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Más de siete millones de personas aisladas en confinamientos perimetrales

Aragón confina sus tres capitales y La Rioja restringe la salida y entrada en todo su territorio. Los expertos insisten en que la medida debe ir acompañada de otras limitaciones para que sea eficaz

Elena G. Sevillano
Mujeres pasean por una calle de Burgos el miércoles tras ordenarse el cierre perimetral a partir de la medianoche.
Mujeres pasean por una calle de Burgos el miércoles tras ordenarse el cierre perimetral a partir de la medianoche.©Tomas Alonso (Europa Press)

Más de 7,2 millones de personas viven en municipios o territorios que están o estarán en breve cerrados perimetralmente, es decir, de los que no se puede salir o entrar sin una causa justificada. Lo que se conoce como confinamiento perimetral afecta ya a casi medio centenar de municipios, cuyas poblaciones van desde los 3,2 millones de habitantes de Madrid capital a los 1.266 de Jerte, en Extremadura. Las medidas restrictivas que muchas de las comunidades afectadas llevan semanas o meses implementando no han conseguido detener el ritmo de los contagios. Así ha ocurrido en La Rioja, que cerrará todo su territorio a partir del viernes; o del Gobierno de Aragón, que impide la salida o la entrada en sus tres capitales desde este jueves. Salvo Madrid, todas las regiones han ido imponiendo limitaciones más o menos duras a medida que subía su incidencia. El confinamiento perimetral es de las más estrictas, porque supone una restricción de movilidad. Los expertos consultados coinciden en que a partir de cierto punto es adecuada, pero siempre que vaya acompañada de otras acciones.

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More than seven million people in Spain now facing perimetral lockdowns

Daniel López Acuña, exdirector de emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lleva semanas alertando de que en varias comunidades era necesario volver a las restricciones de la fase 1 de la desescalada para evitar el desbordamiento de los contagios. Ya con las cifras disparadas, alerta: “Para evitar que crezcan los contagios no basta con un confinamiento perimetral que sella un área; para que sea efectivo hay que tomar suficientes medidas de restricción de la actividad dentro”. Prohibir las salidas y entradas sirve, recuerda Alberto Infante, profesor emérito de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III, para evitar el trasiego de personas y para que la transmisión no se extienda a otras zonas con menor incidencia. Nada más.

Fernando Rodríguez Artalejo, catedrático de Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid, señala, como contraposición a lo que ocurre en España, que países como Nueva Zelanda “se acordonan a sí mismos porque han erradicado el virus, y así evitan que gente de fuera pueda entrar y empezar de nuevo con cadenas de transmisión internas”. Por eso, añade, cierran sus aeropuertos o exigen cuarentenas estrictas a la entrada (como China, Corea del Sur, Australia o Japón). Es decir, “el cordón se establece justo por los motivos contrarios que en España”.

“Hay algo que no se ha entendido”, insiste Acuña: “El objetivo en estos momentos, ante esta transmisión comunitaria, es restringir la interacción entre personas y eso supone aplicar restricciones en aforo, reducción de horarios, cierre de espacios interiores, menor movimiento…”. Por eso propone o bien la vuelta a una fase 1 o fase 2 con esas limitaciones o un toque de queda en horario nocturno, además del confinamiento perimetral. Infante añade que además hay que reforzar las tareas de rastreo y la atención primaria. “En España a muchas autoridades políticas les resulta más sencillo y más fácil de entender un confinamiento perimetral y poner policía a controlar salidas y entradas que organizar recursos y poner más medios humanos y materiales, que es lo que realmente se necesita”, añade.

Por ahora las comunidades van tomando medidas de forma aislada, en función de sus datos epidemiológicos y de su capacidad asistencial, pero se espera que el Consejo Interterritorial llegue a un acuerdo que uniformice las actuaciones. Acuña cree que ese plan debe tener carácter vinculante, no tratarse de meras recomendaciones, “para evitar que algunas comunidades se lo pasen por el arco del triunfo, como ha sucedido con Madrid”. “Sería deseable que no sea otro tira y afloja en términos jurídicos, que quede claro qué se necesita para hacer lo que hay que hacer”, añade. Y recuerda que si se declara el estado de alarma será para tener ese marco jurídico. No hay que confundirlo, dice, con el confinamiento extremo o domiciliario de la primera ola. “Sea la vuelta a la fase 1, a la 2 o el toque de queda, hay que hacerlo ya. Y en el caso de Madrid no se puede volver a las áreas sanitarias”, asegura, en referencia al hecho de que el Gobierno regional aún no haya aclarado qué va a hacer cuando decaiga el estado de alarma el próximo sábado.

Las comunidades, mientras tanto, apuestan por estos cierres porque ven crecer su presión asistencial. “Tienen gran ocupación de camas y de UCI. Se están asustando”, dice Acuña. Además ven cómo se les satura la atención primaria, añade. Y quieren adelantarse a que se lo imponga Sanidad con la orden ministerial que obligó a Madrid a confinar la capital y otras nueve ciudades con más de 500 casos por 100.000 habitantes en 14 días, ocupación de UCI superior al 35% y una positividad mayor del 10%.

Estas son las autonomías que han impuesto o anunciado confinamientos perimetrales:

La Rioja. El Gobierno regional ha acordado el cierre perimetral de toda la comunidad desde el viernes hasta el 7 de noviembre. Además, los establecimientos deberán cerrar a las 21.00 horas, salvo farmacias, supermercados y locales de servicio de comida a domicilio. El interior de los establecimientos de hostelería tendrá un aforo del 50% (60% en terraza) y no se podrá consumir en la barra. Las reuniones sociales no podrán exceder de seis personas. La incidencia en la región es de 549 casos por cada 100.000 habitantes, la positividad en los test PCR del 15,2%, y la ocupación de las UCI llega al 33,3%, mientras que la presión hospitalaria es de casi el 14 %.

Aragón. El Gobierno regional ha decidido confinar perimetralmente sus tres capitales (Zaragoza, Huesca y Teruel) a partir de este jueves y por un mínimo de 30 días. “Hemos pasado un verano terrorífico y siempre hemos dicho que no nos temblaría la mano a la hora de tomar medidas”, dijo el miércoles el presidente, Javier Lambán. La comunidad ha alcanzado un 20% de positividad, la incidencia acumulada es de 586 por cada 100.000 habitantes (en Teruel se eleva a 1.418) y el porcentaje de ocupación de las UCI por enfermos covid asciende al 40%. Además se imponen otras medidas restrictivas, como el cierre de la hostelería a las 10 de la noche y la prohibición del consumo en el interior del local (terrazas al 50%). Como en La Rioja, las reuniones sociales no podrán ser de más de seis personas.

Navarra. Es la primera autonomía en cerrarse al exterior: desde el jueves y durante 15 días no se podrá entrar ni salir. La incidencia acumulada triplica la media del resto de España. Navarra es la comunidad que más pruebas diagnósticas realiza respecto a su población, casi el doble de la media estatal. “Se trata de frenar toda la actividad no imprescindible”, aseguró el martes su presidenta, María Chivite. Además del confinamiento, Navarra cierra bares y restaurantes (salvo comida a domicilio) y adelanta el cierre de los establecimientos a las 21.00 horas. El transporte público funcionará al 50%.

Comunidad de Madrid. La región con más población afectada por los cierres perimetrales. Siguen aisladas hasta el sábado la capital, Getafe, Fuenlabrada, Alcobendas, Parla, Alcorcón, Torrejón de Ardoz, Leganés y Móstoles en virtud del estado de alarma decretado el viernes 9. En total, casi 4,6 millones de personas. Además, varias zonas básicas de salud de municipios como Coslada o Collado Villalba tienen restringidas las entradas y las salidas por decisión del Gobierno regional.

Castilla y León. La Junta ha decretado el confinamiento de Ponferrada desde la medianoche de jueves al viernes. Esta comunidad tiene muchos municipios con cierres perimetrales. Burgos (180.000 vecinos) está aislado desde este miércoles, como Salamanca (desde el 17 de octubre). León, Palencia, Miranda de Ebro, Aranda de Duero y San Andrés del Rabanedo están actualmente en la misma situación. Medina del Campo lo estuvo hasta el pasado día 15. Poblaciones pequeñas como Carpio, o San Pedro de Latrace, ambas en Valladolid, también están confinadas.

Galicia. La Xunta de Galicia decidió confinar perimetralmente Ourense y el municipio limítrofe de Barbadás (120.000 personas) el 8 de octubre. Desde el día 15 otros tres municipios de la misma provincia se han sumado al cierre (O Carballiño, O Irixo y Boborás) y se les aplican las mismas restricciones que en la fase 2 del desconfinamiento.

Extremadura. Esta semana el Gobierno regional decretó el cierre perimetral y la vuelta a la fase 1 de la desescalada de Almendralejo (Badajoz), que tiene más de 30.000 habitantes. Otros municipios pequeños también permanecen aislados y se han limitado las actividades de ocio.

Andalucía. En esta comunidad permanecen confinados los 40.000 vecinos de Écija, en Sevilla, desde el 15 de octubre. La localidad ha llegado a superar los 900 contagios por cada 100.000 habitantes.

Con información de Patricia Peiró y Mikel Ormazabal


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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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