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El movimiento antiaborto en EE UU planea sus próximos pasos tras el fin de Roe contra Wade

“Continuaremos adelante hasta que este abuso sea cosa del pasado”, ha declarado la presidenta de la Marcha por la vida, Jeanne Mancini, ante miles de manifestantes en Washington

Manifestantes en la Marcha Nacional por la vida este viernes en Washington
Manifestantes en la Marcha Nacional por la vida este viernes en WashingtonCHIP SOMODEVILLA (Getty Images via AFP)
Macarena Vidal Liy

Miles de manifestantes contrarios al derecho al aborto han participado este viernes en la Marcha por la vida, la mayor concentración anual en Estados Unidos contra la interrupción voluntaria del embarazo, en el National Mall, el parque nacional frente al Capitolio en Washington. El ambiente era de júbilo. Era la primera edición de esta marcha desde que el Tribunal Supremo canceló de un plumazo en junio pasado la sentencia Roe contra Wade, que durante medio siglo protegió el derecho al aborto en todo el territorio nacional. La medida ha sembrado el caos en el panorama de la salud reproductiva en el país. Pero, espoleados por su triunfo, los militantes del campo antiabortista prometen no conformarse con ella.

“La lucha solo acaba de empezar”, aseguraba Wilhelmina Swaub, estudiante de 23 años, recién llegada desde su universidad católica para participar en la manifestación. “No acabará hasta que no haya desaparecido esta cultura de la muerte y a la gente no se le ocurra pensar que el aborto es la solución para nada”.

Desde el podio y las pantallas gigantes desde los que los organizadores se dirigían a los manifestantes, la presidenta de la Marcha, Jeanne Mancini, repetía la misma idea. “Hemos conseguido nuestra victoria más significativa hasta el momento, pero el abuso contra los derechos humanos que es el aborto dista mucho de haber acabado... Continuaremos adelante hasta que este abuso sea algo del pasado y algo inconcebible”, aseguraba.

Familias enteras, mucha gente joven ―como Wilhelmina, muchos habían acudido con sus compañeros de clase de centros de estudios cristianos―, y algún que otro sacerdote vestido con sotana tradicional se encontraban entre el público que le aplaudía entusiasmado. En las pancartas que agitaban, mensajes como “Provida: la idea radical de que los bebés son personas” o “Exijo protección desde la concepción”. Entre los jóvenes, se repetían carteles que proclamaban: “Soy la generación post-Roe”.

La Marcha por la vida se celebró por primera vez en 1974, un año después de que la sentencia Roe contra Wade garantizara la protección del derecho al aborto en todo el territorio estadounidense, basándose en el derecho constitucional a la intimidad. Desde entonces, los militantes antiabortistas habían prometido hacer cuanto estuviera en su mano para conseguir la derogación de aquel dictamen.

Lo consiguieron el 30 de junio del año pasado. Aquel día, el Tribunal Supremo declaraba errónea aquella sentencia, en un dictamen que contó con el apoyo de seis jueces y la opinión contraria de tres. A partir de entonces, quedaba en manos de cada Estado decidir si permite o no el aborto, y en caso afirmativo, bajo qué circunstancias.

Una vez conseguido aquel objetivo, la nueva edición de la marcha busca empezar a construir un consenso sobre cuáles son los próximos pasos a dar. Algo que figura expresamente en su lema de este año: “Los próximos pasos: marchando adelante en los Estados Unidos post Roe”. Aunque los antiabortistas están de acuerdo en continuar su presión, las opiniones están divididas acerca de cuáles deben ser los objetivos concretos por los que luchar.

Algunos, como la estudiante Carla Martínez, que acudía por primera vez a esta marcha, consideran que ahora el movimiento debe centrarse en conseguir “que cada Estado legisle” contra la interrupción voluntaria del embarazo. Otros son partidarios de una prohibición federal.

Protección del aborto en algunos estados

Cualquiera de los dos objetivos parece improbable en la situación actual. Desde el dictamen del Supremo, una docena de estados bajo control republicano han aplicado prohibiciones al aborto, y varios más planean imponer medidas en este sentido. Pero otros ―como California, Michigan, Kansas y Carolina del Sur― han respondido aprobando medidas para proteger el acceso legal a la interrupción voluntaria del embarazo.

Una medida federal en uno u otro sentido es impensable. El presidente, Joe Biden, y los demócratas han prometido defender el derecho al aborto. Y aunque la nueva mayoría republicana en la Cámara de Representantes presentara propuestas contra la protección del aborto, esas medidas no tendrían perspectivas de prosperar: los demócratas cuentan con mayoría en el Senado.

Biden, que había prometido legislación para proteger el derecho al aborto en todo el territorio federal si los demócratas hubieran ganado el control de las dos cámaras del Congreso en las elecciones de medio mandato de noviembre, ha respondido con una proclamación que marca el 22 de enero, este domingo, como el 50 aniversario de Roe contra Wade. “Nunca antes el Supremo había eliminado un derecho tan fundamental para todos los estadounidenses”, declara. “Al hacerlo, pone en riesgo la salud y las vidas de las mujeres en todo el país”.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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