ”Hasta el 10 de marzo, el país ha reportado 12 casos de botulismo, aparentemente iatrogénico, debido a inyecciones intragástricas de toxina botulínica”, recoge el boletín del ECDD. El botulismo iatrogénico, que suele deberse a un exceso en las dosis administradas, es uno de los efectos secundarios más graves que pueden presentarse en este tipo de intervenciones. Se manifiesta con una creciente debilidad muscular y parálisis que llega a comprometer funciones vitales como la respiración.

Los 12 casos detectados en Alemania corresponden a “adultos de media edad procedentes de varias regiones del país”. Las entrevistas con los afectados revelan que el viaje fue organizado por los propios pacientes, que “contactaron con la clínica mediante un grupo de WhatsApp”. De los ocho casos de los que se dispone mayor información, todos se operaron en la misma clínica.

Austria ha notificado el caso de una mujer de entre 25 y 44 años, que viajó a Estambul por su cuenta y fue intervenida el 22 de febrero en el mismo centro sanitario. Fue hospitalizada ya de vuelta a su país con “ptosis [caída del párpado sobre el ojo], dificultad para tragar y respirar, debilidad del cuello y debilidad muscular generalizada”, según el ECDC.

Suiza ha notificado a través de Francia otro caso sospechoso, el de una mujer de 45 a 64 años, que también recibió una inyección intragástrica de botulismo en la misma fecha y clínica.

Lotes fraudulentos

Según el informe del ECDC, la OMS lanzó en agosto del año pasado una alerta tras detectarse durante los meses anteriores lotes de toxina botulínica fraudulentos comercializados de forma irregular en Jordania y Turquía (mayo), Kuwait y el Reino Unido (junio) y Polonia. “Se desconoce, sin embargo, si alguno de estos lotes está relacionado con el brote”, sostienen las autoridades europeas.

El ECDC recuerda que no es la primera vez que se producen episodios similares: “Brotes de botulismo iatrogénico, a veces relacionados con toxina botulínica de contrabando o sin licencia, han sido detectados en el pasado tras su uso en distintos tipos de intervenciones en países como Egipto y Turquía”.

Las autoridades europeas alertan de que “los síntomas del botulismo pueden ser muy graves y requerir ingresos en unidades de cuidados intensivos”, tras las que la recuperación suele prolongarse durante “semanas o meses”. Aunque existe muy poca bibliografía publicada sobre la mortalidad del botulismo iatrogénico, el ECDC recuerda que en otras formas de botulismo esta asciende a “entre el 5% y el 10% de los casos”.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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