La costa oeste de EE UU entierra la mascarilla ante la caída de los casos
Los gobernadores de California, Oregon y Washington anuncian el fin del decreto para las escuelas. California dejará de exigirla a los no vacunados
La mascarilla ha sido una bandera política durante la pandemia en Estados Unidos. Este lunes la costa oeste ha ondeado una bandera blanca al decretar el fin de su uso en escuelas e interiores, un asunto que se había convertido en uno de los grandes reclamos de los grupos conservadores en la región, un bastión demócrata. California, Oregón y Washington han hecho un anuncio conjunto ante la caída de los contagios en las tres entidades. El oeste quiere pasar página otra vez.
Gavin Newsom, el gobernador de California, señaló que las mascarillas han sido una herramienta “efectiva” que ayuda a disminuir el ritmo de transmisión cuando este es muy veloz. La entidad, la más poblada del país, tuvo un duro arranque de año por el incremento en los infectados de coronavirus que dejó la temporada vacacional y las fiestas de 2021. En las últimas dos semanas, no obstante, el número de casos positivos han caído un 50%. El 78% de la población ya cuenta con su esquema completo de vacunación.
Todas estas son claves que han llevado a relajar las medidas. Newsom ha dicho esta mañana que, aunque “sugiere fuertemente su uso”, las mascarillas no serán obligatorias en interiores para los no vacunados desde el 1 de marzo. El mismo caso aplicará para los menores de edad y los alumnos en clases presenciales desde el sábado 12 de marzo. California era, junto con Hawái, las únicas dos entidades del país que mantenían el porte obligatorio de las mascarillas en las aulas. Las autoridades ya habían retirado hace días la medida para la población que tiene su pauta de vacunación completa.
El uso de las mascarillas en las aulas había sido un campo de batalla más en la lucha entre la izquierda y la derecha. La federación permitía a las autoridades locales elegir y California, Oregón y Washington estuvieron entre las que adoptaron las posturas más estrictas. Otros tres estados republicanos habían aprobado leyes para hacer ilegal su empleo obligatorio. Ocho entidades prefirieron no adoptar una postura clara y permitieron que cada escuela lo determinara por sí misma.
“No podemos prever el futuro del virus, pero estamos preparados para él y seguiremos basando nuestras decisiones en la ciencia”, dijo Newsom este lunes en un comunicado. Los únicos lugares donde la mascarilla sigue siendo obligatoria será en el transporte público, hospitales, prisiones, albergues para los sin techo y las residencias de ancianos.
Kate Brown, la gobernadora de Oregón, indica que el importante anuncio llega a los dos años del inicio de la pandemia. “Mientras seguimos recuperándonos de la variante ómicron, seguimos construyendo resiliencia y preparándonos para la próxima variante y la siguiente pandemia”, ha afirmado la política demócrata. La mascarilla dejará de ser un accesorio obligatorio en sitios públicos, escuelas e interiores desde el primer minuto del 12 de marzo.
En una región progresista, pero con una fuerte tendencia libertaria, los gobernadores han subrayado que pese a los nuevos decretos estatales la última decisión del uso de la mascarilla recaerá entre las familias y los negocios, que podrán seguir pidiéndolas a sus clientes, al igual que la cartilla de vacunación.
“Debemos seguir teniendo en mente que muchos en nuestra comunidad son vulnerables”, ha señalado Jay Inslee, el gobernador de Washington, quien hace poco comenzó a relajar las medidas. El mandatario local anunció la semana pasada que los habitantes de su estado, de 7,6 millones de personas, podrán quitarse, a partir del 21 de marzo, la mascarilla en interiores, escuelas y jardines de niños. Quedan excluidos hospitales, prisiones y residencias de ancianos. Desde mañana, no será necesario mostrar la prueba de vacunación para entrar a eventos masivos. La entidad calcula que con la primavera menos del 5% de los casos de coronavirus detectados necesitarán ingreso hospitalario.
El anuncio de este lunes tiene algunas excepciones. El condado de Los Ángeles, el lugar más poblado de California, no ha acompañado aún el ritmo que ha dictado Newsom desde Sacramento. Las autoridades locales han apostado por la cautela en un sitio de alta densidad poblacional. El relajamiento en esta región, y en otras como el condado de Santa Clara (San José), llegará una vez que el ritmo de transmisión del coronavirus sea moderado según los criterios de las autoridades sanitarias de la CDC. Esto es registrar menos de 730 nuevos casos diarios por al menos una semana. De momento este sigue siendo alto en varios condados del sur y norte de California, en la mayoría de condados de Oregón y en 9 de los 39 en los que está dividido Washington.
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