España, Italia y Portugal confinan a los niños, mientras que en otros países europeos pueden salir a la calle

El caso del confinamiento de niños en España es una rareza europea, que comparte con Italia y Portugal. En otros países, donde las medidas de aislamiento no han sido tan drásticas como en España, los niños pueden salir a la calle. En Europa no se aplica por lo general un régimen especial a los menores, sujetos a las mismas limitaciones que los adultos.

En Alemania, un país que venera las virtudes del aire fresco, los niños y también los adultos han podido salir a la calle en todo momento sin que sea necesaria ninguna justificación. Se aconseja quedarse en casa siempre que se pueda, pero se permite salir a pasear y a hacer deporte sin ningún tipo de limitación. Se puede salir siempre que se mantenga una distancia de seguridad de un metro y medio y siempre que sea en grupos de un máximo de dos personas, excepto si son familia o viven bajo el mismo techo. Los parques infantiles con columpios están precintados, para evitar las aglomeraciones de niños, pero el resto de zonas verdes, por lo general, están abiertas. Desde el principio de la epidemia, sobre todo los fines de semana, es habitual ver a montones de niños con sus padres en los parques, montando en bicicleta, en patines o por la calle.

En Francia, desde el comienzo del confinamiento, el 17 de marzo, los menores también han estado sometidos a las mismas normas que los adultos. Es decir, permanecer en casa el máximo tiempo posible, pero con posibilidad de salir —declaración jurada en mano, aunque si van con un adulto basta un solo documento— a la calle. Al igual que en el caso de la práctica de un deporte, las salidas con menores deben ser “desplazamientos breves, por un límite de una hora diaria y en un radio de un kilómetro alrededor del domicilio”. Mientras que en el caso de actividades deportivas está prohibida expresamente “toda práctica colectiva y cualquier proximidad con otras personas”, para los paseos sí se permite que se den “con las personas agrupadas en un mismo domicilio”, caso en el que se incluyen las familias con hijos.

Recientemente además, el Defensor de los Derechos, el equivalente del defensor del pueblo español, condenó la prohibición del acceso a menores en algunos comercios de alimentación y recordó que estos “no pueden prohibir legalmente el acceso a personas acompañadas de uno o más niños ni pedirles que dejen a sus hijos a la entrada de la tienda, ni siquiera en las cajas o bajo la vigilancia del guarda” del establecimiento, tras recibir varias denuncias de padres en este sentido.

Bélgica es más laxa aún con sus medidas. El país recomienda incluso realizar algo de ejercicio en el exterior, “respetando las medidas de distanciamiento social” salvo, obviamente, cuando se trata de familias. No se establece, al contrario que en Francia, un límite máximo de salida.

El Gobierno italiano desde el inicio no ha incluido ninguna referencia o prohibición específica para los menores durante la etapa de confinamiento, por lo que se interpretó que a ojos de las autoridades su situación era igual a la de los adultos y solo podrían salir de casa en situaciones de urgencia o necesidad. El ministerio de Interior aclaró el día 31 de marzo que los menores podían salir a la calle para caminar siempre y cuando estuvieran acompañados por un solo progenitor, estuvieran cerca de casa y mantuvieran la distancia de seguridad con el resto de personas por la calle. “No cambia nada, es solo una aclaración”, puntualizó Interior.

Pero lo que pretendía ser una explicación suscitó aún mayor confusión. Y al día siguiente el Gobierno matizó que los desplazamientos con los niños tienen que estar motivados por razones de necesidad o de salud. “Los menores pueden acompañar a uno de sus progenitores a hacer la compra, por ejemplo. No hemos autorizado una hora diaria de paseo”, precisó el primer ministro Giuseppe Conte. Aunque en muchos supermercados de varias regiones no se permite la entrada a menores estos días. Los niños no pueden acceder tampoco a los parques o jardines públicos ni pueden jugar o hacer deporte al aire libre.

En Reino Unido, más allá del cierre indefinido de colegios y guarderías, el Gobierno no ha impuesto restricciones concretas para menores. La población puede salir de casa para hacer ejercicio, comprar avituallamiento o atender una necesidad médica. En el caso del ejercicio físico, el límite de personas es de dos, pero se amplia a más cuando se trata del núcleo familiar. Es decir, se puede salir a pasear con los niños. Los supermercados permiten entrar a los clientes de uno en uno, pero también se hace una excepción si van acompañados de un menor.

En Portugal, los niños no son una excepción en el confinamiento generalizado. No pueden salir a la calle. Las escuelas están cerradas y los parques infantiles, sellados. Desde ayer, los alumnos de primaria han reanudado la actividad escolar a través de la televisión pública. Después del 2 de mayo, cuando acabe el estado de emergencia, se reabrirán algunos parvularios, dependiendo de la incidencia geográfica de la epidemia, y se relajarán para todos las medidas de confinamiento, especialmente para niños y ancianos.

Con información de Ana Carbajosa (Berlín), Silvia Ayuso (París), Lorena Pacho (Roma), Rafa de Miguel (Londres) y Javier Martín del Barrio (Lisboa)

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