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La edad media de los pacientes de covid críticos ha bajado tres años desde que empezó la vacunación

La inmunización de las personas más ancianas y, en menor medida, la variante británica, que afecta más a jóvenes, son las dos explicaciones que los expertos dan para esta caída

Coronavirus
Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario Ramón y Cajal, en Madrid.Samuel Sanchez
Pablo Linde

El paciente de covid en España es cada vez más joven. Según datos del Ministerio de Sanidad, la edad media de los positivos desde la tercera ola ha bajado de 42 a 40 años; el de los pacientes de las UCI, de 63 a 60. Aunque puede haber varios factores involucrados en este cambio, esta caída coincide con el avance de la inmunización de los mayores y los expertos apuntan a que las vacunas están ya notándose en el curso de la epidemia.

A diferencia de otros países del entorno europeo, en España no se puede escrutar los datos por edades de los pacientes que van ingresando en cada momento o qué edades tienen quienes fallecen por covid. Sanidad solo publica el número bruto, algo que va recopilando con más detalle el Instituto de Salud Carlos III, pero que no sirve para el análisis de la situación presente, ya que tardan en consolidarse. No se conoce, por tanto, cuáles son las franjas de edad que están ahora más presentes en los hospitales o en las morgues por culpa del coronavirus. Pero sí esta bajada en la media de edad en los diagnósticos y en los críticos; y las impresiones de quienes les atienden cada día en los hospitales, que van en el mismo sentido: los pacientes mayores son cada vez más escasos, lo que hace que la media de edad baje.

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In English: Average age of Spain’s critical Covid-19 patients drops by three years

Así lo apunta Germán Peces-Barba neumólogo de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid y portavoz de la Sociedad Española de Neumología: “Por encima de 80 años [una población que está concluyendo la inmunización] ya nos encontramos con muy pocos casos. Sigue habiendo de 60 y 70, pero porcentualmente está creciendo la franja de entre 30 y 60 años”. Su unidad sigue una tendencia similar a la que dibujan los datos de Sanidad. Si la media de edad “siempre ha estado en torno a los 65 años”, según sus palabras, ahora ha bajado a 60. Aunque una diferencia de tres a cinco años pueda no parecer un gran vuelco en la tendencia, Peces-Barba asegura es consecuencia de una gran caída entre los pacientes de más mayores.

Alejandro Rodríguez, de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC) coincide en esta misma impresión. Algo que ha constatado es que entre los pacientes más jóvenes cada vez está más presente la obesidad como comorbilidad. Si en la primera ola era un rasgo que presentaba alrededor de un 20% de los pacientes de UCI, en la segunda y tercera este porcentaje casi se ha duplicado. “En general es algo que afecta más a personas más jóvenes”, señala.

Sin datos precisos sobre la edad de los positivos, los ingresos hospitalarios y las muertes, los epidemiólogos consultados coinciden en que es pronto para atribuir todo este fenómeno a la vacunación, aunque no dudan de que tiene un papel, tanto en la reducción de la edad media, como en el aplanamiento de la curva de contagios que se observa desde hace una semana, con una subida cada vez más suave. Este viernes la incidencia acumulada alcanzaba los 235 casos por 100.000 habitantes y ya habían sido vacunados con al menos una dosis más de 10 millones de personas, casi una cuarta parte de la población. Óscar Zurriaga, de la Sociedad Española de Epidemiología, cree que las vacunas están “pesando mucho” en esta reducción de la edad de los casos y los ingresados en UCI: “Van desapareciendo los mayores de estas unidades porque están protegidos y aunque los pacientes más jóvenes sean los mismos, inevitablemente la media va cayendo”.

Algunos expertos sospechan que una explicación complementaria puede relacionarse con la variante británica, más contagiosa, aunque no se sabe a ciencia cierta si más agresiva, ya que los estudios que hay al respecto son contradictorios. Antoni Trilla, jefe del servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona, señala que es posible que esta variante, que circula más entre personas de menor edad, sea más “explosiva” y pueda acelerar el agravamiento de la enfermedad.

Trilla es cauto a la hora de hacer predicciones sobre cómo se puede comportar la curva en el futuro. “Lo que parecía que era la formación de una cuarta ola puede quedarse en una meseta; aunque no podemos afirmarlo con rotundidad, es probable que la situación se mantenga estabilizada, porque además el ritmo de vacunación va subiendo conforme avanza la primavera”, señala. Zurriaga cree que habrá una bajada muy progresiva, que se irá intercalando con mesetas: “No será como en junio, cuando llegamos a un número muy bajo de casos tras un confinamiento total y una desescalada que imponía medidas mucho más duras que las actuales”.

Según cálculos de este periódico con las previsiones de dosis que espera el Gobierno, a finales de mayo ya pueden haber recibido la inmunización completa todas las personas mayores de 60 años en España. Esto supondrá muy probablemente un punto de inflexión en una epidemia en la que más del 95% de las víctimas mortales superan esa edad.

UCI todavía saturadas

Pero mientras ese momento llega, la situación de las unidades de cuidados intensivos sigue lejos de la normalidad. La ocupación media de pacientes de covid subía este viernes a cerca del 23%, con una gran variación entre comunidades autónomas: va desde el 3,5% de Murcia al 44,3% de Madrid. Y este dato no se calcula en función de las camas estructurales, sino de la capacidad total en caso de emergencia. Esto, sumado a los pacientes no covid da como resultado de que en la Comunidad de Madrid estén trabajando prácticamente al 100% de su capacidad habitual.

Algunos epidemiólogos, como Anna Llupiá, cree que se está yendo “muy a ciegas”. Llupiá no encuentra explicación a por qué con los mismos casos sigue habiendo una alta ocupación de UCI. De nuevo, mira a la variante británica, pero no son más que sospechas, ya que no hay certezas de hasta qué punto puede influir en esto. Esta experta cree que es un error fiar toda la recuperación a las vacunas y cree que la enfermedad se seguirá transmitiendo si no se siguen aplicando otras medidas.

El intensivista Alejandro Rodríguez concluye: “Esperemos que vaya bajando poco a poco la ocupación conforme vayan avanzando los pinchazos. Parece que esta ola no será tan fuerte como la tercera, pero todavía tenemos muchos pacientes de entonces, incluso de la segunda”.

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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