España no pedirá pruebas ni cuarentenas a quienes entren con pasaporte de vacunación
El certificado verde digital comenzará a funcionar en junio y permitirá “recibir a más personas de forma más segura”, según Sanidad
El pasaporte vacunal, oficialmente llamado certificado verde digital, servirá para que los ciudadanos europeos que lo tengan puedan entrar a España sin necesidad de pasar cuarentenas ni hacerse pruebas diagnósticas. Así lo ha anunciado este jueves Alfredo González, secretario general de Salud Digital, Información e Innovación del Sistema Nacional de Salud. El documento será un código QR gratuito, estará disponible a finales de junio y permitirá que lleguen al país “más personas y de forma más segura”, según González.
El Ministerio de Sanidad venía insistiendo en que el documento sería un facilitador de la movilidad, pero no aclaraba en qué consistiría esta facilidad. González ha detallado que se trata de un documento, digital y físico, con un código QR en el que las autoridades de los países podrán comprobar tres informaciones: si la persona se ha vacunado, si ha pasado la enfermedad o si tiene una prueba negativa que acredite que no está infectado. Se considerará en principio que una persona tiene inmunidad entre 11 días y seis meses después de un diagnóstico positivo. Con respecto a las vacunas, hará falta que se genere el conocimiento suficiente para conocer cuánto duran sus efectos. Es algo que se irá evaluando poco a poco, según ha explicado González.
“Este certificado no es un pasaporte, no es un documento de viaje, no es un requisito para viajar, es un mecanismo que facilita la movilidad en la Unión Europea. Respetará la protección de datos, la seguridad y privacidad. Está previsto para no ser discriminatorio, es una de las grandes ventajas”, ha señalado el secretario general, que se ha mostrado confiado en que pueda ser una ayuda para impulsar la campaña turística de verano.
Sobre esta idea gira parte de la estrategia del Gobierno para 2021, cuya previsión es que lleguen al país 40 millones de viajeros extranjeros, el doble que el año pasado (aunque la mitad que en 2019). Fuentes del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, que dirige Reyes Maroto, sostienen que este acuerdo europeo marcará un antes y un después para el turismo español. “Somos optimistas y con este certificado se da un paso de gigante. Además, defendemos que este sistema se pueda extender a terceros países que tengan sistemas similares”. De hecho, fuentes gubernamentales aseguran que ya hay conversaciones con organismos como la OCDE y países como el Reino Unido, un mercado fundamental para la industria de los viajes en España.
El sector turístico y las grandes empresas del país y europeas se muestran prudentes sobre el nuevo certificado, aunque reconocen que es mejor que el vacío que existía hasta ahora. Pese a todo, las patronales rebajan el suflé. Especialmente por la salvaguarda que recoge el reglamento por la que cada Estado tendrá la potestad de incluir medidas adicionales. Es decir, si los países deciden añadir restricciones a la movilidad (por ejemplo cuarentenas obligatorias a la vuelta de un viaje), la efectividad del certificado verde digital quedaría muy rebajada. Fuentes del Ejecutivo explican que esta excepción es algo habitual en este tipo de acuerdos, sobre todo porque no se sabe cómo va a evolucionar la pandemia. “Si hay una nueva cepa o variante en un Estado europeo, es normal que el resto pueda limitar la movilidad con ese país”, sostienen. Así, existe esa opción, pero confían en que no se tire de ella y la movilidad internacional repunte con fuerza en verano.
Desde el punto de vista sanitario y científico, el pasaporte ha suscitado algunos recelos. Sobre todo, porque aunque cada vez hay más evidencias de que las personas vacunadas infectan menos, no está demostrado hasta qué punto pueden o no transmitir la enfermedad de forma asintomática. Fernando Rodríguez Artalejo, catedrático de Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid, resta importancia a esto invocando al “principio de realidad”: “Va a haber un certificado y no puede ser perfecto, los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos incluso permiten reunirse sin mascarilla a personas que están inmunizadas”. En opinión de este experto, “si se hace bien es razonable”. “La idea es que no te permita a acceder a más o menos cosas, pero sí de manera más fácil, de tal forma que tanto las personas a nivel individual como la economía se puedan beneficiar del avance de la vacunación”, añade.
Precisamente, otro de los argumentos en contra de los detractores de un certificado de este tipo es su posible discriminación entre personas vacunadas y los que no lo están. Contra esta posición, Rodríguez Artalejo defiende que todo el mundo puede vacunarse, pero no al mismo tiempo. “Incluso hay algo de justicia en que las personas más vulnerables, que lo han pasado peor, que son las que se han vacunado primero, tengan también acceso antes a ciertas ventajas”, zanja.
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