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El orgullo rural, sobre ruedas y en YouTube

El "autobús de la repoblación" inicia su segunda gira por los pueblos de la España vaciada con actividades de promoción cultural y retransmisión en vivo

Los ganadores del premio Profeta en tu Tierra, frente al autobús de la repoblación, en El Burgo de Osma (Soria).
Los ganadores del premio Profeta en tu Tierra, frente al autobús de la repoblación, en El Burgo de Osma (Soria).B.P.
Noor Mahtani

Durante la Segunda República, un grupo de intelectuales pusieron en marcha las Misiones Pedagógicas: una ruta de actores, músicos y reconocidos poetas por el interior de la Península para acercar el teatro, la danza y las bibliotecas a los pueblos pequeños. Hoy, los que se han comprometido a eliminar la brecha entre lo urbano y lo rural son El Hueco, una asociación soriana que recorre la España vaciada con ideas para dinamizar los pueblos y llenarlos de vida. Y de gente. Este año, en su segunda gira, lo hacen subidos a un autobús, el “autobús de la repoblación”, con una antena satélite que les permitirá retransmitir en vivo desde más de 40 localidades a través del canal de YouTube Presura TV. Con mascarillas, distancia de seguridad y una alternativa online, llevan un mes de ruta.

Un puñado de sillas esperan dispersas en la plaza de Los Cacharros de El Burgo de Osma, primera parada de la gira, que se inició a mediados de julio. Este era el mercado popular y el lugar de encuentro de la localidad soriana de 5.000 habitantes. Muchos recuerdan aún el orden de los antiguos comercios y cómo uno a uno han ido cerrando. “Es un sitio que estaba lleno de vida”, lamenta un vecino. Ahora, El Hueco Oxma, la agrupación local de El Hueco, intenta recuperarla con la colaboración de artistas locales del colectivo Pintamonos. De los 45 balcones que se asoman a la plaza, 14 lucen persianas alicantinas pintadas por ellos a mano. Este año colgarán otras 10. La sombra de una niña que pierde sus globos, la Vía Láctea vista desde otro pueblo y un ojo que vigila son algunas de las propuestas que inundan de color la zona. Armando García, colaborador de El Hueco Oxma y director del hotel Virrey Palafox, confía en que la iniciativa de paso a una empresa social o un taller de pintura: “Los proyectos solo funcionan cuando surgen de los vecinos o están involucrados. Es la única garantía de éxito”.

La plaza de los Cacharros en El Burgo de Osma, Soria, este viernes.
La plaza de los Cacharros en El Burgo de Osma, Soria, este viernes.B.P.

Con la misma esencia, varios emprendedores y miembros de la administración provincial y local ocupan las sillas dispuestas en la plaza por la asociación para debatir sobre el futuro del turismo en la comarca. No se permiten los tiempos verbales pasados ni frases hechas. Los políticos, además, solo podrán intervenir para hacer preguntas. Este es el grito de la España que se desangra: ser escuchada. “No estamos explotando nuestro potencial vitivinícola”, critica Rocío Madrigal, ingeniera agrónoma y enóloga. Alejandro Martínez, dueño de un hotel especializado en deportistas, enumera las necesidades de este nicho de turistas y José Ángel Marín comparte su apuesta por los vehículos eléctricos en su empresa de movilidad interurbana. A Joaquín Alcalde, director de la feria nacional de repoblación Presura, no le sorprende la iniciativa local: “En los pueblos hay mucha gente emprendedora y con ganas de innovar, pero es fundamental dar espacio para crear sinergias”.

Ocho colaboradores y técnicos audiovisuales de El Hueco recorren 11.000 kilómetros con actividades en 40 pueblos de casi una veintena de provincias, gracias al patrocinio de Hispasat, Red Eléctrica de España, Cesce, Enisa, el Ayuntamiento de Soria, la Diputación de Soria y la Red Rural Nacional. A pesar de que la agenda y las actividades se ven alteradas a menudo, dados los últimos rebrotes y las medidas más restrictivas en otras comunidades autónomas, el calendario se presenta repleto de eventos culturales y coloquios que se alargarán hasta el 30 de octubre. De momento, han tenido que suspender los actos previstos en Aranda de Duero (Burgos), que se encuentra confinada por un brote, en Belorado (Burgos), y en Sangüesa (Navarra).

Pero allá donde va, es imposible que su autobús pase desapercibido. Aparcado frente al Ayuntamiento, llama la atención de todos los vecinos, que se acercan curiosos o cuchichean al ver las pantallas. “¿Y esto para qué es?”, pregunta un niño que come un helado de chocolate. “Es lo que dijo la abuela. Lo de la repoblación. ¿Te acuerdas?”, responde otro buscando un hueco para sentarse a la sombra. En El Burgo de Osma, una localidad que pierde el 1% de su población anualmente, la sangría demográfica está en boca de todos. Frente a los niños, ocho grupos de emprendedores esperan a la entrega de premios del primer concurso Profeta en su Tierra, en el que han participado con proyectos desde un espacio de coworking para teletrabajadores, hasta talleres de mindfulness o aceite a base de las pipas de uvas de la comarca. El ingenio con el pueblo como denominador común.

Cuatro jóvenes de entre 25 y 27 años reciben el trofeo –un san Pancracio dorado– y el resto de premios sonrientes y bajo los vítores de la abuela de uno de ellos. Han creado un sustituto del cemento y el hormigón a base de materiales reciclados, sobre el que pretenden seguir investigando. Viven en el pueblo y no tienen intención de irse a pesar de haber estudiado en el extranjero. “Aquí tenemos más calidad de vida que en Madrid. Y es especial porque es nuestro pueblo”, dice Antonio Campos. “La clave es conseguir que volver al pueblo no sea un fracaso, sino una opción más”, añade Alcalde, “Y para eso es imprescindible cambiar el relato, entender que también es una alternativa atractiva y llena de oportunidades”.

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