Alemania teme que se disparen los contagios casi tres semanas después del inicio de la desescalada
La tasa de reproducción del virus supera la barrera del 1, avivando el miedo a una propagación exponencial
El alivio de las restricciones de la vida pública es un camino tortuoso y no exento de peligros. El miedo en Alemania a una recaída en la propagación de contagios de covid-19 se ha avivado este domingo tras superar la tasa de reproducción del virus la barrera del 1, considerada por las autoridades políticas y sanitarias el límite para evitar la propagación exponencial de la enfermedad. El instituto oficial Robert Koch ha cifrado en 1,1 la tasa que mide la media de contagios de los que es responsable una sola persona, casi tres semanas después de que comenzara la desescalada en Alemania con la apertura de los comercios. Mientras, en las calles se palpa una creciente relajación ciudadana.
En los próximos días se podrá saber si el 1,1 se trata de una subida puntual o de si se consolida el incremento, en un país que hasta ahora ha logrado reducir significativamente el número de contagios y donde el número de personas curadas supera con creces a diario el de nuevos casos. El Robert Koch advierte en su informe diario que la tasa de reproducción se trata solo de “una estimación” y que “es demasiado pronto para inferir si el número de nuevas infecciones continuará decreciendo como en las pasadas semanas o si crecerá de nuevo”.
Alemania es el séptimo país del mundo con más casos registrados, según las cifras de la universidad Johns Hopkins. El número total de positivos en Alemania se eleva a 169.218, de ellos 667 desde el sábado. De ellas, 144.400 ya se han curado. La cifra de muertos asciende a 7.395; 26 más que el día anterior.
El pasado miércoles, el Gobierno federal pactó con los Estados federados la reapertura de todas las tiendas, no solo las pequeñas y medianas, así como la reapertura gradual de todos los cursos escolares. La Bundesliga está previsto que dé comienzo a puerta cerrada a mediados de mes, mientras que los grandes eventos deportivos y de ocio quedarán cancelados por lo menos hasta finales de agosto. Algunos Länder, competentes para aplicar las medidas que consideren necesarias para luchar contra la pandemia, han presionado en los últimos días, adoptando incluso medidas unilaterales por acelerar el alivio de restricciones y reavivar la actividad económica.
Desde el miércoles, los Estados federados podrán imponer su propio ritmo de apertura respetando el marco federal pactado, siempre y cuando no superen el tope fijado. Si en un municipio de 100.000 habitantes se registran más de 50 nuevas infecciones en siete días, las autoridades locales estarán obligadas a reexaminar la reapertura. En los últimos días sin embargo se han multiplicado las dudas sobre cómo hacer cumplir ese tope e incluso sobre la propia efectividad de la medida, con un umbral excesivamente alto, según algunos expertos. Ese tope ya se ha visto sobrepasado este domingo en cuatro puntos del país.
Una encuesta reciente de la televisión pública ZDF mostraba que un 47% de los ciudadanos consideraba adecuado el alivio de restricciones, mientras que un 38% de los encuestados pensaba que era demasiado pronto para relajar las medidas. El 81% consideró además que el Gobierno alemán ha gestionado bien esta crisis. Alemania destaca a menudo como ejemplo en el contexto internacional, debido al número comparativamente bajo de muertos en esta crisis y a que su sistema de salud no se ha visto en ningún momento desbordado.
Negacionistas se manifiestan
Este fin de semana, miles de negacionistas del coronavirus se han manifestado en numerosas ciudades alemanas. La protesta más multitudinaria tuvo lugar en Stuttgart, en el sur del país. Algunos de estos actos son concentraciones y otros marchas, en las que participan creyentes en teorías conspirativas, personas en contra de las vacunas y seguidores de corrientes esotéricas, así como la extrema derecha. Consideran que el coronavirus es apenas una gripe más y que los Gobiernos utilizan la covid-19 para recortar libertades, imponer su agenda política y sacar provecho económico.
Las protestas se repiten cada sábado y cada vez más ciudades alemanas acogen este tipo de convocatorias. Protestan contra las restricciones que ha impuesto el Gobierno alemán, en un país en el que, a diferencia de otros, se ha podido salir a la calle e ir a trabajar en todo momento. Los manifestantes representan de momento, un sector muy marginal de la sociedad alemana.
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