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Londres acelera la puesta en marcha de un hospital provisional con 4.000 camas

Un metro abarrotado en hora punta, la prueba de la confusión generada con las nuevas medidas de confinamiento

Rafa de Miguel
El Excel London, en la capital británica, será la semana que viene un hospital improvisado con 4.000 camas
El Excel London, en la capital británica, será la semana que viene un hospital improvisado con 4.000 camasAlberto Pezzali (AP)

En la estela de otros países que ya cometieron los mismos errores, el Gobierno del Reino Unido acelera los anuncios y gestos de respuesta ante la amenaza del coronavirus sin perfilar los detalles. Resultado, la población responde confundida. El ministro de Sanidad, Matt Hancock, anunciaba este martes con toda solemnidad la puesta en marcha la semana que viene de un hospital improvisado en el Excel London, un inmenso pabellón de ferias y congresos en el este de la capital británica. Con la ayuda del Ejército, confían en tener preparadas cuatro mil camas para atender a una cifra de enfermos que aumenta a un ritmo descontrolado. Más de 8.000 personas han dado positivo en las pruebas, y 422 habían fallecido a primera hora de este martes. En un solo día el número de muertos ha sido de 87, un incremento del 26% en apenas 24 horas.

Las instalaciones apenas son un proyecto en marcha, pero ya tienen nombre: Hospital Nightingale, en homenaje a la creadora de la enfermería moderna y toda una institución en el Reino Unido, Florence Nightingale. “Dedicaré mi vida al bienestar de las personas confiadas a mi cuidado”, termina el “juramento Nightingale” que todos los enfermeros y enfermeras del NHS (Servicio Nacional de Salud, en sus siglas en inglés) tienen que prestar. El Ejército colaborará en todas las tareas de ingeniería y logística para poner en marcha el hospital, asistirá en el día a día al personal sanitario, y pondrá al servicio del NHS sus médicos, paramédicos y enfermeros.

Londres se ha despertado, después del anuncio de Boris Johnson de que imponía el confinamiento en sus domicilios a todos los ciudadanos, en medio de la confusión. Las líneas de metro más activas estaban abarrotadas, y en los vagones era imposible poner en práctica las medidas de distanciamiento social que pide el Gobierno. Johnson pidió a las empresas que pusieran en marcha, si era posible, soluciones de teletrabajo, pero dejó abierta la puerta a que siguiera adelante gran parte de la actividad económica. El alcalde de la capital, el laborista Sadiq Khan, exigió en vano que se paralizaran las obras de construcción en una ciudad que era hasta ahora un trasiego constante de camiones y grúas, con decenas de grandes proyectos en marcha. Khan, quien forma parte del gabinete de crisis del Gobierno para situaciones de emergencia (COBRA, en sus siglas en inglés), ha asegurado que Johnson hizo caso omiso de su petición. “Y no encuentro ninguna justificación [a esta negativa] cuando sabemos que se trata de una pandemia global, cuando ya han muerto centenares de personas y sabemos que morirán miles más si no adoptamos medidas extremas”, ha dicho a la cadena de radio LBC. “Muchos países han tomado la misma decisión. Es posible seguir adelante con las obras mientras los trabajadores respeten la distancia de dos metros entre uno y otro”, ha defendido el ministro Hancock en la comparecencia diaria de Downing Street.

El Gobierno británico ha pedido a los ciudadanos que se alisten en un cuerpo de voluntarios que ayude al personal del NHS en tareas de limpieza o reparto de medicamentos. Hancock confía en poder reclutar 250.000 personas entre la población sana, y ha anunciado ya se ha han incorporado a la sanidad pública 35.000 profesionales que estaban retirados o en excedencia. La falta de material de protección para el personal sanitario comienza a irritar a médicos y enfermeros, que amenazan con tirar la toalla si el Gobierno no acelera el suministro del equipamiento necesario. “El personal de enfermería nunca debería verse forzado a escoger entre su seguridad y sus vidas. Los equipos necesarios deben llegar cuanto antes a la primera línea de batalla”, ha dicho un portavoz del Colegio Real de Enfermería. Hancok ha asegurado que al menos 7.000 equipos de protección estaban ya en camino.

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Sobre la firma

Rafa de Miguel
Es el corresponsal de EL PAÍS para el Reino Unido e Irlanda. Fue el primer corresponsal de CNN+ en EE UU, donde cubrió el 11-S. Ha dirigido los Servicios Informativos de la SER, fue redactor Jefe de España y Director Adjunto de EL PAÍS. Licenciado en Derecho y Máster en Periodismo por la Escuela de EL PAÍS/UNAM.

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