El angustioso recuento de ancianos muertos en residencias en Francia
Un balance incompleto ha contabilizado ya 2.189 muertes en centros para mayores y personas con discapacidad desde el 1 de marzo en este país
La cifra ya encoge el corazón, y eso que aún es incompleta. A falta de finalizar el recuento total, Francia ya suma 2.189 muertes en residencias de la tercera edad y otros establecimientos medicalizados para mayores y personas con discapacidad desde que comenzara la crisis del coronavirus, el 1 de marzo. Esto supone el 27% del conjunto de fallecimientos en este país relacionados con la Covid-19, que hasta este domingo era de 8.078 (5.889 en hospitales y 2.189 en residencias).
Sin embargo, todo indica que aún va a seguir subiendo. Todavía no han terminado de recopilarse todos los datos de las 7.400 residencias de la tercera edad que hay en el país y de los otros 3.000 centros médico-sociales dedicados a albergar personas mayores o con algún tipo de discapacidad, confirman fuentes del Ministerio de Sanidad. En total, unos 750.000 ancianos viven en estas instituciones. Según los últimos datos, se han detectado “uno o más episodios de infección de Covid-19” en 3.704 residencias, y el número de casos confirmados o posibles de Covid-19 en estos establecimientos asciende ya a 22.361. Se trata, todavía, de cifras incompletas, aunque el Ministerio no precisa cuántos centros no han enviado aún sus datos.
El recuento es lento porque, hasta hace apenas una semana, el Gobierno no tenía cómo contar los casos en las residencias, en vista de que no disponen de un sistema informatizado de decesos y que no todos los fallecidos fueron necesariamente sometidos a una prueba de Covid-19. Mientras que el Ministerio de Sanidad recibe cada día las cifras de fallecimientos de los alrededor de 800 hospitales ya habilitados para acoger casos de coronavirus, carecía de una herramienta similar para las residencias, a pesar de haber reconocido que estas son el segundo lugar donde con más virulencia se registra la epidemia, tras los hospitales. Todo se aceleró después de que los responsables de las residencias de ancianos lanzaran la alerta el pasado 20 de marzo, en una carta dirigida al ministro de Sanidad, Olivier Véran, en la que le manifestaban su temor a que pudieran producirse hasta 100.000 muertes en sus establecimientos si no se tomaban medias drásticas, empezando por asegurar que todos los trabajadores cuenten con mascarillas para evitar propagar la epidemia entre los más vulnerables.
“Esta población padece una tasa de mortalidad de casi el 15%, lo que podría traducirse en más de 100.000 decesos" en el peor escenario posible, algo "que ni osamos imaginar”, pero que “es un riesgo que no puede excluirse en vista del estado actual” de estas instituciones, escribieron los directores de residencias. Su principal reclamo: garantizar las 500.000 mascarillas diarias que requiere el sector, tras calcular que cada residencia, con una media de 80 inquilinos, requiere unas 60 mascarillas diarias. El Gobierno, que a comienzos de marzo requisó las existencias de mascarillas en el país —lo que ha provocado algunos roces, como cuando se incautó de dos millones de máscaras que una empresa sueca tenía en territorio francés para distribuirlas entre España e Italia y que Francia acabó liberando— concedió rápidamente esa demanda y elaboró un sistema de recuento de casos de Covid-19 y mortalidad en las residencias de ancianos que empezó a rodar una semana más tarde, el 28 de marzo.
Desde entonces, además de las medidas iniciales —especialmente la prohibición de visitas a las residencias de ancianos desde comienzos de marzo— también se han aprobado medidas de confinamiento más drásticas. Entre otras, Véran ha recomendado el aislamiento individual en sus habitaciones de los ancianos en las residencias y priorizar las pruebas de coronavirus entre el personal de estos centros, al que además pidió “salir lo menos posible” de las instalaciones para evitar que regresen a estas con el temido virus.
Primera demanda en Francia por muertes en una residencia
Los familiares de una mujer ingresada en una residencia de ancianos de Mougins, cerca de Cannes, han interpuesto una demanda tras conocerse que 29 de sus 110 residentes fallecieron en las últimas dos semanas de forma directa o indirecta por el coronavirus.
“Hay una investigación en curso”, confirmó el sábado la fiscal de Grasse, Fabienne Atzori, a la agencia France Presse. La “demanda contra X” —la fórmula usada en Francia cuando se desconoce al responsable— por “poner en riesgo la vida ajena” fue presentada el jueves por el hijo de la residente Yvette Sinicropi, de 84 años, según el Nice-Matin. Algo que no ha sorprendido al alcalde de Mougins, Richard Galy. “Si yo tuviera a mi padre o a mi madre en esa residencia, lo primero que haría sería llevármelo”, ha declarado. El sábado, manifestó su ira por el rechazo de la Autoridad Regional de la Salud (ARS) de su propuesta de requisar un hotel local para “aislar e instalar de forma segura” a los ancianos de la residencia afectada que hayan dado negativo de Covid-19. También reclamó que se someta a pruebas a todo el personal del centro, algo que ya ha comenzado. Según la emisora Europe 1, los primeros resultados se conocerán este lunes.
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