La prostitución recupera el ritmo en Países Bajos
La desescalada llega al sector, que solo aceptará clientes sin síntomas de coronavirus
“Todas las posturas están permitidas”. Así ha anunciado Mark Rutte, primer ministro neerlandés, el regreso de la prostitución a las famosas ventanas iluminadas que dan nombre, entre otros, al Barrio Rojo de Ámsterdam. El sector, con espacios similares en otras 12 ciudades, ha permanecido parado desde el pasado 15 de marzo al figurar entre las profesiones “de contacto”, en términos oficiales. Este miércoles, vuelve con el compromiso de preguntar a los clientes si tienen síntomas de coronavirus. Aunque el Gobierno no exige el uso de mascarillas, las propias prostitutas han elaborado un protocolo donde se recomienda a ambas partes adoptar medidas de higiene. Ventilar el local, cambiar las sabanas después de cada encuentro y desinfectar todas las superficies, son algunos consejos.
Las distintas asociaciones que representan a las prostitutas en los Países Bajos llevaban semanas pidiendo la reapertura del sector, porque, en su mayoría, no han recibido subsidios oficiales durante esta crisis. Por eso, Red Light United, el grupo que se ocupa de las que operan en las ventanas del Barrio Rojo de la capital, sostiene que es “ilusorio pensar que ellas pararan ante las medidas impuestas por la covid-19″. La queja principal ha sido el abandono de las autoridades cuando reparte ayudas. No todas son trabajadoras autónomas, y tanto los liberales de izquierda, como la Unión Cristiana (ambos en el Gobierno) y la oposición socialdemócrata, calculan que “varios miles se han quedado fuera de los planes de apoyo”. El pasado 1 de abril, el grupo neerlandés de periodismo de investigación Investico, analizó los anuncios de servicios sexuales de los tres sitios principales de Internet para esta publicidad, y vieron que 179 prostitutas seguían trabajando. Otras 216 habían parado temporalmente.
Después de consultar con los servicios sanitarios municipales, el protocolo para manejarse a partir del 1 de julio ha sido elaborado por la asociación SekswerkExpertise, que aboga por la mejora su situación laboral, jurídica y social. Han colaborado a su vez otras asociaciones del sector, como Proud, que agrupa a las prostitutas en los Países Bajos, además de asistentes sociales y el grupo formado por los empresarios que alquilan las ventanas. En esencia, les recomienda quedarse en casa, o bien pedir una prueba diagnóstica, si se encuentran mal. A continuación, enumera las precauciones a tomar, divididas en sendos apartados dedicados a las normas generales de comportamiento y de limpieza.
Entre los primeros avisos, figuran los siguientes: “Explicar bien al cliente la nueva situación; preguntar por su salud y los contactos anteriores con gente que pudiera estar infectada; tomar la temperatura con un termómetro de mano [los que tienen forma de pistola]; ducharse antes y después de cada cliente; evitar en lo posible compartir el aliento; disponer por si acaso de suficientes mascarillas no médicas para ambos; ventilar antes, durante y después de la cita”. En cuanto a la limpieza, incluye la desinfección de todas las superficies y objetos tocados y utilizados; cambio de sábanas con cada cliente; uso de toallitas desechables o papel, o bien bayetas que aguanten la lavadora; lavado adecuado de manos por ambas partes”. Moira Mona, una prostituta que ha lamentado en los medios neerlandeses la lentitud del Gobierno con su sector, ha dicho que se siente “más segura aplicando este protocolo que con los consejos oficiales”.
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