Italia impide a AstraZeneca exportar vacunas por haber incumplido el contrato de suministro con el país
El Gobierno de Draghi es el primero de la UE que activa el control de exportaciones establecido tras la rebaja en el número de dosis entregado por la farmacéutica anglo-sueca, parando un cargamento con destino a Australia
Italia ha sido el primer país de la UE en esgrimir el nuevo Reglamento comunitario sobre restricciones a la exportación de vacunas para impedir la salida de un cargamento de dosis de AstraZeneca con destino a Australia. La decisión amenaza con elevar la tensión geoestratégica que ha desencadenado el inicio de las campañas de vacunación, en particular tras la escasez de dosis registrada en algunos países europeos, las sospechas sobre la conducta de la farmacéutica anglo-sueca AstraZeneca y la irrupción de los antídotos rusos y chinos como arma de propaganda internacional.
La decisión del gobierno de Mario Draghi de impedir la exportación de AstraZeneca llega “tras un incumplimiento de contrato” de la compañía, según fuentes conocedoras del expediente. Esas fuentes subrayan que “la decisión no es contra Australia, sino contra la compañía, que no ha respetado lo estipulado en su contrato con Italia”.
Roma ha comunicado el veto a la Comisión Europea, que no se ha opuesto a la decisión. El bloqueo ha paralizado la salida de Italia de 225.000 dosis. Italia fue uno de los primeros países que protestó cuando la distribución de la vacuna de BioNTech-Pfizer sufrió un pequeño tropiezo y la de AstraZeneca se redujo a la mitad de lo previsto. El gobierno italiano, presidido entonces por Giuseppe Conte, ya amenazó en enero con demandar a las compañías por incumplimiento de contrato.
Los ánimos se enconaron en toda Europa cuando AstraZeneca anunció que solo despacharía menos de la mitad de las dosis previstas (unos 100 millones) y que tardaría varios meses en llegar al ritmo de entrega previsto. Las sospechas iniciales se dirigieron hacia el Reino Unido, donde la campaña de vacunación avanzaba a gran velocidad con las vacunas de BioNTech y de AstraZeneca. El gobierno británico de Boris Johnson negó cualquier trato de favor por parte de las compañías y advirtió que podría bloquear el envío de vacunas si la UE impedía la salida de dosis hacia el Reino Unido.
La Comisión Europea optó finalmente por imponer un mecanismo de transparencia y control que permitiera conocer el destino de las vacunas fabricadas en la UE. El Reglamento aprobado a marchas forzadas por la Comisión después de los fallos de suministro de AstraZeneca obliga a las farmacéuticas a solicitar permiso de exportación para enviar vacunas contra la covid-19 fuera de la UE. El mecanismo se aplica desde el 30 de enero al 31 de marzo, aunque es prorrogable más allá de esa fecha.
Hasta el 1 de marzo, según fuentes del departamento de Comercio de la Comisión Europea, los Estados miembros han aprobado 174 solicitudes de exportación, todas las presentadas. Los destinos incluyen 30 países, desde Argentina, México o Filipinas a Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Arabia Saudí o Reino Unido y EE UU.
El Reglamento establece los criterios que deben cumplirse para dar luz verde a la exportación. Y señala el cumplimiento de los contratos entre las farmacéuticas y los Estados de la UE como una de las condiciones que se deben respetar para recibir el permiso. El Reglamento también aboga por tomar en cuenta que los retrasos en la producción o la escasez de dosis afecten de manera proporcional y equitativa a la UE y a los países de destino de la exportación.
En el caso de Australia, el país ya figura entre los destinos autorizados en base al Reglamento, por lo que ha recibido vacunas fabricadas en la UE. Australia, además, se encuentra en una situación epidemiológica bastante más favorable que la del Viejo continente, con 29.000 casos de covid desde el inicio de la pandemia (según los datos del Centro Europeo de prevención y control de enfermedades o ECDC) para una población de 25,6 millones de habitantes. Hasta ahora ha sufrido 909 muertes y en los últimos 14 días ha registrado 70 casos de contagio por cada 100.000 habitantes, según el ECDC. En los últimos 14 días, Italia ha sufrido 70 fallecimientos por cada 100.000 habitantes, la tasa de contagio es de 341 y la epidemia se ha cobrado 97.000 vidas.
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