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Asturias abre expediente a la operadora que regañó a la vicepresidenta del Parlamento de Baleares cuando denunció un acoso sexual

El incidente ha generado una oleada de mensajes en las redes sociales y ha reavivado el debate sobre cómo debe implicarse toda la sociedad para garantizar la seguridad de las mujeres que caminan solas

Juan Navarro
Un grupo de peregrinas durante una etapa del Camino de Santiago en Portomarín, este jueves.
Un grupo de peregrinas durante una etapa del Camino de Santiago en Portomarín, este jueves.Eliseo trigo (EFE)

Asturias ha abierto un expediente a la operadora de Urgencias que atendió el viernes pasado a la vicepresidenta del Parlamento de Baleares, Gloria Santiago, cuando esta denunció que un hombre la perseguía masturbándose en un tramo del Camino de Santiago asturiano. La también diputada de Unidas Podemos por Ibiza telefoneó al 061 para denunciar que un varón la estaba acosando y la empleada del sistema la reprendió por acudir sola a esos parajes, sin apenas poblaciones. El incidente ha generado una oleada de mensajes en las redes sociales en los que otras mujeres comparten situaciones parecidas y ha reavivado el debate sobre cómo debe implicarse toda la sociedad para garantizar la seguridad de las mujeres que caminan solas.

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Santiago relató en un vídeo cómo, mientras avanzaba por los caminos, vio cómo un chico la seguía y hacía movimientos raros, pero este le dijo: “Tranquila, es que voy a mear”. La mujer siguió andando, pero se giró y se lo encontró masturbándose. “Hoy, en un tramo solitario del Camino de Santiago, un tipo me ha perseguido haciéndose una paja. El 061 me ha reñido por ir sola. El problema no soy yo, es el puto depravado que venía detrás. ¿MÁS ALTO HAY QUE DECIRLO? Estoy poniendo una denuncia en la Guardia Civil de Navia”, escribió Santiago en su cuenta de Twitter. “No he pasado más miedo en mi vida. He corrido campo a través por barrizales. Ya me ha condenado a ir mirando hacia atrás cada cinco minutos. Esa es la libertad que tenemos las mujeres. Hay más mujeres haciendo el Camino de Santiago solas y también hay hombres. ¿A qué no sabéis quiénes pasan más miedo? A VER”, continuó.

Tras narrar los hechos en sus perfiles, la parlamentaria, de 34 años, acudió a la Guardia Civil de Navia, una localidad cercana al punto donde fue acosada, para denunciar los hechos. Las primeras investigaciones no han conseguido determinar por ahora quién fue el autor del acoso sexual. El Principado de Asturias ha investigado la conversación telefónica y ha abierto un expediente informativo sobre la respuesta telefónica a la demanda de ayuda por parte de la vicepresidenta balear. “Una vez localizada y analizada la llamada, se tramitará el informe, una práctica habitual que se ha llevado a cabo ya en otras ocasiones y que podría estar resuelta la próxima semana, para decidir, una vez analizadas todas las circunstancias, si procede o no una sanción”, han señalado portavoces del Gobierno asturiano.

El mensaje de la diputada balear despertó una oleada de solidaridad en las redes sociales. La usuaria Inés Fernández Tuesta respondió: “En bici por el Camino de Santiago tuve que aguantar a cada machirulo que venía a molestar. Parece que tienen que venir a recordarme que es su espacio y yo una intrusa. Eres una mujer viajando sola y cómo te atreves. Uno incluso se me puso a empujar con la mano por la espalda para ridiculizarme por ir despacio. Da miedo”. Mientras, @Denderm37550115 señaló: “Tengo 49 años, estoy hasta el mismísimo de tener que tener cuidado por ser mujer. BASTA YA. Las calles, plazas y parques también son nuestras. Tenemos todo el derecho a ir solas, en minifaldas o piripi. No se puede admitir la respuesta que te han dado”. Otra mujeres han aprovechado el incidente para contar sus malas experiencias con hombres que se masturbaron en público cerca de ellas a lo largo de su vida.

La seguridad de las mujeres que caminan solas es un grave problema que afecta a toda la sociedad, no solo a ellas. En todo el mundo —también en España—, las mujeres se ven obligadas a seguir diferentes estrategias para protegerse en estos trayectos, sobre todo de noche: una aplicación para transmitir la ubicación en tiempo real a las amigas, una llamada simulada al móvil, un recorrido más largo (pero más seguro) dando un rodeo hasta la avenida más ancha... El feminismo lleva décadas reclamando que no son las mujeres las que deben limitar su libertad, vigilar cómo se visten o cuándo salen, sino la sociedad en general, las fuerzas del orden y los hombres en particular quienes deben dar la vuelta a esa violencia.

La diputada de Unidas Podemos Gloria Santiago en el Parlamento de Baleares, en diciembre de 2020.
La diputada de Unidas Podemos Gloria Santiago en el Parlamento de Baleares, en diciembre de 2020. Isaac Buj / Europa Press

Este problema social vivió un resurgimiento en marzo de este año en el Reino Unido cuando la ejecutiva Sarah Everard, de 33 años, fue asesinada en Londres mientras volvía a su casa. Mientras se encontraba desaparecida, la policía británica recomendó a las mujeres que no salieran solas de casa; después se supo que el principal sospechoso del crimen era un agente de policía de 48 años. Por si fuera poco, los agentes cargaron contra algunas manifestantes durante una vigilia por la asesinada. Aquellos hechos levantaron la indignación de las británicas. Miles de ellas relataron sus vivencias personales y sus miedos hasta convertir la indignación en una gran protesta bajo el lema #ReclaimTheseStreets (reclama estas calles). El caso obligó al Reino Unido a abordar el problema de la violencia machista.

En España todavía falta mucho por hacer, aunque Santiago opina que su denuncia ha tenido efecto para visibilizar el problema y para aumentar la vigilancia. “En estos dos últimos días de ruta del Camino de Santiago, he visto pasar a varios coches de la Guardia Civil por senderos despoblados. Tienen que vigilar porque hay machistas que violentan a las mujeres, no porque haya mujeres solas. Denunciar ha servido para mucho. Gracias”, escribió este lunes en su cuenta de Twitter.

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Sobre la firma

Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, buscándose la vida y pisando calle. Grado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS. Autor de 'Los rescoldos de la Culebra'.

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