“Es un error pensar que en casa puede ocurrir lo mismo que en clase”

Jesús Manso (35 años) es profesor de Pedagogía en la Universidad Autónoma de Madrid y miembro del grupo de investigación sobre Políticas Educativas Supranacionales de la institución académica.

Pregunta. ¿Cómo afronta el sistema educativo este salto a un modelo presencial y mixto?

Respuesta. Llegamos tarde. El sistema va a tener que hacer cambios importantes en poco tiempo si queremos responder adecuadamente y, sobre todo, que las brechas de carácter sociocultural no crezcan más.

P. ¿Están preparados los centros para hacer cumplir las nuevas normas de distancia social?

R. Hay que ver qué medidas acaban aprobándose. Pero si uno conoce unos cuantos centros sabe que hay muchos que tendrán dificultades insalvables para poder realizar adecuaciones arquitectónicas en poco tiempo. Y esta sería solo una de las adaptaciones que habría que hacer.

P. ¿Qué otras hacen falta?

R. Recursos tecnológicos, formación del profesorado, y más docentes para que puedan atender a los que están en clase y a los que están en casa. Y, sobre todo, la nueva etapa no se puede hacer sin cambios metodológicos y evaluativos.

P. ¿En qué dirección?

R. Tenemos que cambiar la forma de evaluar y cambiar el modelo curricular. Esta crisis ha puesto de manifiesto que tenemos un currículo enorme, muy centrado en cuestiones de contenido, que ha ido creciendo en cada reforma legislativa. El objetivo ahora es cerrar el curso minimizando en la medida que se pueda el impacto negativo. Y el foco debe estar puesto en el siguiente, que va a ser el año decisivo, porque entonces, si no hacemos nada, las repeticiones pueden crecer de forma significativa.

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P. ¿Qué factura en términos de aprendizaje va a implicar la pandemia?

R. Más allá de cálculos estadísticos, lo que está ocurriendo es una privación de aprendizaje. Ha sido sobrevenida, nadie tiene la culpa, pero es lo que estamos viviendo. Y es una equivocación pensar que en casa puede ocurrir lo mismo que en la escuela. Un hogar no es ni tiene que ser una escuela, que es un lugar muy específico. Creerlo es un error, en el que están incurriendo algunas Administraciones y centros, que conduce a otro, que es pensar que la actividad que se está haciendo en el hogar compensa la falta de la escuela, que esto no es tan grave.

P. ¿Cómo lo están haciendo otros países?

R. Ha habido muchísima diversidad de medidas sanitarias que han afectado a lo escolar, y hay grandes diferencias culturales y de sistemas educativos. Pero en las opciones para terminar el curso no estamos desentonados. Lo que ha habido hasta ahora han sido, básicamente en Europa, reaperturas tímidas, supeditadas a las medidas de seguridad sanitaria, en las que los niños han vuelto de manera voluntaria. Y en muchas ocasiones los alumnos que han vuelto no son los que más lo necesitan. Muchos padres que están en casa, porque se han quedado en paro o han visto suspendido su empleo con medidas similares a los ERTE españoles, prefieren no llevarlos para evitar el riesgo. El reto es cómo se van a reabrir el próximo curso. Todavía nadie lo tiene claro o no lo ha dicho.

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