Sanidad propone cerrar perimetralmente todas las comunidades en Semana Santa
Madrid se queda sola en la propuesta de mantener la movilidad. La comisión de Salud Pública se reúne este jueves para unificar recomendaciones
El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas buscan una respuesta homogénea a la pandemia de covid-19 en Semana Santa. En el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) del miércoles la mayoría de los consejeros autonómicos se ha mostrado partidario de tomar medidas conjuntas y la mayoría de ellos es favorable a mantener los cierres perimetrales autonómicos. Madrid es la única que se ha desmarcado claramente de esta estrategia y apuesta por seguir abierta. La ministra, Carolina Darias, ha pedido una medida conjunta que se aplique en todo el territorio y que permita “seguir salvando vidas”. Su ministerio ha preparado una propuesta, adelantada por la cadena SER, en la que propone restringir la movilidad entre comunidades, aplicar el toque de queda desde las 22.00 hasta las 6.00 y reducir las reuniones a entre cuatro y seis personas, entre otras medidas. Todo esto estaría en vigor dos semanas: del 26 de marzo al 9 de abril.
El documento será debatido este jueves por la Comisión de Salud Pública, formado por el ministerio y los directores de salud pública de las comunidades. Lo que salga de ahí se tendrá que debatir en el CISNS de la semana que viene. La ministra ha dejado clara la postura del Gobierno: “Queremos que las medidas giren en dos grandes raíles: la limitación de movilidad y del contacto social. Nuestro objetivo es salvar vidas, no salvar semanas. Adoptemos todas las medidas que permitan salvar vidas, que sabemos cuáles son. El perimetraje es una de ellas, pero quiero esperar a la resolución de la comisión de mañana [por hoy]”.
El borrador que Sanidad llevará la comisión establece evitar todos aquellos viajes que no sean necesarios, y recomienda específicamente a los estudiantes universitarios que residan durante el curso académico en otra autonomía o país que no vuelvan a casa. “La movilidad estará limitada por el cierre perimetral de todas las comunidades autónomas y sujeta a ciertas excepciones reguladas por el estado de alarma mediante el real decreto 926/2020. Se recomienda que en los casos sujetos a estas excepciones se realice una prueba diagnóstica antes del viaje”, expone el texto. La excepción a esta regla es Canarias, que siempre ha permanecido abierta por su insularidad y la buena situación epidemiológica. Habrá que debatir si se une también Baleares que tiene hoy por hoy menor incidencia. El documento también prevé prohibir eventos masivos y desaconsejar encuentros sociales en domicilios.
La pretensión de Sanidad es que, tras debatir este borrador en la Comisión de Salud Pública salga una postura conjunta y, finalmente, la resolución se tome por unanimidad de las comunidades autónomas. Pero si no la hay, se producirá una declaración de actuaciones coordinadas en el CISNS, que es, según la ministra, “de obligado cumplimiento para todas las comunidades autónomas”.
En este punto, Madrid es el principal obstáculo para la unanimidad. Según fuentes presentes en la reunión, ninguna otra región se ha mostrado tajantemente contraria al cierre perimetral. Si se adopta, supondría cerrar las que están abiertas en la Península: Extremadura y la propia Comunidad de Madrid.
El resto de consejeros se han mostrado, en general, favorables a la medida, aunque algunos han matizado que hay que esperar a comprobar cómo evoluciona la epidemia. Es la postura, por ejemplo, de Galicia, que mantiene que no se pueden tomar decisiones con cuatro semanas de anticipación. Otras hicieron hincapié en que independientemente del sentido de la decisión, esta se tome de forma consensuada. Es el caso de Navarra, Castilla y León, Cantabria o Aragón. Esta última comunidad quiere esperar a conocer el informe de la Comisión de Salud Pública para adoptar una decisión.
La prudencia es también la recomendación de los expertos en salud pública consultados. “Estamos en periodo de bajada que ha sido relativamente rápido, pero no hemos llegado donde queríamos”, sostiene Óscar Zurriaga, vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiología. El informe del miércoles marcaba la incidencia en los últimos 14 días en 159,5 casos por 100.000 habitantes en todo el territorio, y el objetivo es bajar de 50. “Para Semana Santa queda menos de un mes; dependerá de en cuánto estemos ahí, pero en verano vimos que llegamos muy bajo y con los movimientos empezaron a subir los casos. Aguantar [las restricciones] un poco más nos puede dar tranquilidad”, añade.
La incidencia, además, es muy desigual entre territorios. Mientras Madrid, Ceuta y Melilla siguen por encima de 250 casos por 100.000 habitantes, en lo que se considera todavía riesgo extremo, 11 comunidades están por debajo de 150 y seis no llegan a 100. “Si hay mucha diferencia entre territorios tiene sentido que cierren”, mantiene Rafael M. Ortí Lucas, presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene, quien cree que intentar salvar la Semana Santa se puede pagar con una cuarta ola y un verano más complicado. “Si hay comunidades, como Madrid y Cataluña, con menos restricciones y más casos, podemos encontrarnos de nuevo con lo que vimos el verano pasado, con el desplazamiento masivo del centro del país a la costa, y los consiguientes brotes”, advierte.
Ante un previsible cierre perimetral de las comunidades autónomas, Manuel Franco, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública (Sespas), anima a los españoles a descansar y luchar contra la fatiga pandémica en los entornos que se han demostrado más seguros: todos los que tienen que ver con el aire libre. “La contención del virus tiene más que ver con estas actividades que con moverse entre comunidades. Entre quedarme en Madrid en la oficina o en el interior de un bar o salir a Guadalajara a un bosque, es preferible lo segundo”, señala Franco.
En cualquier caso, también recomienda a las autoridades sanitarias ser conservadoras a la hora de flexibilizar medidas. Pone la vista en los vecinos europeos, donde la epidemia está subiendo de nuevo, como Italia, Francia o Polonia, que partían de niveles más bajos que España. “Algo que hicimos mal en Navidad es entrar en la tercera ola sin haber bajado lo suficiente la segunda. Deberíamos tratar de evitar el mismo error”.
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