El miedo a ómicron acelera la tercera dosis en Alemania: dejará entrar a bares y restaurantes solo con refuerzo o test negativo
El canciller y los líderes regionales endurecen las restricciones en la restauración, que ya tiene las normas más estrictas de Europa. También han acordado acortar la cuarentena de 14 a 10 días
Alemania, uno de los países con las reglas más estrictas para permanecer en el interior de bares y restaurantes, ha decidido endurecerlas aún más para hacer frente a la ola de contagios de ómicron que prevé en los próximos días. El Gobierno quiere acelerar el ritmo de la vacunación de refuerzo y restringir lo más posible los contactos, pero sin cerrar los establecimientos de restauración, como tuvo que hacer Austria en noviembre. La solución, pactada este viernes en una reunión con los líderes regionales, es aplicar la llamada regla 2G+ en la hostelería. Solo podrán acceder a los locales los vacunados (o recuperados) que tengan la tercera dosis o que presenten un test negativo hecho el mismo día.
Hace varias semanas que a los no vacunados se les prohíbe entrar a consumir en bares y restaurantes y acceder al comercio no esencial. Las tiendas controlan a la entrada el pasaporte covid y suelen pedir también algún documento de identidad para corroborar que corresponde a la persona que lo presenta. Las excepciones son los establecimientos de alimentación, farmacias y librerías. La nueva norma pretende aligerar el ritmo de las vacunaciones de refuerzo. Actualmente cuenta ya con la tercera dosis el 41,6% de la población, una tasa elevada, superior al 32% de España. La dosis de refuerzo se administra en muchos lugares sin cita previa y está abierta a todas las edades. Berlín, por ejemplo, ha estado vacunando incluso en centros comerciales a quienes cumplen cinco meses desde la segunda dosis.
En cambio, el porcentaje de vacunados con dos dosis sigue siendo bajo si se compara con el resto de países de la Europa Occidental: es del 71,6% y apenas ha aumentado en los últimos dos meses. En España supera el 80%. Hay más de 11,5 millones de adultos alemanes que siguen resistiéndose a la inmunización. En las últimas semanas han aumentado las protestas de negacionistas y escépticos y se han producido altercados en algunas concentraciones con presencia de grupos de extrema derecha. En diciembre la Policía detuvo a un grupo de personas que planeaban atentar contra el primer ministro de Sajonia, el conservador Michael Kretschmer, al que culpaban por las restricciones contra el coronavirus impuestas en este land con la peor tasa de vacunación y el mayor número de contagios.
Reducción de cuarentena y aislamiento
Del encuentro con los presidentes regionales ha salido también la decisión de acortar el periodo de cuarentena para los contactos estrechos, que hasta ahora es de 14 días. Se reducirá a 10 y quedarán exentas de hacerla las personas que tengan contacto con un positivo pero estén vacunados con la pauta de refuerzo (con tercera dosis). En el caso de trabajadores sanitarios o de centros residenciales, que están viendo mermadas sus plantillas por las infecciones, el aislamiento si resultan contagiados será de 7 días si media una PCR negativa y si el enfermo lleva al menos 48 horas sin síntomas. Los expertos temen que el aumento del número de infecciones causadas por ómicron, la variante más contagiosa del coronavirus, pueda provocar escasez de personal en áreas críticas como los servicios hospitalarios, policía y bomberos.
El canciller, Olaf Scholz, advirtió de que se espera un alto número de infecciones por la nueva variante en los próximos días. “Por eso debemos prepararnos para esta situación, y es lo que estamos haciendo”, aseguró en la rueda de prensa posterior a la reunión. Scholz reconoció que la situación de Alemania es de momento menos preocupante que en otros países —”es mejor de lo que temíamos”—, pero en vista de la explosión de casos de ómicron registrada en el resto de Europa son de esperar “cifras más abultadas que las que vemos hoy”. El Instituto Robert Koch ha registrado este viernes 56.335 positivos y 264 fallecidos por el virus. La incidencia a siete días es de 303,4 casos por 100.000 habitantes, y lleva unos días al alza después de bajar tras el pico de noviembre y diciembre. En España la incidencia a 14 días supera los 2.500.
“Ómicron mantendrá ocupada a Alemania durante mucho tiempo”, aseguró el canciller, que animó una vez más a los alemanes a inmunizarse para evitar casos graves y proteger al sistema sanitario del colapso. Quienes aún no estén vacunados deberían ir a hacerlo “corriendo” en lugar de “caminando”, dijo. Scholz también reiteró su voluntad de aprobar cuanto antes la obligatoriedad de la vacuna, aunque reconoció que la nueva ley está ahora “en manos del Bundestag”. El primer debate parlamentario que iba a celebrarse ha sido aplazado hasta finales de enero, lo que complica la entrada en vigor en febrero, como dijo inicialmente Scholz. El canciller aseguró que el Gobierno está unido en esta cuestión y que confía en que los diputados tomen la decisión correcta cuando finalmente se vote la obligatoriedad de la vacuna.
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