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El Gobierno autoriza el plan de Fertiberia para tapar las balsas de fosfoyesos en Huelva

Un comité de 19 científicos ha emitido tres informes negativos, sobre los que evita pronunciarse el Ministerio de Transición Ecológica

Fosfoyesos toxicos de Huelva
Balsas de fosfoyesos en el estuario del río Tinto, junto a la ciudad de Huelva.PACO PUENTES
Javier Martín-Arroyo

Luz verde temporal al proyecto para enterrar las cuatro balsas de fosfoyesos en Huelva, la mayor concentración de residuos químicos de Europa, según los expertos. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha emitido una Declaración de Impacto Ambiental favorable al proyecto de Fertiberia para sepultar las balsas de 1.200 hectáreas repletas de residuos tóxicos derivados de la producción de fertilizantes agrícolas, vertidos durante décadas por la empresa, una de las que componen el llamado polo químico ―un polígono de industrias químicas― a las afueras de la ciudad andaluza.

Tras dos años y medio de estudio y 1.348 alegaciones presentadas, los técnicos del Ministerio consideran que es viable enterrar los fosfoyesos bajo una capa de un metro de tierra y arcilla compactada, a pesar de la cercanía de la población onubense, a escasos 500 metros de las balsas, y los informes negativos de un comité de 19 expertos científicos, que alertan del sobrepeso de los residuos en plena marisma y de un riesgo sísmico medio-alto.

“La decisión es una muy mala noticia y una enorme tomadura de pelo para la ciudadanía de Huelva. Es un bodrio de proyecto que solo mete la mierda debajo de la alfombra. Antes que pronto esto provocará un enorme desastre medioambiental en la ría de Huelva. El Ministerio ha hecho oídos sordos y no ha tenido en cuenta los estudios de los expertos, que ni siquiera contesta”, ha criticado José Borrego, director del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Huelva, que ha estudiado la solidez de las balsas durante los últimos seis años.

El Ministerio ha evitado pronunciarse porque alega en su informe que la Junta de Andalucía es la autoridad competente para verificar si existe riesgo para la salud de los ciudadanos y de rotura de las balsas por exceso de pesos, temblores, terremotos o maremotos. Es decir, pasa la patata caliente al Gobierno andaluz. Las pirámides de residuos, parte del paisaje urbano onubense, contienen unos 120 millones de toneladas de fosfoyesos, cenizas de pirita y metales pesados, según la asociación Mesa de la Ría de Huelva, basándose en cálculos oficiales. A la espera de la publicación del informe en el BOE, el Ministerio ha eludido detallar este martes los argumentos detrás de su visto bueno técnico. Tras su luz verde, aún debe pronunciarse el Consejo de Seguridad Nuclear sobre la seguridad y protección radiológica del proyecto de Fertiberia, ya que en las balsas existe uranio natural derivado de las rocas utilizadas para producir los fertilizantes.

El comité de 19 expertos ha emitido tres informes en el último lustro, todos contrarios al plan previsto por Fertiberia ―en 2010, una sentencia de la Audiencia Nacional obligó a esta empresa a frenar los vertidos― que ahora ha obtenido el visto bueno del Gobierno. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Instituto Geológico y Minero del Ministerio de Ciencia e Innovación, y las universidades de Granada, Cádiz y Huelva, entre otros organismos, forman parte de este comité que ha analizado la estabilidad geológica y permeabilidad de las balsas, tras ser convocados por el Ayuntamiento de Huelva para analizar los riesgos reales.

“No es un soporte rígido en plena marisma, sino embebido de agua con presiones de hasta 60 toneladas por metro cuadrado. La zona 2 [de cinco que componen las balsas] soporta apilamientos de 25 metros y hemos detectado con métodos de sísmicas de alta resolución una enorme deformación en el sustrato, que incluye procesos de fluidificación. El material de marisma ha entrado en un estrés portante, con una carga muy por encima de la que puede soportar. Se pueden producir fenómenos de solifluxión, que darían lugar a que el sólido se convierta en fluido y eso provocaría el colapso”, alerta Borrego. “Estamos en una zona con un riesgo sísmico medio-alto y es un fenómeno probable”, añade. Las cuatro balsas de fosfoyesos están a 66 kilómetros de Aznalcóllar (Sevilla), donde hace dos décadas se rompió una balsa minera con seis millones de metros cúbicos de lodos y aguas contaminados con zinc, plomo y azufre.

Para llevarse a cabo, el proyecto aún debe recorrer un largo camino y obtener la autorización ambiental integrada por parte de la Junta de Andalucía, que debe incluir un informe positivo del Ayuntamiento de Huelva. “No entendemos cómo un Gobierno progresista ha dado vía libre a esta chapuza. Es una noticia muy mala que permite tapar el vertedero y esconder la porquería sin protección anti tsunamis”, ha criticado Juan Manuel Buendía, presidente de la asociación Mesa de la Ría. En paralelo, el portavoz de Greenpeace Julio Barea avisa: “La Junta de Andalucía tiene en este caso una oportunidad para demostrar con hechos si su aclamada Revolución Verde tiene o no un compromiso real con el medio ambiente”.

En la acera de enfrente, Fertiberia ha valorado la decisión del Ministerio sobre su proyecto, valorado en 66 millones: “Apilamientos de fosfoyesos hay en todos los países, y el tratamiento y encapsulado es la solución óptima y el proyecto más seguro”, ensalza su director industrial, David Herrero. El proyecto incluye el drenaje del agua interna, una capa de impermeabilización mediante una membrana, otra de arcilla compactada de 60 centímetros y una última de tierra vegetal de 40 centímetros, además del sellado perimetral con escolleras para mareas, tusunamis o terremotos, destaca Herrero. Fertiberia ha recibido el apoyo del sindicato UGT. “Es una buena noticia para Huelva en general y los trabajadores directos e indirectos que dependen de la actividad productiva de Fertiberia”, según el secretario general del sector químico en Huelva, Luciano Gómez.

Para ejecutar el proyecto, con 10 años previstos de obras y 30 de vigilancia, Fertiberia deberá contar con el visto bueno de la Junta y a continuación del Consistorio onubense, Administración que debe avalar la compatibilidad urbanística del proyecto en el Plan General de la ciudad, así como la concesión final de la licencia de obras.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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