Un turista varado en Perú gana una demanda al Gobierno colombiano para ser repatriado
Una juez le ordena a la Cancillería hacer gestiones para que lo rescate a él y a otras 440 personas. El gobierno responde que el fallo sólo favorece al demandante
En Colombia la expresión “poner una tutela” remite al recurso legal más urgente para conseguir que se garantice un derecho fundamental. Es una garantía constitucional con un carácter preferente e inmediato. Desde su hostal en Cusco (Perú) el ingeniero colombiano Luis Felipe Ortiz, una de las 4.500 personas varadas en distintos países por la pandemia del coronavirus, decidió que esa era su única alternativa para ser repatriado. Con ayuda de un familiar en Bogotá tuteló y ganó la demanda, aunque el calvario no ha terminado.
Ortiz llegó el pasado 6 de marzo a Cusco junto a Omar Devia. Su billete de retorno tenía como fecha original el 17 de marzo, pero el Gobierno peruano cerró las fronteras y su aerolínea canceló los vuelos. Lo que serían sus vacaciones soñadas se volvió en un calvario para conseguir retornar a casa. Sus esperanzas minaron más cuando Colombia cerró los aeropuertos el 23 de marzo. La ministra de transporte, Ángela Orozco, dijo en ese momento que habían dado una “ventana de tiempo” para que los colombianos regresaran y que después de eso se evaluarían otros vuelos tras negociaciones “Gobierno a Gobierno”. Junto a otros 400 colombianos Ortiz intentó volar antes de esa fecha, pero los altos precios en las tarifas y la cancelación masiva de vuelos hicieron imposible este objetivo. “En el aeropuerto no había personal de la aerolínea y me tocó pedirles a mis familiares que llamaran al call center desde Bogotá, pero la respuesta era la misma que teníamos que esperar a que Perú habilitara los vuelos. Buscamos contacto con la Cancillería de Colombia y nada. Ahí fue que se nos ocurrió poner la tutela”, cuenta.
Mientras países como Perú, México y Argentina han llevado de vuelta a sus ciudadanos a través de gestiones gubernamentales, los colombianos se sienten abandonados y deben recurrir a mecanismos judiciales. Ortiz, demandó al Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, a la Aeronáutica Civil y a Avianca y exigió la protección a su libertad de movimiento, a la salud, vida digna y mínimo vital; y que la aerolínea habilite vuelos de Cusco a Bogotá haciendo valer los pasajes que había comprado sin tener que pagar un nuevo tiquete aéreo. “Desde Perú no tengo acceso a sistema de salud, no tengo comida digna, no tengo dónde quedarme, no tengo recursos económicos y Avianca no cumple con lo establecido por el Gobierno peruano para transportar extranjeros a sus países de origen”, argumentó en la tutela.
La respuesta de la juez Myriam Esneda Salazar llegó el 3 de abril y ordenó a la Cancillería la gestión de la repatriación de Ortiz y los demás colombianos. El juzgado aclara que la orden queda supeditada a lo que disponga el Gobierno peruano sobre los vuelos internacionales, pero una vez que el Ejecutivo peruano dé las autorizaciones necesarias, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia y el Consulado o la Embajada de Colombia en Lima, tendrán un plazo de 48 horas para “realizar las gestiones necesarias para iniciar el procedimiento que permita habilitar el transporte aéreo con fines humanitarios de repatriación”.
Las respuestas de las diferentes entidades que fueron demandadas por Ortiz son un reflejo de la descoordinación institucional que afecta a los colombianos varados en el mundo. La aerolínea, por ejemplo, argumentó que la repatriación de connacionales es responsabilidad de la Embajada o Consulado colombiano en el país de origen del vuelo. Es decir, que todo radica en la gestión de los cónsules y embajadores. La Cancillería admitió que hay 440 connacionales “a la espera de concretar su retorno”, pero no explicó cómo lo hará o si ha hecho gestiones para conseguir un vuelo. Y la Aeronáutica Civil afirmó que hay un instructivo para los vuelos humanitarios y que ellos están autorizando de manera inmediata a las aerolíneas todas las solicitudes de vuelos chárter que han presentado a favor de los connacionales.
Ortiz sigue a la espera de que se concrete la decisión judicial que tiene un recurso de reposición. La Cancillería le dijo a EL PAÍS que “el fallo solo favorece a quien entuteló”. Mientras tanto se han despedido de otros turistas latinoamericanos cuyos gobiernos sí han logrado las repatriaciones. “Se han ido argentinos, chilenos, mexicanos. Bien sea porque los buscaron en aviones de la fuerza aérea o por acuerdos entre gobiernos e incluso con las aerolíneas que les difieren el cobro. Eso quiere decir que Perú sí nos deja salir, pero falta gestión y voluntad de nuestro gobierno”, dice Ortiz y envía un video donde relata que su escenario es desolador. En el hostal de Cuzco, los colombianos son los únicos que quedan.
Repatrian a 56 colombianos desde Emiratos Arabes
En un vuelo proveniente de Emiratos Arabes Unidos regresaron a Bogotá 56 colombianos que se encontraban atrapados en ese país. Los connacionales retornaron en un avión que trasladaba una donación de kits médicos, guantes, mascarillas y 10.000 kits rápidos de detección del COVID-19, entre otros elementos. “Todos tienen prueba negativa para Covid-19 y no son deportados. Todos conocen su obligación de permanecer en cuarentena”, dijo Juan Francisco Espinosa, director de Migración Colombia.
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