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¿Accidente de tráfico o violencia machista? La policía investiga el presunto homicidio de Jéssica Méndez en Pontevedra

La mujer, de 29 años, fue embestida en su coche por otro conductor que, según los indicios, estaba obsesionado con ella. Solo consta una denuncia previa del padre de la víctima, por rajarle las cuatro ruedas de su vehículo hace un año

Concentración de repulsa por la muerte de Jéssica Méndez en Barro (Pontevedra), el 21 de marzo de 2022.
Concentración de repulsa por la muerte de Jéssica Méndez en Barro (Pontevedra), el 21 de marzo de 2022.EUROPA PRESS (Europa Press)

Jéssica Méndez, de 29 años, murió el viernes en un hospital de Vigo. El día anterior su coche fue embestido por otro vehículo, en un stop, en la localidad pontevedresa de Barro. Para el equipo de atestados de la Guardia Civil las piezas no encajaban: no había señales de frenada en el asfalto y los testigos del accidente apuntaron a un extraño comportamiento del hombre que causó el accidente cuando chocó de lleno contra la puerta de la conductora.

La Policía Judicial abrió una investigación que en pocas horas desencadenó la detención de José Eirín, 41 años, sospechoso de haber causado de forma deliberada el accidente mortal. Tras interrogar a familiares y allegados de la víctima, los agentes tenían indicios de que el hombre, vecino de la víctima, estaba obsesionado con ella. Solo consta una denuncia previa, del padre de ella, por haberle rajado las cuatro ruedas del coche el año pasado.

El detenido ingresó en prisión, este lunes, como presunto autor de un delito de homicidio o asesinato. Pero el juez no ha podido acreditar por el momento que se trate de un nuevo caso de violencia machista. ¿Por qué? No constan denuncias previas por parte de la chica hacia su presunto agresor, ni se cumplen los protocolos de calificación al no haber existido una relación sentimental entre ambos, como han apuntado fuentes de la Guardia Civil. Hasta ahora, en España solo se considera violencia machista lo que ocurre dentro de la pareja o expareja. Aunque eso previsiblemente cambiará en los próximos meses.

Desde finales de 2018, el Gobierno trabaja en una nueva estadística de violencia machista que vaya en paralelo a la ya existente y que recoge las víctimas más allá de la pareja o expareja. Con este nuevo listado, España cumplirá con el Convenio de Estambul, ratificado en 2014; y con el pacto de Estado contra la violencia de género, aprobado por unanimidad en 2017.

Será previsiblemente entre mayo y junio cuando se hagan públicos los primeros datos, según informa una portavoz del Ministerio de Igualdad. Hay todavía cuestiones que pulir, pero esa misma portavoz asegura que “ya se están contabilizando los feminicidios, desde el 1 de enero, porque es importante que sea año completo”.

El modelo de contabilización, explica, será el mismo que se sigue en los casos de violencia de género que se cuentan oficialmente en este momento. Es decir, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado informan a la unidad de violencia de la delegación de Gobierno correspondiente de un posible asesinato; después, esas unidades informan a la Delegación de Gobierno contra la Violencia de Género y esta, a través de la cuenta oficial de Twitter, comunica que el caso en cuestión está en investigación, cuando corresponda. Una vez que el caso se confirma como violencia machista, es la Delegación de Gobierno la que informa oficialmente a efectos estadísticos.

Así, de confirmarse este caso como violencia machista, Jéssica Méndez formará parte de esa nueva estadística. Ahora, la investigación se centra en el rastreo de los teléfonos móviles del detenido y la víctima, además de otras pruebas documentales que puedan aclarar el caso y tipificarlo penalmente. Por el momento, la Policía Judicial solo cuenta con indicios sobre el perfil de presunto acosador del detenido para reconstruir una historia convincente que haga cambiar de tesis al instructor y para que las diligencias pudieran derivar a un juzgado de violencia de género.

Los indicios apuntan a una posible obsesión

La impotencia se ha apoderado de la familia de Méndez, que ha denunciado que José Eirin llevaba años detrás de ella y la vigilaba, aunque la víctima hacía su vida y tenía planes de arreglar una casa para ir a vivir con su novio. La chica trabajaba en una tienda de ropa y las familias de ambos eran vecinos en la localidad de Barro (Pontevedra).

A las nueve y media de la mañana del jueves, Méndez se dirigía al trabajo. Estaba parada en un stop cuando un brutal choque lateral arrastró su coche unos quince metros, según el atestado policial. Como consecuencia del impacto, la mujer sufrió lesiones graves y necesitó la ayuda de los bomberos para sacarla del vehículo. Varios centenares de personas se han concentrado este lunes ante el Ayuntamiento de su pueblo en repulsa contra el posible feminicidio de Méndez. Durante la concentración, amigas de la víctima han desvelado públicamente que Méndez era consciente de que el detenido estaba obsesionado con ella, informa Europa Press.

El hombre fue recibido a las puertas del juzgado en medio de un ambiente de gran tensión por parte de allegados de la víctima que llegaron a golpear el vehículo exigiendo “justicia por Jéssica”. Susana Rosillo, del movimiento feminista de Pontevedra, ha destacado que el crimen “tiene los ingredientes de ser un caso más de violencia machista en Galicia, aunque en un principio pareciese otra cosa, pero las circunstancias son las que no nos gustaría que fueran”.

“Los indicios apuntan a una obsesión, y demostrar un acoso es complicado, pero ante la duda hay que denunciar porque no se puede mirar para otro lado”, ha añadido Rosillo. Cientos de mujeres han sido y son asesinadas en España por hombres que, aunque no tuviesen una relación de pareja con las víctimas, sí responden al patrón de la violencia machista. Entre ellas las víctimas de trata y también las de explotación sexual, que habitualmente pasan más desapercibidas en los medios de comunicación y en el debate público que otras mujeres cuyos nombres y asesinatos forman parte de la memoria colectiva de la violencia.

Entre ellas Laura Luelmo, Diana Quer (2016), Sonia Carabantes (2003) o Rocío Wanninkhof (1999). En principio, ninguna formará parte de la estadística, porque no tendrá efecto retroactivo. Serán las víctimas a partir de enero de este año las que comiencen ese nuevo listado oficial de mujeres asesinadas solo por ser mujeres.

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