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Italia prepara la obligatoriedad del certificado covid para todos los trabajadores

El documento que acredita la vacunación ya se exige a profesores y sanitarios. También es imprescindible para entrar en bares, restaurantes o cines

Un trabajador pide el certificado covid en la estación Tiburtina de Roma a una pasajera el 1 de septiembre.
Un trabajador pide el certificado covid en la estación Tiburtina de Roma a una pasajera el 1 de septiembre.MAURIZIO BRAMBATTI (EFE)

El Gobierno italiano sigue reforzando las restricciones para frenar los contagios y su prioridad es impulsar la vacunación de todos los modos posibles. Por ello, está preparando una norma para que el certificado covid —que acredita que su portador ha recibido la inyección, ha superado la infección o ha dado negativo en una prueba de coronavirus— sea obligatorio para todos los trabajadores, tanto públicos como privados, desde mediados de octubre. El Consejo de Ministros deberá decidir este jueves si lleva adelante la medida, que de aprobarse convertiría a Italia en el primer país europeo en exigir el pase sanitario para acudir a trabajar. La ministra de Asuntos Regionales, Mariastella Gelmini, avanzó este miércoles que el Gobierno lo estaba estudiando. “La vacuna es la única arma que tenemos contra la covid y solo podemos contener la infección vacunando a una gran mayoría de la población”, señaló en una entrevista en la televisión pública, Rai.

El primer ministro, Mario Draghi, ha optado por acelerar los trámites y este miércoles mantuvo una reunión extraordinaria con los líderes de los principales sindicatos del país para abordar la cuestión. Los representantes de los trabajadores, que en general han secundado la medida, han pedido al Ejecutivo, como señalaron a la salida del encuentro, y a falta de ver el texto definitivo de la nueva norma, que no se pueda despedir a ningún trabajador por no presentar el certificado sanitario. Y aseguran que han obtenido el compromiso del Gobierno.

Según apuntan los medios locales, la idea que baraja el Ejecutivo es establecer una norma general válida para todos los trabajadores, mientras que los controles y las sanciones se aplicarán de forma diferente. En las empresas, esto dependerá de los acuerdos entre empresarios y sindicatos. Aunque la propuesta está sobre la mesa, la cuestión es compleja y aún hay muchos puntos por definir, como quién y cómo se controlaría a los trabajadores autónomos o quién debería pagar las pruebas de covid en el sector privado en caso de que el trabajador opte por esta vía para obtener el certificado sanitario. Los sindicatos han pedido que los test en estos casos sean gratuitos.

El país ya fue pionero en Europa al introducir el pasado abril la obligatoriedad de vacunarse para los trabajadores sanitarios. Hace unas semanas dio un paso más e implantó el uso obligatorio del certificado covid también para los profesores. Aunque el salvoconducto sanitario también se puede obtener con la realización de una prueba negativa de detección de coronavirus, en la práctica esa opción no es demasiado viable para utilizarlo a diario con fines profesionales, por lo que las imposiciones del Ejecutivo son más bien una fórmula técnica para convencer a la población de vacunarse.

El certificado covid o “pase verde”, como se le conoce en Italia, se ha convertido en una herramienta imprescindible para la vida cotidiana. Se exige para comer en el interior de los restaurantes, para entrar en teatros, museos, cines y gimnasios o viajar en trenes de larga distancia. El Ejecutivo ha ido extendiendo de manera gradual sus usos, no exento de oposiciones. El mero planteamiento de hacerlo obligatorio solo para los trabajadores públicos ya ha desatado protestas y conflictos con los sindicatos estos días.

El escenario político es también complicado. Dentro de la gran coalición que soporta al Gobierno de Mario Draghi, férreo defensor de la vacunación, también hay posiciones encontradas. El ultraderechista Matteo Salvini, líder de la Liga, es uno de los principales detractores de la extensión del salvoconducto sanitario porque alega que atenta contra las libertades personales y que es una forma encubierta de obligar a vacunarse. Pero su partido, que controla entre otros ministerios el de Desarrollo económico, está dividido al respecto. Entre otros, Massimiliano Fedriga, gobernador liguista de la región de Friuli Venecia-Giulia, ha defendido la medida. “No voy a oponerme a la decisión si se toma desde el punto de vista científico. No convirtamos la pandemia en una batalla ideológica, en la que se está a favor o en contra a pesar de todo. Eso sería una locura” ha dicho. “En Europa seríamos los únicos en hacerlo”, ha protestado Salvini, relativamente aislado dentro de su formación en esta cuestión.

En Italia cerca del 65% de los 60 millones de habitantes del país ha recibido la pauta completa de vacunación y el 73% se ha inmunizado con al menos una dosis. Estas cifras están ligeramente por encima de la media de la Unión Europea: el 60% tiene la pauta completa y un 66% al menos una dosis.

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