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Chabolista.es, el portal que descubre “la casa que no habías imaginado a 15 minutos del centro”

Una campaña de la Fundación Secretariado Gitano imita a las páginas web de alquiler y venta de pisos para reclamar la erradicación de las infraviviendas, donde en 2015 vivían 2.000 familias gitanas en España

Campaña de la Fundación Secretariado Gitano para pedir la erradicación del chabolismo.

Loft tranquilo a las afueras de la ciudad con jardín comunitario, totalmente equipado”; “vivienda ideal para parejas en zona residencial, plaza de parking incluida y trastero”. Parecen anuncios de cualquier portal inmobiliario. Pero este es diferente. Se llama chabolista.es y muestra casas que ninguna página web inmobiliaria incluiría en su catálogo. Es una campaña de la Fundación Secretariado Gitano, que recuerda las cifras que demuestran la magnitud del problema. Según sus cálculos, de 2015, hay 270 asentamientos en los que viven 2.000 familias gitanas, es decir, unas 11.000 personas que viven en condiciones indignas. Una realidad a la que además hay que sumar la de otras miles de personas, migrantes y temporeros. Al entrar en el portal, chabolas en la Comunidad de Madrid, en Andalucía y en Galicia se plantan frente a los ojos del espectador. “Las casas que tenemos existen. Y no las vas a encontrar en otro portal”.

El tono irónico de la campaña se verá en anuncios en redes sociales y medios digitales. “El chabolismo vulnera los derechos fundamentales de las personas y tiene un gran impacto sobre los valores y principios que defendemos como sociedad en España. Erradiquemos el chabolismo. Asumamos nuestra responsabilidad como sociedad”, se lee en el manifiesto colgado en el portal. La fundación lo reclama de forma urgente. “La cuarta economía europea no se puede permitir dar la espalda al chabolismo en España”, se añade. Erradicarlo debe ser “una cuestión de Estado”. La fundación recabará firmas a través de la web, y quiere que la ley de vivienda que se está tramitando en el Congreso sea el marco en el que se exija la creación de un Plan Nacional para acabar con esta realidad, que “vulnera el derecho a la vivienda digna y perpetúa situaciones de pobreza, segregación y discriminación”. Especialmente la pobreza infantil, que cercena las oportunidades de miles de niños.

Anuncios publicitarios en tono irónico que la Fundación Secretariado Gitano incluye en su campaña para erradicar el chabolismo.
Anuncios publicitarios en tono irónico que la Fundación Secretariado Gitano incluye en su campaña para erradicar el chabolismo.Fundación Secretariado Gitano

Mercedes Borja, que tiene 27 años y cuatro hijos y vivió durante años en la Cañada Real, en Madrid, relata cómo ponía a sus hijos bolsas de basura a modo de zapatos para llevarles al colegio. “No hay asfalto, eso no era ni camino ni nada”, expresa. El bus más cercano estaba andando a varios kilómetros, y era especialmente complicado cuando llovía. Lo mismo le pasaba a David Gabarri, de 26 años. El joven vivió su infancia y adolescencia en O Portiño, un asentamiento chabolista de alrededor de 300 personas en A Coruña. “Era un camino de más de un kilómetro en medio de la nada, y no había buses que me acercaran al primer colegio al que fui”, cuenta. Para hacer los deberes que le mandaban, debía buscar conexión a internet en un centro cívico. Más tarde cambió a otro colegio para el que existía una línea de bus, al que conocían como “el bus de los gitanos”. “Era el único que llegaba hasta ahí”, cuenta Gabarri. “No teníamos luz, a veces no teníamos agua”, prosigue la mujer. Cuenta que su casa fue demolida sin orden judicial, y que estuvo durmiendo en instalaciones del Samur Social. Ahora vive con su familia en un piso. “A veces me levanto, le doy al interruptor y pienso: ‘¡Ay, si tengo luz!’ Son cosas que ahora doy por sentadas, pero viví sin ellas”, concluye.

“El chabolismo existe en nuestro país, es una situación vergonzante para cualquier democracia avanzada y queremos sensibilizar a los poderes públicos y a toda la sociedad. Hay realidades de vulneración de derechos muy estructurales y parece que, lamentablemente, las hemos normalizado. Es muy indigno”, se queja Sara Giménez, presidenta de la Fundación Secretariado Gitano. Así que el primer punto es poner el foco en algo a lo que normalmente no miramos. “Queremos mostrar la realidad, en qué situación indigna viven muchas familias, en las que hay niños, personas mayores, y que se enfrentan a la falta de servicios, sin agua corriente, sin luz. Es una rueda, la vulneración de un derecho te arrastra a la de otros, como la formación, el empleo, la salud”, prosigue.

Imagen del baño en una chabola que forma parte de una campaña de la Fundación Secretariado Gitano para erradicar el chabolismo.
Imagen del baño en una chabola que forma parte de una campaña de la Fundación Secretariado Gitano para erradicar el chabolismo. Fundación Secretariado Gitan

La fundación recalca que la existencia de chabolas no es un fenómeno residual, sino “un problema estructural, persistente en el tiempo”. Giménez cuenta que el marco estratégico de la Unión Europea para la igualdad, la inclusión y la participación gitana 2021-2030 contempla la erradicación del chabolismo, y que el Parlamento Europeo ha aprobado este mismo mes una resolución sobre la situación de la población romaní que vive en asentamientos en la que se insta a la Comisión Europea y a los Estados miembros a abordar “urgentemente” la situación, con políticas adecuadas a corto y largo plazo.

“Hay herramientas financieras, desde fondos estructurales de la UE, como los FEDER o el Fondo Social Europeo +, y también los del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Además, está la financiación estatal: el actual plan de acceso a la vivienda 2022-2025 contempla la posibilidad de invertir en este ámbito, con un programa específico para erradicar el chabolismo, una línea de financiación que ha estado infrautilizada”, continúa Giménez. Asegura que existe un “paraguas perfecto” y que ahora es el momento. El objetivo es que “la casa que no habías imaginado a 15 minutos del centro” desaparezca.

Una casa como en la que creció Gabarri. Dice que uno de los mayores problemas de vivir allí era estar aislado, no poder socializar. “Yo no estaba lejos de la ciudad, a apenas dos kilómetros, y aun así el aislamiento social era evidente”, afirma. “Ahora es la primera vez que puedo invitar a mis amigos a casa”, dice. “Si llovía yo no podía bajar al centro para quedar con ellos. A veces no formaba parte de la conversación porque, claro, no tenía internet para ver YouTube y otras cosas que les interesaban”, recuerda. “De pequeño no pensaba que vivía en un barrio de chabolas. Nunca lo pensé hasta que salí”.

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