Los focos de contagios en dos hospitales vascos elevan ya a 24 los infectados

El brote de coronavirus localizado en el hospital de Basurto, en Bilbao, suma ya 20 casos positivos en total, el doble que un día antes. Ya son nueve los profesionales sanitarios afectados, además de otros 11 pacientes y familiares contagiados. El otro foco, detectado en el hospital de Txagorritxu de Vitoria, se mantiene con cuatro personas infectadas, según ha informado este martes la consejera vasca de Salud, Nekane Murga. Este incremento de casos identificados dentro de ambos hospitales ha aumentado el “nerviosismo” y las “dudas” en el colectivo sanitario, asegura Amaia Mayor, del sindicato de enfermería Satse en Bizkaia: “Estos episodios son un jarro de agua fría y nos obliga a no bajar la guardia”.

En Basurto se llevan realizadas 230 pruebas PCR (165 a sanitarios y el resto a enfermos y sus contactos) desde que la semana pasada dieran positivo dos pacientes ingresados en una planta del pabellón Revilla dedicada a Medicina Interna. Estos test han confirmado la existencia de 20 positivos, que han sido aislados en una “zona covid”. En el caso de los sanitarios, volverán a someterse a nuevas pruebas en las próximas dos semanas. Como medida preventiva, Osakidetza ha procedido a desinfectar todo el edificio del hospital donde se ha localizado el brote, ha indicado la consejera.

“Ahora salen los temores y el miedo a volver a los momentos más duros de la pandemia”, reconoce Mayor. “Esto pone de manifiesto que no es posible mantener completamente aisladas todas las áreas de un hospital. No hay zonas libres de covid y esto obliga a aplicar las máximas medidas de seguridad para los profesionales”, añade.

Basurto mantiene la calma ante este rebrote. El protocolo marca que al visitante se le tome la temperatura nada más entrar y se desinfecte las manos. Una de las responsables de esta tarea es Irene Real, una auxiliar de enfermería que ha controlado a unas 600 personas sin haber constatado casos sospechosos. “A quien da más de 37,2 grados se le vuelve a medir la temperatura y, si no se le baja al rato, lo mandan a casa o su médico lo evalúa en detalle”, explica en uno de los pasillos cercanos a la zona de Revilla, principal foco de este nuevo “susto” que ha provocado “incertidumbre”, según ella. Lo ocurrido, no obstante, le parece relativamente normal porque “cuantas más PCR se hacen más casos se detectan, es imposible que el virus se quite de golpe”.

Una pancarta de varios metros reza “Ánimo, personal y pacientes de Revilla, saldremos de esta”. Los pacientes o familiares de los enfermos que esperan en el exterior de este sector permanecen sentados en bancos de madera separados y a varios metros de la persona más cercana. Algunos leen, otros escuchan música o hablan por teléfono bajo la sombra de unos árboles. Borja, que prefiere no dar su apellido, espera a su padre “tranquilo” porque va con mascarilla y no tiene a nadie cerca. “Es la primera vez que vengo desde que comenzó todo”, destaca.

Lander, un celador que entra en el pabellón Revilla, informa de que esos nuevos positivos han hecho que se refuercen algunas pautas de seguridad que habían relajado: volverán a mascarillas FFP2 o FFP3 en lugar de las quirúrgicas. El celador explica que los sanitarios viven “mosqueados” las noticias de grandes concentraciones o gente que quebranta las normas.

El incremento de los casos de contagio hospitalario en Basurto ha llevado a extremar, ha dicho Murga, la “vigilancia y control” de la trazabilidad de los positivos. Osakidetza ha rastreado a todos los profesionales médicos que han atendido a estos infectados, a los enfermos que incluso fueron dados de alta, a las personas que les han visitado en el hospital... Por el momento, se ha descartado prohibir las visitas porque, según Murga, “no está justificado”. Solo se permitirá la visita de una persona al día, siempre la misma, estará identificada y tendrá que pasar una prueba de detección: “El riesgo cero no existe pero hay que poner barreras. Podríamos prohibir las visitas, pero los pacientes y familiares tienen derechos. Dejar a todos nuestros enfermos solos es una situación muy drástica”, ha afirmado la titular de Salud.

En Txagorritxu no se han producido nuevos contagios. En este centro siguen afectadas cuatro personas (dos pacientes, un profesional y una visita), por lo que este foco “podría estar controlado”, ha dicho con todas las cautelas la consejera Murga. “Hasta que no pasen los 14 días de incubación del virus no se puede dar por terminado este brote”, ha añadido. En Txagorritxu se han realizado 102 PCR a contactos estrechos de los pacientes y al personal que les ha atendido. La aparición de estos dos focos ha llevado a Osakidetza a mantener en aislamiento a “más de 40 sanitarios” en ambos hospitales.

“Lo importante es que hemos detectado a tiempo este brote, hemos identificado a los contactos y aislado a los que tienen riesgo de infectarse”, ha asegurado Murga. El colectivo de enfermeras exige al Gobierno vasco que no escatime en seguridad para “no repetir errores del pasado”. Mayor apunta que “además de mascarillas quirúrgicas", se necesitan “las de tipo FFP2 y pantallas de protección”. "Hay que evitar que los equipos de protección se reutilicen porque es una pérdida de seguridad. Los profesionales no nos merecemos que se baje la intensidad”, añade esta sindicalista.

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