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Las comunidades pelean por lograr desescaladas a medida

El País Vasco mantiene limitaciones a la movilidad y Murcia quiere restringir las actividades al aire libre, mientras Cantabria y Aragón piden acelerar el proceso en zonas rurales

Varios peatones, en Zaragoza el 2 de mayo.
Varios peatones, en Zaragoza el 2 de mayo.Juan Antonio Pérez (GTRES)

La fase 1 que empezó este lunes para más de la mitad de la población española, y, total o parcialmente, en todas las comunidades menos Madrid no contenta a casi nadie. Acertó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuando dijo que la transición hacia la normalidad sería asimétrica: todas las comunidades quieren una fase 1 —que permite los viajes dentro del territorio acordado (provincia, isla), el ocio en terrazas y la apertura de comercios y hoteles, todo con limitaciones por seguridad— a su medida. Euskadi, por ejemplo, no permite moverse fuera del municipio y Murcia quiere prohibir los espectáculos al aire libre, mientras Asturias, Extremadura y Baleares solicitan que se pueda cazar y pescar, y Cataluña y otras piden planes específicos para las zonas rurales. Todas estas demandas las llevaron al Consejo Interterritorial que reunió este lunes a representantes del Ministerio de Sanidad con los de las comunidades para su estudio.

El caso más llamativo es el de Euskadi. La comunidad no ha entrado en la práctica plenamente en la fase 1. Desde el primer momento, el Gobierno vasco acordó con el Ministerio de Sanidad restricciones a las condiciones generales: no se puede salir del municipio de residencia salvo por causa justificada y tampoco se permiten las reuniones de familiares o amigos en lugares cerrados. “El Gobierno vasco ha querido plantear el tránsito a la fase 1 incorporando un plus de prudencia y seguridad, con disciplina en el rigor científico y con una perspectiva de progresividad”, dice el decreto publicado el pasado domingo en el Boletín Oficial del País Vasco.

Tampoco se permitirán actos culturales ni abrirán las bibliotecas, museos, locales y establecimientos culturales, que en la fase 1 tendrían la posibilidad de recibir al público, aunque con limitaciones de aforo y siempre sentado a la distancia de seguridad. Los museos vascos han decidido, en coordinación con las instituciones, abrir conjuntamente a partir del 1 de junio. En las playas, se permite el paseo y la práctica deportiva, pero no el “baño de carácter recreativo” ni tomar el sol tumbado en la arena.

Precisamente este territorio ha estado en el punto de mira de las quejas al Gobierno de la Comunidad Valenciana, que no ha podido pasar en su totalidad a la fase 1 (se han quedado fuera las áreas más urbanizadas, entre ellas las capitales de las tres provincias), ya que el Ejecutivo de Ximo Puig dice que ha sido tratado peor que el de Iñigo Urkullu. En los cuatro indicadores que se ofrecen a diario sobre la pandemia (casos, muertes, hospitalizaciones y entradas en la UCI), Valencia tiene mejores tasas que Euskadi. Tampoco Madrid y Andalucía están contentas con que solo una parte de su territorio haya pasado a la fase 1.

Murcia ha pedido modificaciones después de acordar con Sanidad el cambio de fase. La comunidad tiene los segundos mejores parámetros de la última semana después de Canarias, pero aun así su presidente, Fernando López Miras, ha dicho que va a pedir al Gobierno que le deje prohibir los espectáculos al aire libre. Aduce precisamente los buenos datos de la comunidad, ya que ese nivel de aglomeración podría suponer un alto riesgo para una población que apenas está inmunizada frente al coronavirus. Sanidad confirma que esta decisión debe ser compartida.

Polideportivos cerrados

Navarra tampoco ha abierto todos los locales, pero fuentes de la Consejería de Salud explican que los equipamientos culturales y deportivos abrirán en cuanto estén acondicionados.

En el otro lado, el de quienes piden más relajación, hay una oferta variada, muchas veces ligada a las características específicas de cada comunidad. Así Baleares y Canarias son proclives a pedir que el proceso vaya más deprisa en las islas menos afectadas (Formentera, La Graciosa, El Hierro, La Gomera), que ya pasaron antes a la fase 1.

Algo parecido proponen varias comunidades (entre ellas Cataluña, Cantabria y Aragón) para zonas rurales poco pobladas y sin casi incidencia del virus. Y las localidades de menos de 5.000 habitantes plantean alguna medida adaptada, como que no haya franjas horarias para pasear o hacer deporte. La idea es que estos territorios avancen más deprisa que el resto. El domingo varios presidentes autonómicos se lo plantearon al jefe del Gobierno central, Pedro Sánchez, y este les encargó que lo concretaran en un plan.

Bares abiertos en La Gomera, el 4 de mayo.
Bares abiertos en La Gomera, el 4 de mayo.INMA FLORES (EL PAÍS)

Otras medidas de la fase 1 cuestionadas son: la que prohíbe la caza y la pesca deportiva (Asturias, Baleares y Extremadura están en contra), la que limita las horas para hacer deporte o la que restringe el aforo de las terrazas de los bares al 50%, que Asturias quiere que se pueda superar si las mesas están lo suficientemente separadas.

El lunes por la noche, en el Consejo Interterritorial, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, pidió a los consejeros que le enviaran las propuestas correspondientes.

Que haya disparidad en las medidas no preocupa a los expertos consultados. “Cada comunidad tiene unos intereses, pero en lo que hay que pensar es en términos de minimizar las probabilidades de que alguien infectado transmita sus virus”, dice Joan Ramón Villalbi, miembro de la junta directiva de la Sociedad de Salud Pública Sespas. Su colega en esta sociedad y también en la de Epidemiología, Ildefonso Hernández, pone los siguientes requisitos: que se exponga que con esas medidas no se incrementa el riesgo de contagios; que queden claras las razones para implementarlas (económicas la mayoría); que se establezca un sistema de monitorización del riesgo y de las medidas de prevención y que se ofrezca una información clara a la población. Con estas condiciones, Hernández opina que se puede ir a diferentes velocidades si hay control de lo que sucede.

El ex secretario general de Sanidad con los Gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero José Martínez Olmos remacha que “si hay información y se garantizan los criterios de prevención” no le ve problema a esta disparidad. “Está bien adaptarse a lo que sea más adecuado en cada territorio”, opina. Además, él cree que “es probable que alguna de esas propuestas, si son más acertadas, se extiendan al conjunto”.

Con información de Jessica Mouzo, Pablo Linde, Mikel Ormazabal y Virginia Vadillo.

Mascarillas más allá del transporte público

Las mascarillas volvieron a tener este lunes protagonismo en el Consejo Interterritorial de Sanidad. Varias comunidades (caso de Andalucía) pidieron ampliar las recomendaciones de uso en los lugares donde no se puede garantizar la suficiente distancia interpersonal o, incluso, hacerlas obligatorias. Esta idea ya la esbozó el lunes por la mañana la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en una entrevista en Onda Cero, al menos en “sitios cerrados” y en lugares donde se esté en “contacto con otros ciudadanos”. “De nada sirve que una persona cumpla las medidas de confinamiento si alguien en la cola del supermercado te tose y te contagia”, explicó. Expandir el uso de las mascarillas ya formaba parte del frustrado plan de Madrid para pasar a la fase 1. La Comunidad quería contrarrestar con esta medida otras carencias, como la falta de capacidad asistencial que mostraba el informe que elaboraron sus propios técnicos.

Fuentes presentes en la reunión que mantuvieron el lunes los consejeros de Sanidad con el ministro Salvador Illa aseguran que se planteó este debate de aumentar las recomendaciones sobre el uso de mascarillas, que este martes se limitan a zonas donde se puedan producir aglomeraciones de personas, especialmente en el transporte público, pero también en lugares de trabajo donde sea imposible mantener la distancia de seguridad de entre 1,5 y dos metros. Estas fuentes explican que Sanidad no dio una respuesta a esta petición.

Madrid ha ido incluso más allá de las recomendaciones oficiales, que establecen que en estos lugares se deben llevar mascarillas higiénicas, un nuevo tipo de protección que homologó el ministerio. En la comunidad presidida por Ayuso, desde el lunes, se están repartiendo de forma gratuita a la ciudadanía equipos de protección de seguridad como los recomendados para los médicos que tratan a enfermos.

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