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California y Texas dan marcha atrás en la desescalada ante el aumento repentino de casos de covid-19

Los dos Estados más poblados de EE UU ordenan volver a cerrar los bares mientras se acelera el ritmo de contagios

Pablo Ximénez de Sandoval
Un bar en Venice Beach el pasado marzo, al comienzo de la cuarentena por la covid-19 en California.
Un bar en Venice Beach el pasado marzo, al comienzo de la cuarentena por la covid-19 en California.Marcio Jose Sanchez (AP)

El gobernador de California ordenó este domingo el cierre obligatorio de los bares y discotecas en siete condados del Estado, incluido Los Ángeles, el condado más poblado de Estados Unidos, ante el preocupante aumento en la última semana de las cifras de positivos y hospitalizaciones por covid-19. La decisión llega dos días después de una medida similar en Texas, el primer Estado que se ha visto obligado a dar marcha atrás en la desescalada.

El hecho de que los dos Estados más poblados de Estados Unidos hayan tenido que dar marcha atrás en la reapertura de la economía ha servido este fin de semana de poderoso recordatorio de que la pandemia está lejos de estar controlada. Más aún, parece acelerarse. “Esta es una situación muy, muy seria y se está cerrando la ventana para actuar y controlar la situación”, dijo el domingo por la mañana en televisión el secretario de Salud, Alex Azar.

El viernes se produjo el mayor aumento de casos en un solo día hasta ahora, 40.173, según los datos recopilados por la Universidad Johns Hopkins. El anterior récord de positivos en un solo día había sido el jueves. Ha habido más de 2,5 millones de casos confirmados en Estados Unidos desde el inicio de la pandemia y los muertos superan los 125.000.

“La covid-19 sigue circulando por California y en algunas partes del Estado se está haciendo más fuerte”, dijo en un comunicado el gobernador de California, Gavin Newsom. “Por eso es fundamental tomar esta medida para frenar la expansión del virus en los condados que están teniendo los mayores aumentos [de casos]”. La decisión debe ser aplicada por las autoridades locales. El alcalde de Los Ángeles apoyó el cierre de bares en un tuit. Los bares habían comenzado a reabrir el pasado día 12. La reversión de la desescalada supone un duro recordatorio de los riesgos.

California se encontraba en una estrategia de relajación de la cuarentena relativamente optimista después de cuatro meses en los que ha logrado mantener cifras muy bajas de contagios, hospitalizaciones y muertes en relación con su población (40 millones de habitantes). Fue el primer Estado en cerrar su economía, el pasado 19 de marzo, y hasta ahora había mostrado una gran estabilidad en los datos de contagios. En ningún momento se ha aproximado, ni de lejos, al peor escenario, aquel en el que faltan camas para atender a los enfermos.

Hasta el domingo se han confirmado 206.000 casos en California y han muerto más de 5.800 personas. El Estado realiza alrededor de 88.000 pruebas diagnósticas al día. El domingo, sin embargo, se vivió el segundo mayor aumento diario desde el inicio de la pandemia. Una característica de los nuevos contagios es que parecen estar afectando a gente más joven. El 41% de los nuevos casos son personas de entre 18 y 40 años. Los expertos aún no saben valorar qué factores son los que más están influyendo en las cifras, ya que la reapertura de espacios públicos ha coincidido con la ola de manifestaciones antirracistas por todo el país.

En el otro extremo, Texas ha afrontado la pandemia con cierto escepticismo institucional, no sin cierta motivación política para alinearse con Donald Trump. Sin embargo, el viernes el gobernador Greg Abbott se vio obligado a ordenar el cierre de bares ante el crecimiento de casos en todas las grandes áreas urbanas del Estado, Dallas, Austin, San Antonio y Houston. Las cifras de Texas comienzan a parecerse a las de Brasil. “Los casos en las grandes áreas metropolitanas parecen estar aumentando muy deprisa y algunos modelos están al borde de ser apocalípticos”, dijo en CNN Peter Hotez, experto de la Universidad de Baylor, en Houston.

Los expertos advierten de que el aumento de los positivos es solo el primer paso. Las cifras actuales darán paso a aumentos en hospitalizaciones y cuidados intensivos y, en una semana, a un aumento de las muertes. El asesor de sanidad de la Casa Blanca Anthony Fauci, la referencia de EE UU en enfermedades infecciosas, dijo la semana pasada en el Congreso que el aumento era “preocupante” y que revelaba una aceleración del “contagio comunitario”. Los casos llegaron a 30.000 al día al principio de la pandemia para luego estabilizarse en unos 20.000. Ahora, los contagios están aumentando alrededor de un 5% diario en 26 Estados.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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