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Los nuevos abrazos: manual de uso para el reencuentro

La pandemia ha alterado los gestos de afecto. Los expertos aconsejan saludar con rapidez y mascarilla

En esta serie de imágenes, las caras no están en contacto, aunque es importante que el gesto se haga lo más rápido posible para tratar de minimizar la exposición a un posible contagio.
En esta serie de imágenes, las caras no están en contacto, aunque es importante que el gesto se haga lo más rápido posible para tratar de minimizar la exposición a un posible contagio.SANTI BURGOS

La llamada nueva normalidad ha dejado escenas que hace unos meses ni imaginábamos, como las fotos de hijos e hijas abrazando a sus padres mayores a través de fundas de plástico en una residencia valenciana. Lo llamaron el arco de los abrazos. Después de más de tres meses aislados, los internos de Ballesol Valterna pudieron al fin ver y tocar a sus familiares a través de una especie de pantalla de plástico y unas mangas de usar y tirar. Las imágenes emocionan. Muchos reencuentros familiares se van a producir ahora, con las vacaciones de verano, sobre todo para quienes viven lejos de hermanos, padres o madres. Y las dudas asaltan a la hora de planificar esos viajes. Si la recomendación general es mantener la distancia con las personas con las que no se convive, ¿cómo saludar a ese ser querido que hace meses que no ve? ¿Puede abrazarle? ¿Cuál es la mejor manera?

Médicos preventivistas dan algunas pautas sobre los tan ansiados abrazos. El primer consejo es la cautela, subraya Ildefonso Hernández, catedrático de Salud Pública de la Universidad Miguel Hernández de Alicante. Lo más seguro siempre es mantener las distancias. “Los riesgos que asumimos son también riesgos para el resto de la población”, recuerda. Si tras un reencuentro familiar enfermamos y los servicios sanitarios tienen que investigar nuestros contactos, buscarán a quienes hayan estado a menos de dos metros y durante más de 15 minutos. Por tanto, por el bien de todos, si hay abrazos, tienen que ser lo más cortos posible.

“Hay que entender que el virus puede continuar circulando de forma inadvertida”, señala también Alberto Torres, catedrático de Medicina Preventiva de la Universidad de Murcia. “Ni la proximidad ni el cariño disminuyen en modo alguno el riesgo de que una persona que queremos o conocemos, o incluso que nosotros mismos podamos estar infectados”. Puede ser molesto y engorroso, añade, pero siempre van a ser necesarias unas medidas mínimas de protección y tenemos que ir acostumbrándonos a ellas.

Para empezar, no deben darse besos ni la mano. De estas dos formas tan habituales de saludarse habrá que despedirse durante algún tiempo, coinciden los expertos consultados. Para darse un abrazo con seguridad, Torres, miembro de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (Sempsph), recomienda varios requisitos además de la brevedad. El primero es que las dos personas deben llevar mascarilla. No deberían hablar mientras se están dando el abrazo, para evitar así la expulsión de las pequeñas gotas de saliva a través de las cuales se transmite el virus. No solo se emiten al estornudar o al toser, sino también al cantar e incluso al hablar.

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23/05/20. (DVD 1001). Dos chicas se saludan con los codos en Madrid durante la pandemia de coronavirus. 
Jaime Villanueva.
Saludarse de otra forma

Es recomendable también, continúa Torres, lavarse bien las manos (o usar un gel higienizante) antes y después del contacto. Y evitar tocar con la cara o la mascarilla a la otra persona. Sobre la técnica del abrazo, “cada persona debe girar lateralmente la cabeza en direcciones opuestas para evitar el contacto”, añade.

¿Y los niños? ¿Pueden abrazar a sus abuelos? “Aunque seguimos sin poder decir las cosas con suficiente seguridad, hay indicios de que no son tan transmisores como en principio se sospechó. Ahí hay que considerar su altura y las dificultades para controlarles”, opina Hernández. La forma más adecuada de abrazarles es no bajar a su altura y mantener la cabeza girada hacia el lado contrario, como con los adultos. Y con mascarilla para evitar que el adulto respire sobre la cabeza del niño o que este contamine la ropa del adulto.

Espacios exteriores

¿Y dónde deberían producirse estos reencuentros para minimizar el riesgo? Es preferible, indica Torres, que los saludos se hagan en espacios exteriores y zonas abiertas bien ventiladas. En general, tanto a la llegada como durante toda la visita, habría que mantener la distancia mínima y, si esta es de menos de 1,5 metros, con la mascarilla puesta. “En las reuniones en espacios cerrados, sobre todo cuando hay muchas personas, no se puede mantener la distancia de seguridad; si las ventanas están cerradas o no hay ventilación con renovación del aire del exterior, y hay mucho ruido ambiental, son las que entrañan más riesgo”, recuerda. En general, en estas visitas es conveniente que no haya ruido para evitar así subir el volumen al hablar o acabar gritando.

“Por supuesto, si alguien está enfermo o ha tenido contacto reciente con personas que tenían síntomas de infección no debe acudir a estas reuniones”, subraya el preventivista. Se considera contacto reciente menos de 10 días. Otro de los consejos básicos es ventilar la casa varias veces al día y evitar permanecer mucho tiempo con más personas en espacios reducidos. Con las personas vulnerables (pacientes crónicos, inmunodeprimidos…) hay que mantener de forma rigurosa las medidas de protección”, insiste Torres. Pueden participar en reuniones familiares, pero siempre que su condición clínica esté controlada, añade.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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