El 70% de España está en fase 3, pero se resiste a ampliar la movilidad
El miedo a los rebrotes lleva también a la mitad de las autonomías a frenar el ocio nocturno
Cuando se aprobó la sexta prórroga del estado de alarma, el balón pasaba al tejado de las comunidades autónomas que avanzaran a la fase 3. Ya serían los Ejecutivos regionales quienes tendrían la última palabra a la hora de decidir restricciones, de acelerar el proceso y de permitir la movilidad entre comunidades, siempre que se pusieran de acuerdo entre ellas. Una vez que se han hecho con los mandos, algunos Gobiernos autonómicos que pedían pisar el acelerador han echado el freno y los miedos a los contagios y los rebrotes limitan la movilidad a las provincias dentro de una misma comunidad, pese a que todas las que están en la última fase (el 70% de la población) podían haber negociado el tránsito entre ellas.
Esto terminará el próximo día 21, cuando finaliza la última prórroga del estado de alarma y los españoles se podrán mover con libertad por todo el territorio nacional. En esta fecha, según anunció este domingo el presidente Pedro Sánchez, también se abrirán las fronteras y se terminarán las cuarentenas impuestas a los viajeros que lleguen desde la zona Schengen, excepto Portugal, donde se mantendrán controles por carretera.
Mientras, los planes que tenían algunas comunidades para permitir por ejemplo un corredor cantábrico para transitar desde Navarra a Galicia se han frenado tras un brote en el País Vasco. El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, anunció el domingo que levantaría el estado de alarma (las autonomías tienen potestad de hacerlo en fase 3) para adelantar la posibilidad de tránsito entre comunidades limítrofes antes del fin de semana. Tendrá, no obstante, que llegar a un acuerdo con las vecinas.
La mayoría de Gobiernos autonómicos no quieren precipitarse y han anunciado que esperarán a que toda España llegue a la denominada nueva normalidad. Alberto Núñez Feijóo, presidente de Galicia, la única que sale hoy del estado de alarma, pedía el sábado incluso “una norma de salud pública que permita prohibir la movilidad de territorios en situación de pandemia si el número de contagios es elevado”.
Lo que sí se puede hacer ya excepto en los siete territorios que permanecen en fase 2 (Comunidad de Madrid, Barcelona y su área metropolitana, el área sanitaria de Lleida y las provincias castellanoleonesas de Salamanca, Ávila, Segovia y Soria) es moverse entre las provincias de una misma comunidad autónoma. Se mantienen limitaciones únicamente en Castilla-La Mancha, que ha dividido la autonomía en dos: los ciudadanos de las dos provincias que entraron en este estadio hace una semana (Guadalajara y Cuenca) podrán moverse entre ellas, pero las que lo hacen este lunes (Toledo, Ciudad Real y Albacete) no podrán salir del límite provincial hasta la semana que viene.
Las distintas velocidades que cada comunidad ha adoptado en una fase 3 asimétrica se reflejan sobre todo en el ocio nocturno, uno de los puntos controvertidos de la última fase antes de la denominada nueva normalidad. El Gobierno se limita a proponer un marco, que en este aspecto consiste en abrir estos locales a un tercio de su aforo habitual sin que se usen las pistas de baile. Galicia, Canarias, Andalucía, Asturias, Baleares, Castilla y León, Murcia, Navarra y Euskadi han decidido posponer la apertura de bares de copas y discotecas por considerar que se pueden convertir en un foco de transmisión. No quieren que les suceda como a Corea, donde un brote en discotecas en mayo obligó a adoptar nuevas medidas restrictivas y retrasar la apertura de colegios. Han tomado esta decisión ante una generalizada protesta del sector, que siente las medidas como una discriminación, mientras ya se puede entrar a cafeterías y restaurantes.
El resto de comunidades en fase 3 sí permitirá el ocio nocturno con las restricciones que propone el Gobierno, excepto Extremadura, que aunque en la primera semana de esta última fase decidió mantener cerradas las discotecas y seguir prohibiendo la movilidad entre sus provincias, a partir de este lunes permitirá a sus ciudadanos moverse entre Cáceres y Badajoz, además de abrir los locales nocturnos no a un tercio, sino a un 50% de su capacidad.
Más allá de la movilidad y la noche, las diferencias que han impuesto las comunidades en sus respectivas fases 3 son sutiles. Aunque se levantan las franjas horarias para la actividad física, Castilla-La Mancha y Euskadi decidieron mantener una prioritaria para los mayores y los grupos vulnerables. También hay pequeñas variaciones en cuanto a los aforos de los comercios: la norma general es abrirlos a un 50%, pero Aragón, por ejemplo, amplió a un 75%, además de permitir el uso de las zonas comunes y recreativas de los centros comerciales. El País Vasco deja el aforo en un 60%, igual que en espacios culturales como bibliotecas, museos, recintos feriales, salas de exposiciones y cines, donde la norma general también es del 50%.
Todo esto y las restricciones que quedan para los siete territorios en fase 2 durarán menos de una semana. Desde el 21 rige el decreto de lo que el Gobierno denomina nueva normalidad, que mantiene algunas normas, como la obligatoriedad del uso de mascarillas cuando no se pueda respetar la distancia de seguridad de 1,5 metros. Las comunidades seguirán con la última palabra para muchos asuntos, como los aforos. La Xunta, la única comunidad en superar el estado de alarma desde este lunes mantiene un límite de ocupación en los locales del 75%, como norma general. Lo que ya no podrán hacer es limitar la movilidad, algo que queda reservado para poblaciones concretas donde haya brotes.
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