Los gases expulsados por el volcán de La Palma obligan a confinar a 33.000 personas

El volcán de La Palma ha obligado este lunes a confinar a más de 33.000 personas por la “extremadamente desfavorable” calidad del aire. La situación de emergencia se ha prolongado hasta las 13.00 hora local. La concentración de dióxido de azufre en el aire en la vertiente oeste de la isla llevó al Plan de Emergencias Volcánica de Canarias (Pevolca) a declarar el confinamiento de los municipios de Los Llanos de Aridane, El Paso y Tazacorte. En estos tres términos reside el 40% de la población palmera. Las autoridades, además, llegaron a obligar al alumnado a permanecer en los centros educativos de los municipios afectados y a prohibir a los padres que acudiesen a recogerlos hasta que finalizase la situación de emergencia.

Los científicos habían advertido a lo largo de este lunes sobre el “intenso proceso de desgasificación” que está registrando. Este comportamiento, unido al régimen de vientos procedentes del norte-noreste, ha colocado la nube de gases sobre esta zona. A primera hora de la mañana de este lunes, se ha superado el nivel de 750 microgramos por metro cúbico de dióxido de azufre en la estación de El Paso, según ha informado el Gobierno de Canarias. Aunque por la tarde ya se había normalizado la situación y levantado la alerta.

Por la mañana, el Pevolca había recomendado a los vecinos afectados que cerrasen las puertas, ventanas, persianas y toda entrada de aire procedente del exterior y, si era posible, que se confinaran en las habitaciones más interiores de sus casas. Además, reclamaron a estos 33.000 residentes desconectar la ventilación y la calefacción, así como todo sistema que requiera la entrada de aire del exterior. “Para mayor seguridad, se puede sellar, utilizando cinta adhesiva, las juntas de puertas y ventanas”, han explicado las autoridades.

“Cuando se ha decretado el confinamiento es porque las personas dentro de sus viviendas, con puertas y ventanas cerradas, no corren ningún riesgo; si hubiera habido peligro para la salud de las personas, se habría tomado otra decisión, no la del confinamiento”, ha subrayado el portavoz del comité técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende.

Esta desgasificación ha causado, además, nuevos derrumbes en el edificio principal del volcán. Estos colapsos han agrandado el cráter superior y el del cono secundario situado en el flanco oriental. Las coladas más activas circulan por la zona central “con bastante caudal”.

En las últimas horas, se ha producido además, un desborde en la zona de Las Norias (Tazacorte) que, por desgracia, vuelve a invadir terreno no ocupado por las lavas. Continúa, eso sí, la alimentación del delta lávico principal, en su extremo sur, en la zona de Las Hoyas (también en el municipio de Tazacorte). La actividad volcánica, eso sí, ha mostrado un comportamiento muy inestable en las últimas 24 horas. El tremor (la señal que deja tanto el magma como los gases al ascender hacia la superficie) ha ofrecido fuertes pulsos de intensificación para reducirse y volver a intensificarse con el paso de las horas.

Así las cosas, los científicos que monitorizan la actividad volcánica evalúan si el repunte en la emisión de lava y gases que se registró en la tarde del domingo constituye un episodio puntual o una reactivación de las erupciones. “Es difícil dar una única respuesta”, ha declarado en este sentido María José Blanco, portavoz científica del Pevolca en rueda de prensa. Según recordó, el tremor en el volcán submarino de El Hierro en 2011, el Tagoro, también tuvo pulsos de intensificación poco antes de extinguirse la erupción.

Mientras se espera al fin del proceso eruptivo, la superficie afectada alcanza ya las 1.193 hectáreas, y ha provocado más de 7.000 evacuados. De ellos, 547 han tenido que ser alojados en hoteles. De esas personas, 396 están en Fuencaliente, 69 en Los Llanos de Aridane y 82 en Breña Baja. Actualmente, según los datos de Copernicus, las construcciones afectadas ascienden a 3.063. De ellas, 2.910 han sido totalmente arrasadas y las 153 restantes están peligro o en riesgo.

Este domingo, el volcán de La Palma ha pasado a ser la erupción más longeva de las que se han producido en la isla, tras cumplir 85 días. Estos datos le permiten superar al que se produjo en Tehuya en 1585, situado también en La Palma. Por delante ya solo quedan el Volcán de Tao o del Clérigo, en Lanzarote (86 días en 1824); la erupción de Narices del Teide, en Tenerife (99 días en 1798); y los seis años que duró la erupción en Timanfaya, en Lanzarote en 1730.