¿Qué está pasando en Alemania? Reuniones familiares, de amigos y el regreso de viajeros explican el repunte
Las autoridades alemanas registran 1.707 nuevos positivos en las últimas 24 horas, la cifra más alta desde finales de abril
Alemania, el país que encandiló al mundo por su gestión en los primeros meses de la pandemia registra estos días un pico de contagios, que no deja de crecer desde finales de julio. Este jueves, el instituto Robert Koch cifraba en 1.707 los nuevos positivos en las últimas 24 horas y en 10 las muertes, lo que supone la cifra más alta de contagios desde finales del pasado abril en un país de 83 millones de habitantes. Las reuniones familiares, de amigos y en centros de trabajo, junto con el regreso de veraneantes de otros países y el aumento de pruebas diagnósticas se encuentran entre las razones de este incremento, que ha puesto en guardia a las autoridades sanitarias y políticas.
La preocupación se acrecienta al tratarse de una propagación que no se concentra en grandes brotes y por lo tanto más controlables. “En las pasadas semanas, los casos de covid-19 han incrementado considerablemente en muchos Estados federados y el número de municipios con cero casos durante un periodo de siete días ha disminuido notablemente. Esta tendencia es muy preocupante”, indica el Instituto Robert Koch en su último informe diario. “Las celebraciones familiares y con amigos y los viajeros que regresan, especialmente los más jóvenes, contribuyen al incremento de casos”, añade el instituto.
En total, el centro de referencia epidemiológico alemán contabiliza 228.621 casos desde el inicio de la epidemia y 9.253 muertes, lo que supone una tasa de mortalidad del 4%. La tasa de reproducción del virus, es decir, la media de contagios por parte de una sola persona, continúa por encima del umbral del uno (1,03), considerado clave para contener la propagación.
“Es un nivel de contagios todavía controlable, pero se deberían adoptar nuevas medidas para que deje de crecer. Si esto sigue así durante meses, será imposible de controlar”, explica a este diario Jonas Schmidt-Chanasit, uno de los virólogos más reconocidos del país. Los expertos indican que el actual es un crecimiento lineal y no exponencial, lo que Schmidt-Chanasit atribuye en parte “a que mucha gente mantiene la distancia de seguridad, se lava las manos y usa la mascarilla”. Este experto de la Universidad de Hamburgo insiste en la importancia de evitar los espacios cerrados y teme que en otoño, con la bajada de las temperaturas y el cambio en el estilo de vida, se recrudezca la situación epidemiológica.
El martes, la canciller Angela Merkel descartó relajar las medidas de contención del virus, que incluyen el mantenimiento de la distancia de seguridad y el uso de mascarilla en lugares cerrados como tiendas y en el transporte público. “Las buenas noticias son que si cumplimos las reglas, es posible mantener una apertura de la vida pública”, dijo de visita en Renania del Norte-Westfalia, el land alemán más afectado. “En cualquier caso no puede haber ahora relajación de medidas”, sentenció.
Los llamados casos importados, es decir, viajeros que pueden haberse contagiado en otros países, representaron la semana pasada un 39% de los casos positivos, según los datos del instituto Robert Koch. Kosovo, Turquía y Croacia son los tres países de origen del mayor número de casos importados. España se encuentra en sexto lugar de la lista, con 222 casos reportados en las tres últimas semanas, frente a los 1.755 de Kosovo.
Detalla además el instituto alemán que en Kosovo y Turquía se trata de casos entre los que figuran un número elevado de niños y personas de mediana edad. En España y Croacia, la probabilidad de contagio incrementa en personas de entre 20 y 24 años, lo que apunta al turismo como objetivo del viaje. “Las familias que vienen de países como Kosovo, viajan en coche y no pasan por los aeropuertos. El Gobierno trata de convencerles ahora para que vayan a hacerse el test”, explica Schmidt-Chanasit.
Desde principios de agosto, Alemania realiza pruebas diagnósticas de forma gratuita en puntos de entrada al país como los aeropuertos, estaciones de tren o autopistas, para quienes procedan de las llamadas zonas de riesgo. Los viajeros deberán someterse a cuarentena hasta que reciban el resultado negativo del test. España, a excepción de las islas Canarias, se encuentra dentro del listado de zonas de riesgo del Gobierno alemán. Este jueves, regiones costeras croatas han sido incluidas en la lista de riesgo.
El fin del verano podría reducir el número de positivos de viajeros. Por eso, Schmidt-Chanasit considera que el verdadero problema son los contagios que se producen dentro de las fronteras de Alemania, en reuniones familiares y en centros de trabajo. “Es evidente que crecen los contagios cuando se junta mucha gente, sobre todo en interiores”, recuerda el virólogo. El instituto Robert Koch indica que la emisión de aerosoles incrementa de forma drástica al cantar, reírse o hablar alto. “En habitaciones cerradas, el riesgo de transmisión aumenta significativamente, incluso si se mantiene una distancia de más de metro y medio”, indica el instituto en su último informe.
Por último, Schmidt-Chanasit atribuye el aumento de casos, en parte, a que se realizan muchos más tests. La pasada semana se hicieron 875.524, con un total de 8.407 positivos. Eso significa, que el porcentaje de positivos ha permanecido estable en las últimas tres semanas, pero ha aumentado respecto a las anteriores.
El oeste de Alemania sigue concentrando el mayor número de casos, con Renania del Norte-Westfalia a la cabeza. Baviera, Baden-Württemberg y Hessen figuran entre los Estados alemanes más afectados. El repunte de casos coincide además con una bajada de la media de edad de los contagiados.
El regreso escalonado a las aulas desde la primera semana de agosto, ha provocado el cierre de algunas escuelas, pero según los expertos, es aún temprano para determinar el impacto epidemiológico del nuevo curso escolar.
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