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El caso de Sarah Everard obliga al Reino Unido a abordar la violencia machista

La jefa de Scotland Yard, Cressida Dick, se niega a dimitir tras las cargas policiales contra mujeres del pasado sábado

Rafa de Miguel
Una mujer ante el santuario en homenaje a Sarah Everard en el sur de Londres, este lunes.
Una mujer ante el santuario en homenaje a Sarah Everard en el sur de Londres, este lunes.TOLGA AKMEN (AFP)

Los dos principales partidos británicos se han conjurado para intentar evitar que las chispas que saltaron en la vigilia del sábado por Sarah Everard, cuando agentes de policía cargaron contra algunas de las manifestantes, se conviertan en un incendio descontrolado de indignación social. El Gobierno de Boris Johnson ha decidido respaldar en su puesto a la jefa de la Policía Metropolitana (conocida popularmente como Scotland Yard), Cressida Dick. Esperará el resultado de una doble investigación, una interna del departamento y otra judicial, para conocer todos los detalles de lo sucedido en Clapham Common, el parque del sur de Londres donde cientos de mujeres se concentraron para rendir homenaje a la ejecutiva asesinada hace dos semanas.

“Tengo total confianza en Cressida Dick, y ella misma nos ha pedido que analicemos lo que ocurrió el sábado por la noche. La policía se enfrenta a una tarea muy dura, aunque no hay duda de que las imágenes que vimos son muy inquietantes”, ha dicho este lunes Johnson. El primer ministro convocaba a sus principales responsables de seguridad y justicia, encabezados por la ministra del Interior, Priti Patel, para intentar reforzar las medidas de seguridad para mujeres y niñas en el Reino Unido. A la reunión se incorporaba también la jefa de Scotland Yard, quien esa misma mañana se había reafirmado en su decisión de seguir al frente del departamento. “Lo ocurrido me hace estar mucho más decidida a seguir al frente”, ha asegurado. El líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, ha evitado pedir la dimisión de Dick, a pesar de su condena expresa a la actuación de la policía durante la manifestación. Ha preferido aumentar la presión sobre el Gobierno para que incluya más medidas contra la violencia machista en la Ley de Seguridad que se debate actualmente en la Cámara de los Comunes.

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Pero lo que sin duda ha ayudado a calmar parte de los ánimos encendidos en la sociedad británica ha sido la declaración de Anna Birley, una de las mujeres que se puso al frente de la organización que, bajo el lema Reclamemos Estas Calles, convocó la vigilia del pasado sábado. “Somos un movimiento de mujeres que busca precisamente empoderar a otras mujeres, y Dick es una mujer al frente de Scotland Yard por primera vez en la historia de la policía británica. No queremos provocar más daño”, aseguraba Birley a la cadena ITV para justificar su rechazo a las peticiones de dimisión. “Lo que queremos es reunirnos a hablar con ella, porque nos decepcionó profundamente su actuación”, ha dicho.

Las principales organizaciones feministas han decidido desconvocar las manifestaciones que se preparaban para este lunes, para ajustarse a las medidas de distanciamiento social impuestas por la pandemia. Mantienen, sin embargo, la convocatoria de este martes frente al Parlamento para protestar contra la ley de seguridad que se está tramitando. La ministra del Interior, que comparecía en la Cámara de los Comunes para explicar oficialmente todo lo sucedido, mostraba su voluntad, ante las respuestas de los diputados de la oposición, de incorporar al texto algunas de las enmiendas sugeridas. El proceso de consulta pública abierto por Patel al conocerse la muerte de Everard ha recibido ya más de 80.000 sugerencias. La muerte de la ejecutiva de 33 años a manos de un agente de policía desató la rabia de miles de mujeres, que volcaron en las redes sociales sus experiencias personales de miedo y aprensión a andar solas por las calles de las ciudades del Reino Unido.

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Sobre la firma

Rafa de Miguel
Es el corresponsal de EL PAÍS para el Reino Unido e Irlanda. Fue el primer corresponsal de CNN+ en EE UU, donde cubrió el 11-S. Ha dirigido los Servicios Informativos de la SER, fue redactor Jefe de España y Director Adjunto de EL PAÍS. Licenciado en Derecho y Máster en Periodismo por la Escuela de EL PAÍS/UNAM.

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