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Controles en el transporte de Moscú y redadas para detectar ciudadanos chinos por el temor al coronavirus

La Embajada china critica la discriminación de las medidas para evitar la expansión de la Covid-19 y asegura que provocan alarma social

María R. Sahuquillo
Dispositivo médico en la estación de Kiev de Moscú, después de que un ciudadano chino presentase síntomas similares a los del coronavirus, el 21 de febrero.
Dispositivo médico en la estación de Kiev de Moscú, después de que un ciudadano chino presentase síntomas similares a los del coronavirus, el 21 de febrero.Ivan Vodop'janov

Redadas en el transporte público, controles en los alojamientos turísticos, comercios y en las residencias de estudiantes para detectar a los ciudadanos chinos en Moscú. Las autoridades de la capital rusa han puesto en marcha medidas extremas y muy controvertidas para observar y controlar a las personas provenientes de China, como una de las fórmulas para tratar de evitar la expansión del coronavirus de Wuhan. La Embajada de China en Moscú ha enviado una carta de protesta en la que critica el “discriminatorio” control “constante” de sus ciudadanos, que además está causando alarma y dañando las relaciones entre ambos países. Rusia prohibió hace una semana la entrada de la mayoría de los ciudadanos chinos a su territorio (excepto quienes tengan visados especiales), y hace ya un mes que cerró las fronteras terrestres y redujo los vuelos para evitar la Covid-19, que está ya presente en 33 países.

Al temor desatado en la población por la expansión del coronavirus –pese a que se ha detectado a dos pacientes, de nacionalidad china, y ya han recibido el alta– se están sumando ahora estos severos controles hacia las personas llegadas de China. El alcalde de Moscú, Serguéi Sobyanin, ha explicado que, además de los exámenes médicos en el aeropuerto, toda persona llegada de China –incluso en tránsito desde otros países– debe permanecer en cuarentena durante dos semanas en su domicilio. Si hay algún tipo de síntoma se le traslada a un centro médico en aislamiento. Las autoridades sanitarias rusas tienen bajo vigilancia –más o menos severa– a unas 12.000 personas llegadas de China, según el organismo Rospotrebnadzor. En Moscú, según la alcaldía son unos 2.500.

Para buscar a quienes se están saltando este periodo de cuarentena o controlar la aparición de síntomas del virus, la compañía estatal de transporte Mosgortrans ordenó hace unos días a sus empleados que paren a pasajeros que sospechen que son de China y les reclamen cumplimentar un cuestionario que pregunta por qué están en Rusia, cuándo llegaron, si pasaron cuarentena, su estado de salud y dónde se alojan. Tras difundirse la orden en algunos medios, Mosgortrans negó que diese esa indicación “selectiva”, pero varios conductores de autobús y empleados del metro han asegurado no solo que recibieron por correo electrónico esa orden sino que ya se está llevando a cabo.

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Además, se ha autorizado el uso de la tecnología de reconocimiento facial para localizar a las personas sospechosas de evadir la cuarentena. En Rusia ya se han dado varios casos de personas que han escapado de los centros de salud, incumpliendo el periodo; aunque todas eran de nacionalidad rusa.

Hace unos días se registró un incidente con un grupo de ciudadanos chinos en Moscú que, al ver a la policía y un dispositivo de salud en la calle, salieron huyendo, según publica el diario Global Times, de corte oficialista. Las autoridades rusas les localizaron, comprobaron su fecha de llegada al país y les hicieron pruebas médicas. Ninguno tenía fiebre o síntomas, y ahora están guardando un periodo de 14 días de cuarentena en su hotel de la capital rusa.

“El monitoreo especial de los ciudadanos chinos en el transporte público de Moscú no existe en ningún país, ni siquiera en los Estados Unidos y en los Estados occidentales", dice la carta de la Embajada de China, fechada el 24 de febrero, recogida por el diario independiente Novaya Gazeta. “Dada la mejora en la situación epidemiológica en China, los residentes de Moscú y los chinos que viven en Moscú estarán preocupados y no lo entenderán. Esto dañará el buen ambiente para desarrollar las relaciones chino-rusas”, sigue la misiva enviada a las autoridades de Rusia. Moscú y Pekín mantienen excelentes relaciones y desde que los países occidentales impusieron sanciones económicas a Rusia por anexionarse la península ucrania de Crimea, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha girado aún más hacia Asia.

Pese a la carta, el Kremlin ha asegurado este miércoles que los controles no son discriminatorios ni únicos para los ciudadanos chinos. “Estas medidas se están tomando contra todos. Incluso en la entrada al Kremlin para eventos públicos”, ha afirmado Dmitri Peskov, portavoz del presidente Putin. Oficialmente, Rusia tiene ahora en su territorio a tres personas enfermas de coronavirus, según las autoridades. Fueron evacuadas del crucero Diamond Princess, que había estado bloqueado y en cuarentena en aguas de Japón. Ahora están en aislamiento en un centro hospitalario de Kazán.

Trabajos para una vacuna

La vice primera ministra Tatiana Golikova, encargada del dispositivo especial contra el coronavirus de Wuhan, ha explicado que los científicos rusos trabajan ya con una cepa del virus para desarrollar una vacuna. Aunque esta cepa no procede de China, ha especificado Golikova, citada por la agencia estatal Tass.

Rusia está extremando las medidas contra la Covid-19. Este martes, las autoridades sanitarias han ordenado a los restaurantes y locales de hostelería que instalen aparatos de desinfección bactericida. También que los camareros o empleados de cara al público lleven mascarilla y la cambien por una nueva cada tres horas. Además, el Gobierno ruso ha decretado que no emitirá nuevos visados a ciudadanos de Irán, donde se han registrado 95 casos y 15 fallecidos. También ha recomendado a sus ciudadanos no viajar a Italia, Irán y Corea del Sur, donde se han registrado casos de propagación del coronavirus.

Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.

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