Un barrio de Pamplona de 13.000 vecinos retrocede a la fase 2 tras un rebrote de 122 casos

El Gobierno de Navarra ha anunciado este miércoles que el barrio pamplonés de Mendillorri vuelve a la fase 2 de la desescalada. La decisión obedece a la notificación de 122 casos en los últimos días, en un rebrote de la epidemia que ha dejado este miércoles seis nuevos positivos confirmados. El 93% del centenar de infectados tiene de 17 a 28 años, y el Ejecutivo navarro ha informado de que realizará pruebas PCR a los alrededor de 2.400 jóvenes que se encuentran en esta franja de edad y que residen en esta zona, en la que viven unos 13.000 vecinos. De esta forma, las autoridades pretenden conocer si hay más personas afectadas e intentar limitar el alcance de este repunte. En principio, las medidas estarán 15 días en vigor.

Superado el estado de alarma, no existen las fases como tal, pero sirven como referencia para regular las restricciones que han impuesto varias comunidades en zonas específicas para tratar de contener los contagios. La semana pasada, por ejemplo, el Gobierno de Aragón anunció una “fase 2 flexibilizada” para Huesca y Zaragoza y su área de influencia.

Que Mendillorri retroceda al nivel 2 supone que se retorna a la reducción de aforos a la mitad en espacios como el comercio, la hostelería o lugares de culto. Estas medidas se unen además a las aprobadas este miércoles por el Gobierno regional para el conjunto de la comunidad. Se reduce el horario de locales de ocio o espectáculos, además de peñas, salones de juego y recreativos o sociedades gastronómicas privadas; no podrá haber “actos de convivencia y ocio en horario nocturno” (botellones) que tengan lugar de dos a seis de la madrugada; los restaurantes o bares, que tampoco podrán estar abiertos en esta franja horaria, no podrán alojar a grupos de más de 10 integrantes, a menos que sean convivientes, y se deberá acentuar la distancia de seguridad entre mesas.

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Navarra se ha convertido en la tercera comunidad donde se han contabilizado más casos por cada 100.000 habitantes, solo superados por Aragón y Cataluña. La responsable de Sanidad, Santos Induráin, ha mostrado su preocupación por una tendencia al alza “clara y rotunda” que se ha traducido en pasar de 40 nuevos casos el 18 de julio a los 130 cuantificados este miércoles.

Minimizar la transmisión

“La situación epidemiológica y la realidad en este momento aconsejan tomar medidas adicionales para minimizar al máximo posible la transmisión del virus en Navarra”, ha dicho Induráin, en referencia a Mendillorri. Ha destacado, no obstante, que el aumento de contagios en el barrio no se ha dejado notar en los hospitales de esta zona de Pamplona. De hecho, en toda la comunidad hay 20 personas ingresadas y una en la UCI.

La consejera no ha aclarado cuándo entrarán en vigor las medidas en Mendillorri, ha afirmado que será “el jueves o el viernes”. “Estamos en un escenario en el que hay un inicio en algunos casos de transmisión comunitaria, de momento muy acotada y muy localizada”, ha asegurado. Las restricciones se prolongarán 15 días para evaluar los indicadores epidemiológicos y estudiar decisiones posteriores. Induráin ha valorado que el 59% de los casos se corresponde a contactos de los infectados ya notificados, señal de que “los sistemas de rastreo están funcionando”.

La consejera ha pedido colaboración social contra la incidencia de la covid-19 y ha aplaudido que “la mayoría ha sido y es ejemplar”, pero ha matizado que se debe “seguir insistiendo con más fuerza si cabe en las medidas de prevención y protección frente a la pandemia”. Ha hecho hincapié en “implicar a la gente más joven en este reto colectivo”, aunque ha afirmado que los altos registros de afectados jóvenes y vinculados con áreas de fiesta no deben servir para “culpabilizar a nadie, ni a los colectivos jóvenes ni a los sectores y negocios de ocio nocturno”.

En Mendillorri, el anuncio de restricciones ha provocado desazón en la hostelería. El dueño del restaurante Ostargi, que prefiere no dar su nombre, explicaba que todo es un “desastre”, más aún tras dos meses cerrados, y que temía verse abocado a despidos o reducciones de jornada. “Tampoco tienen toda la culpa los chavales”, subrayaba, y apuntaba que quienes más bromean o van “de graciosos” a su local son los mayores: “Cuatro que dan la nota”.

Aratz Iturgaiz, vecino de Mendillorri de 22 años, comenta que en el barrio no hay discotecas o locales de ocio nocturno, pero explica que cuando se suspendió el chupinazo de San Fermín del 6 de julio varios grupos se juntaron en el parque “para almorzar” en unas mesas: él sospecha que esa cita pudo provocar los rebrotes que han proliferado en esta área.

El epidemiólogo Jesús Molina explica que los jóvenes son un sector que dificulta erradicar el virus porque tienen una “menor percepción del riesgo” y “sienten que esto no va con ellos”. Para ilustrar esta sensación lo compara con los excesos de velocidad al volante debido al exceso de confianza. El verano complica su concienciación respecto al virus porque es una “época de viajes y fiestas”. El reto, sostiene, pasa por hacerles comprender que evitar concentraciones o usar mascarillas “traerá beneficios a corto plazo” por mucho que ellos no perciban problemas a largo plazo, como son los efectos sanitarios de la covid-19.

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