Países Bajos cerrará todas las granjas de visones
El brote de coronavirus detectado en más de 40 de las cerca de 120 explotaciones que permanecen en activo adelantará al próximo año el fin de la industria, previsto para el año 2024
Países Bajos ha decidido cerrar todas las granjas de visones para peletería. Los continuos brotes de coronavirus registrados en las explotaciones -en 42 de las cerca de 120 todavía activas- adelantarán a 2021 el fin de la industria, que estaba previsto para el año 2024. La temporada de recogida de pieles empieza este noviembre, y la nueva temporada de crianza en marzo, y el Ministerio de Agricultura no quiere que vuelvan a llenarse las jaulas de hembras fértiles.
Su titular, Carola Schouten, ha informado al Congreso y organizará encuentros virtuales con los dueños de los criaderos para acordar el fin de sus actividades. En mayo pasado, científicos neerlandeses alertaron del posible primer salto conocido de la covid-19 de animales a humanos y fue en una de estas fincas. Los investigadores sostienen que los mustélidos pudieron contagiar a sendos trabajadores y era preciso parar la transmisión. En julio habían sido sacrificados ya un millón de ejemplares, y se han reservado 180 millones de euros para compensar a los dueños. En España también se decidió sacrificar a los 92.700 visones de una granja peletera en Teruel, tras descubrir que el 86% de los animales estaban contagiados de la covid-19.
Antes de tomar la resolución, la ministra neerlandesa ha pedido un segundo informe al equipo de expertos que asesora al Ejecutivo durante la pandemia. En su opinión, “los riesgos para la salud son escasos en estos momentos, pero es deseable poner fin a la cría de visones para evitar la propagación del coronavirus”. En consecuencia, Carola Schouten ha ampliado el cierre a todos los criaderos, incluidos los que no hayan registrado contagios. Su colega de Sanidad, Hugo de Jonge, ha añadido que “no nos podemos permitir que el virus siga circulando de esta forma, y se forme un reservorio, con todos los riesgos que ello implica”. A partir de ahora, los controles sanitarios y de higiene serán reforzados para evitar nuevos brotes.
El anuncio de un posible contagio de coronavirus de los mustélidos a personas en los Países Bajos llegó en mayo, cuando las fincas sumaban en conjunto unas 800.000 hembras fértiles que estaban teniendo crías. Los empleados debían tocarlas y trasladarlas de jaula, de modo que el contacto era muy cercano. La secuencia del genoma de las dos personas contagiadas era muy parecido al de los visones, y distinto al genoma del resto de la población, según comprobó el equipo de Wim van der Poel, investigador jefe del área de Virus Emergentes y Zoonosis del Centro de Investigación Bioveterinaria de la universidad de Wageningen (WBVR, en sus siglas en inglés). En otros casos, el contagio fue de la persona, ya con síntomas, al visón. En estos momentos, todos los trabajadores llevan equipos protectores y se impide el trasiego de animales y alimento o las visitas.
La Organización Mundial de la Salud sostiene que algunas especies —gatos, tigres, leones, hurones, murciélagos y macacos— presentan una “alta” susceptibilidad al SARS-CoV-2, pero recuerda que no se conocen saltos desde estos animales a los humanos. A falta de una confirmación definitiva, la organización solo reconocía en su último informe al respecto, en junio, “la posibilidad de transmisión del SARS-CoV-2 de los visones al ser humano”.
Los Países Bajos son el tercer productor europeo de pieles de visón sin tratar, después de Dinamarca y Polonia, según un estudio de la universidad de Copenhague de 2017, y el Tribunal Supremo decidió en 2016 que la industria debía desaparecer -en 2024- debido al rechazo ético y social que genera.
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