Un viaje en grupo a Turquía para implantarse pelo provoca un brote de covid en un pueblo de Badajoz

En el pasado puente festivo de la Constitución, un grupo de vecinos del pueblo extremeño de Calamonte (Badajoz, 6.200 habitantes) se montó en un autobús para viajar cinco horas por carretera hasta el madrileño aeropuerto de Barajas. Julio Barrena, uno de los viajeros, lo recuerda: “Nos desplazamos el 6 de diciembre hasta Madrid para tomar desde allí un avión a Turquía. Queríamos injertarnos pelo”. La expedición incluía a 18 hombres y una mujer, que iba de acompañante. Ocho días después de volver, todos los viajeros menos tres, dieron positivo en coronavirus, lo que ha disparado la incidencia de la enfermedad en la localidad pacense, que registra este viernes 29 casos en total, procedentes de cuatro brotes, y 300 contactos estrechos, según los datos de la Junta de Extremadura.

El viaje fue organizado por Manuel Parada, un peluquero del pueblo, situado a unos nueve kilómetros de Mérida, quien también se apuntó a la expedición. El grupo tiene edades comprendidas entre 30 y 50 años. Llegaron el mismo día 6 a una clínica de Estambul para someterse a la operación capilar. Se trata de un destino muy popular entre los españoles por el precio económico y, al parecer, el buen resultado del implante. Parada, apodado como El alemán, cuenta que la idea nació en septiembre charlando con uno de sus clientes más habituales. “Esto ha sido cosa del boca a boca”, explica en conversación telefónica.

De vuelta a la localidad pacense, el día 9, siguieron haciendo vida normal. La voz de alarma la dio la madre de uno de los viajeros, una mujer de 85 años, que empezó a sentirse mal y dio positivo por covid-19 en una prueba PCR este martes. Al ser familiar directo de uno de los viajeros, la sospecha sobre el origen del contagio creció. Los viajeros descubrieron además que el conductor del autocar que habían contratado, precisamente porque les parecía más seguro que trasladarse en un autobús de línea, había dado positivo, tras lo cual se hicieron PCR de forma privada. Este jueves conocieron los resultados: 16 infectados.

“Hasta ayer (por el jueves) teníamos solo seis positivos, esta situación es bastante dura”, ha lamentado Magdalena Carmona, la alcaldesa del pueblo. La regidora ha mostrado su preocupación por la situación de la localidad, con el temor de que el brote crezca en las próximas horas. La Dirección General de Salud Pública de Extremadura está llevando a cabo el informe epidemiológico para conocer con seguridad el origen del brote. El consejero de Sanidad y Políticas Sociales, José María Vergeles, ha pedido “un poco de tranquilidad y paciencia” hasta poder averiguar dónde se ha producido el contagio, aunque ha admitido que le preocupa menos el origen y más el número de infectados, informa Efe. En este sentido, ha explicado que han programado un cribado entre la población. De hecho, este viernes estaban citados 150 vecinos para someterse a una prueba PCR, por lo que se espera que el número de casos aumente.

El colegio San José, con 500 alumnos y 40 profesores, ha tenido que cerrar sus puertas por la detección de cuatro casos positivos en las últimas horas relacionados en principio con el viaje de sus convecinos a Turquía. Una escuela infantil, con alrededor de 20 niños de entre cero y tres años, también ha tenido que clausurar temporalmente. El equipo de fútbol del Calamonte Unión Deportiva ha confirmado, a través de un comunicado, casos de covid-19 en la plantilla, por lo que aplaza el partido previsto próximamente.

Cierre de bares y restaurantes

La dirección del Área de Salud de Mérida ha decidido proceder al cierre de bares y restaurantes en el pueblo hasta lograr que baje la incidencia. Una portavoz del Ayuntamiento explica que se ha establecido además la reducción del horario de apertura vespertina de los comercios de 17.00 a 18.30 horas. Además, van a prohibir por decreto para los próximos días cualquier tipo de celebración festiva en la localidad.

Marcos V., uno de los viajeros que pide salir sin apellido, explica en conversación telefónica que no pasaron ningún control de test en el aeropuerto de Barajas, ni en la ida ni en la vuelta, pero recalca que desde que se bajaron del autocar el día 9, algunos no salieron de sus casas. En los días posteriores al regreso, los miembros del grupo no presentaron ningún síntoma de contagio. Los antibióticos que se consumen normalmente tras una intervención capilar en Turquía podrían haber enmascarado estos síntomas, según explica un portavoz de Sanidad. Añade que las señales de la enfermedad solo salen a la luz cuando los efectos de las medicinas han pasado, por lo que muchos núcleos familiares podrían llevar tiempo conviviendo sin ser conscientes de estar infectados.

“Hay brotes por fiestas ilegales y de eso no se habla”, denuncia Marcos V., que lamenta que se les haya “endilgado toda la culpabilidad” del brote. “Dan por hecho que somos nosotros, pero el origen podría venir del propio conductor del vehículo”, argumenta Parada.

En un comunicado en sus redes sociales, el grupo ha afirmado que “aunque no era un viaje de vital importancia, tampoco lo es ir a la peluquería, ponerse las uñas o tomarse una caña en un bar, pero era algo que tampoco estaba prohibido si se tomaban las medidas necesarias”. Añaden que el viaje estaba comunicado a Salud Pública y que habían cumplido con todos los requisitos y pasado todos los controles. “En el pueblo, por desgracia, ha habido más casos y nadie ha ido a Turquía”, añaden.

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