Un millón de visones sacrificados en Países Bajos por la covid-19
Wim van der Poel, el investigador neerlandés que alertó del primer salto conocido del virus de animales a humanos, no descarta que el Gobierno anuncie el sacrificio preventivo de todos los mustélidos
El coronavirus se ha hecho fuerte en 23 de las cerca de 130 granjas de visones dedicadas en Países Bajos a la industria peletera, y un millón de ejemplares ha sido ya sacrificado. Es el primer lugar del mundo donde se produjo un brote conocido de esta clase, y también el primero donde se alertó en mayo pasado de la posible transmisión del animal al humano, en este caso, dos trabajadores de una de las explotaciones. Ante el avance de la infección entre los visones, el ministerio de Agricultura neerlandés espera evaluar este jueves el informe que deben remitir los expertos en zoonosis para ver si mantiene las actuales medidas de higiene y contención, o bien ordena la desaparición preventiva de todos los mustélidos. La decisión es urgente, puesto que las cerca de 800.000 hembras fértiles calculadas entre todas las fincas están teniendo crías, y los trabajadores que los tocan y trasladan de jaula no pueden evitar un contacto muy cercano.
En 2016, el Tribunal Supremo ordenó el cierre, para 2024, de esta industria “por el rechazo ético y social que produce”, y aunque Agricultura ha asegurado que no cree conveniente adelantarlo, no se descarta que lo acabe imponiendo por culpa de la covid-19. El equipo de Wim van der Poel, investigador jefe del área de Virus Emergentes y Zoonosis del Centro de Investigación Bioveterinaria de la Universidad de Wageningen (WBVR, en sus siglas en inglés), secuenció el genoma del virus en las dos personas contagiadas, y explica que puede haber más casos a escala internacional.
Pregunta. En mayo anunciaron el posible primer salto conocido de coronavirus de animales a humanos. ¿Qué se sabe ahora?
Respuesta. Observamos entonces que la gente con el coronavirus que vive en la zona de las granjas, en las provincias de Brabante y Limburgo, al sur de Países Bajos, no tenía la misma secuencia del genoma de la covid-19 que los visones. Era algo distinta, mientras que en las dos infecciones humanas reportadas, los dos empleados de las explotaciones, era muy similar al del mustélido. En estos momentos, seguimos con las secuencias del genoma del virus en las fincas y hacemos pruebas diagnósticas a los animales y a todas las personas que trabajan dentro. Queremos saber si están relacionados. Del centenar de test efectuado hasta ahora, unos 50 han dado positivo, y pasa lo mismo: es algo distinto al virus del resto de la población. Había también otros trabajadores que ya tenían el virus, y en su caso, pudieron haberlo pasado a los visones. Ahora todos llevan equipos protectores y no se permite el acceso a las granjas de los camiones de alimento, el trasiego de animales, o las visitas. También analizamos la estabilidad del virus en el estiércol, que no nos parece un riesgo.
P. ¿Qué posibilidades hay de que estos contagios se sucedan en otros países?
R. Lo importante es parar la transmisión, porque, al menos en Países Bajos, está bajando la prevalencia de la covid-19 entre la población en general. Es preciso saber cómo debemos abordar el caso de las granjas de visones. Hemos comprobado a su vez que el virus aparece en el aire del interior de las fincas, donde se alinean las jaulas de hembras con sus crías, pero no está fuera. Es decir, que el riesgo de contagio entre los visones es grande, y puede ocurrir en otros lugares. En Dinamarca [principal productor europeo de estas pieles] ya los han sacrificado en tres granjas. Puede que en España, en Aragón, haya sucedido algo parecido a lo que hemos visto nosotros aquí.
P. El visón es susceptible al coronavirus, ¿ha agravado la situación la forma de crianza en jaulas pequeñas y muy juntas?
R. La proximidad entre los visones y su forma de vida en las granjas influye. Al ser una especie tan proclive al virus, cuando este se introduce no es raro que se propague a gran velocidad. Y las crías que nacen estos días, a miles, son más propensas aún [la fundación Animal Rights, con sede también en Bélgica, calcula que puede haber entre 4 y 5 millones de mustélidos en cautividad en Países Bajos]. Por otro lado, debemos tener en cuenta que el coronavirus puede regresar en otoño entre las personas a escala mundial. Ha habido empleados de las granjas con síntomas graves, pero no se han registrado muertes, afortunadamente. El Gobierno neerlandés prevé tomar una decisión sobre qué hacer con el sector para agosto. De momento, es esencial imponer restricciones para que la infección no avance.
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