Un tribunal de apelación resucita la ley antiaborto de Texas
La decisión judicial no impide que la controvertida norma, que prohíbe la interrupción del embarazo a partir de la sexta semana, siga su camino hacia el Supremo
Poco les ha durado la sensación de justicia recobrada a los defensores del aborto en Texas. Un juez federal de apelaciones autorizó en la noche del viernes el restablecimiento en ese Estado, gobernado por los republicanos, de la norma que prohíbe la interrupción del embarazo a partir de la sexta semana y que se conoce popularmente como “ley del latido”. La decisión llega solo dos días después de que otro juez bloqueara su aplicación.
La polémica norma (la mayoría de las mujeres no saben que están embarazadas para entonces) entró en vigor en septiembre, y fue limitada temporalmente el miércoles en Austin por el magistrado Robert Pitman, tras admitir una querella interpuesta por el Departamento de Justicia de la Administración demócrata de Joe Biden. Esa decisión judicial fue recurrida a su vez por el fiscal general de Texas, Ken Paxton, y aterrizó en la mesa del Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito, de Nueva Orleans, que tiene jurisdicción sobre el Louisiana, Misisipi y Texas. La tumbó sin titubeos. Está considerada como una de las cortes más conservadoras de Estados Unidos.
El Departamento de Justicia tiene ahora hasta el 12 de octubre para reaccionar. Pase lo que pase, la decisión no interrumpe el camino de “la ley del latido” hacia el Tribunal Supremo, en Washington, que este lunes abrió un curso que promete ser agitado por su propia configuración, con una mayoría conservadora de seis a tres acentuada por tres nombramientos hechos in extremis por el presidente republicano Donald Trump. El órgano judicial promete plantar cara judicial a los avances legislativos demócratas.
El progresista Pitman, nombrado en tiempos de Obama, estableció el miércoles en su argumentación de 113 páginas que su “tribunal no sancionará ni un día más esta ofensiva privación de un derecho tan importante”, consagrado por la vía de la jurisprudencia en 1973 con el fallo de la causa Roe contra Wade. Entonces, el Supremo dio la razón, amparándose en el derecho a la privacidad, a Norma L. McCorvey (llamada en la causa Jane Roe), que solicitó poder interrumpir en Texas su embarazo, consecuencia de una violación.
“El tribunal debe intervenir y detener esta locura”, declaró en un comunicado citado por Efe Nancy Northup, presidenta de la ONG proaborto Center for Reproductive Rights (Centro por los derechos reproductivos).”Esta ley cruel afecta duramente a quienes ya sufren discriminaciones en el acceso a la atención médica”, agregó. Los medios estadounidenses informaron el jueves de que algunas clínicas de Texas habían reanudado la práctica de las interrupciones de embarazo en vista de la decisión judicial que bloqueó su prohibición.
La ley de Texas es tan restrictiva que alienta la delación por terceros de casos de aborto y contempla penas para quienes participen en la intervención, y no solo para los médicos, también, por ejemplo, para una enfermera. En el horizonte está el 1 de diciembre, cuando el Supremo considere la ley antiaborto de Misisipi, estado también de signo republicano. Su legislación es similar a la de Texas aunque con un límite de gestación de 15 semanas.
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