Las autoescuelas buscan recuperar 200.000 exámenes perdidos

En las aulas, aforos reducidos; y al volante, mascarilla y guantes obligatorios. Las autoescuelas de las regiones que han entrado en fase 2 este lunes han reiniciado la actividad con el objetivo de poner al día los casi 200.000 exámenes no realizados tras más de dos meses de confinamiento. Un frenazo que ha dejado al sector tiritando. De las 8.700 autoescuelas que hay en toda España, “algunas ya no reabrirán”, prevé Enrique Lorca, presidente de la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE). “Se estaba trabajando con escasos márgenes de rentabilidad, si a eso le sumas dos meses y medio con cero ingresos, la ecuación es desastrosa”, añade.

Más allá de los aprietos económicos, hay algunos negocios que han decidido no reabrir por decisión propia. Las autoescuelas de las zonas de Cataluña que han alcanzado la fase 2 siguen sin levantar la persiana como medida de protesta por “la falta de examinadores que ha causado la DGT”, refiere Raül Viladrich, presidente de la Federación de autoescuelas catalanas. En Tarragona y en el Pirineo de Lleida, Tráfico ha tenido que readaptar sus plantillas para cubrir las vacantes de puestos administrativos que ha provocado la covid-19. Personal de más de 60 años, con patologías previas o con menores a cargo no ha podido regresar a su puesto de trabajo y ha hecho falta recurrir a los examinadores para desbloquear el papeleo acumulado en las oficinas. Las autoescuelas alegan que se ha resuelto un problema para generar otro. “Sin exámenes no se dan clases porque ningún alumno va a la autoescuela si sabe que no se va a poder examinar”, apunta Andoni Martín, secretario de la CNAE. Y avisa: “nuestra capacidad para generar ingresos queda en el limbo”.

Las reclamaciones para aumentar las plantillas de examinadores no son nuevas, pero la CNAE apunta que, ahora, se suma “un problema coyuntural a un déficit estructural”. Enrique Lorca defiende que hay buena sintonía con la DGT para que “la vuelta a la normalidad sea lo más rápido posible”. Confía en que el plantón de las autoescuelas catalanas esté “en vías de solución” y señala que “es un problema localizado”.

También en Baleares se ha tomado con reservas la posibilidad de recuperar la actividad mientras haya limitaciones que condicionan el ritmo de trabajo. Nacho García es el responsable de una autoescuela en Formentera. La isla entró en fase 2 la semana pasada, pero aún no se han aclarado muchas de las incertidumbres que acompañan la desescalada. “Damos una parte de las clases de conducción en Ibiza, porque es donde se hace el examen, pero no sabemos si los alumnos pueden subirse al barco para ir a hacer las prácticas sin que los pare la Guardia Civil”, dice el formador. Más claro tiene el protocolo que hay que seguir cuando monta en el coche a los aspirantes para sacarse la licencia. “Mascarilla obligatoria, les doy unos guantes antes de que toquen nada y, al terminar, desinfecto el volante, los mandos y el asiento. Y luego lo ventilo todo”. Con respecto a la distancia de seguridad, admite que el interior de un coche da para lo que da, “vamos casi hombro con hombro”, pero rechaza experimentar con osados inventos. “Prefiero arriesgarme a coger el virus que montarme en el asiento de atrás mientras conduce un aprendiz”.

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