AstraZeneca se compromete con Bruselas a un pequeño aumento de las entregas de vacunas de aquí a marzo
La farmacéutica distribuirá nueve millones de dosis adicionales, para alcanzar 40 millones en tres meses, que son solo la mitad de las pactadas inicialmente
Bruselas cerró este domingo un acuerdo con la farmacéutica británica AstraZeneca para la entrega de nueve millones de dosis adicionales de la vacuna contra la covid-19 en el primer trimestre del año. Después de la tensión de la última semana por el retraso en la entrega de vacunas —que incluso se trasladó a las relaciones con el Ejecutivo de Boris Johnson—, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció que la compañía entregará hasta marzo a la UE un total de 40 millones de dosis de la vacuna, que fue aprobada por la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) el pasado viernes. La cantidad supone un aumento de nueve millones respecto a las dosis que AstraZeneca pensaba entregar, pero aun así la mitad de los 80 millones (ampliables a 100) que, por contrato, debía distribuir entre los socios de la UE durante este periodo.
El anuncio de Von der Leyen, formulado a través de su cuenta de Twitter, se produjo después de una reunión por videoconferencia de la alemana con los máximos ejecutivos de los grupos farmacéuticos con los que Bruselas ha cerrado contratos para la obtención de vacunas. La jefa del Ejecutivo comunitario consideró “un paso adelante” que AstraZeneca distribuya más dosis, que lo haga una semana antes de lo previsto y que aumente su capacidad de producción en Europa. Sin embargo, esos 40 millones son la mitad de los compromisos iniciales del grupo británico.
Step forward on vaccines.@AstraZeneca will deliver 9 million additional doses in the first quarter (40 million in total) compared to last week’s offer & will start deliveries one week earlier than scheduled.
— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) January 31, 2021
The company will also expand its manufacturing capacity in Europe.
No queda claro, pues, si el pacto anunciado por Von der Leyen cierra por fin una crisis que ha llevado a la Comisión Europea a lanzar un mecanismo para bloquear exportaciones de vacunas. La crisis desatada tras el anuncio de AstraZeneca de que no podría atender su contrato llegó a intoxicar las ya tensas relaciones con el Ejecutivo de Boris Johnson, después de que Bruselas invocara el protocolo de Irlanda del Norte, un documento que forma parte de los acuerdos del Brexit, para restringir el comercio entre la República de Irlanda y la región británica. Von der Leyen no solo tuvo que recular, sino también apaciguar los ánimos en Londres y Dublín.
La alemana asistió a la reunión por videoconferencia acompañada de los comisarios de Sanidad, Stella Kyriakides, y de Mercado Interior, Thierry Breton; sus asesores científicos para esta crisis Peter Piot y Moncef Slaoui, y la directora ejecutiva de la EMA, Emer Cooke. Al otro lado tenían a los máximos directivos de las farmacéuticas con las que durante el año pasado acordó la obtención de 2.300 millones de dosis: Pfizer-BioNTech, Moderna, AstraZeneca, Johnson & Johnson, Curevac y Sanofi. La reunión tenía lugar después del encontronazo con la compañía británica y las tensiones con Londres por las restricciones adoptadas por Bruselas.
Por ahora, la EMA ha aprobado las vacunas de Pfizer-BioNTech, Moderna y AstraZeneca. Y en el caso de la primera, la Comisión Europea también se ha topado con retrasos de producción que han hecho detener el ritmo de vacunación en varios países, entre ellos España. El grupo farmacéutico ha llegado a acuerdos con otras empresas competidoras, como Sanofi o Novartis, para acelerar la producción ante la urgencia que imponen las nuevas oleadas de contagios. En la reunión, Bruselas constató que las “capacidades de producción” son un “factor limitante” que podría resolverse con la creación de una gran autoridad europea para prepararse y responder a emergencias sanitarias que le permita una mejor planificación de la producción de las medidas necesarias para atajar otra eventual crisis.
Bruselas está preocupada, además, por la posibilidad de que la irrupción de nuevas variantes pueda suponer una pérdida de eficacia de la vacuna y poner en aprietos de nuevo la estrategia de vacunación de la UE. Por ello, según un comunicado difundido por la Comisión, durante la reunión ambas partes discutieron los requisitos necesarios para un “desarrollo, fabricación y aprobación regulatoria” de vacunas que sean efectivas a eventuales mutaciones de forma “muy rápida”.
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