El sur de Italia denuncia fugas de personas del norte, foco del coronavirus

Para Italia es fundamental contener la expansión del coronavirus en el norte, que tiene el mejor sistema sanitario del país —aunque ya está al borde del colapso— y, al mismo tiempo, evitar a toda costa que el virus se propague por el depauperado sur, con hospitales más precarios. El Ministerio de Transporte canceló ayer los trenes nocturnos de larga distancia (los más utilizados para los traslados norte-sur). Por otro lado, recalcó que el transporte de mercancías por todos los medios, tanto de día como de noche, está garantizado.

En las últimas horas, varias regiones meridionales de Italia, como Apulia o Sicilia, habían vuelto a denunciar que la llegada a sus pueblos y ciudades de miles de personas procedentes de las zonas del norte, más afectadas por el virus, a pesar de las limitaciones de movimientos que rigen en todo el país e impiden los desplazamientos sin motivos justificados.

El presidente de la sureña Apulia (el tacón de la bota), Michele Emiliano, señaló que entre el viernes y ayer llegaron a la región al menos 1.500 personas, sin especificar a través de qué medios. “Oleadas de pulleses procedentes del norte que traen con ellos otras miles de posibilidades de contagio más”, remarcó. En todo el país se permite viajar por motivos laborales, de salud o urgencia y también para regresar al propio domicilio, para lo que se requiere un autocertificado escrito por cada viajero para justificar el desplazamiento. Quien cambie de provincia o de región deberá avisar de su ciudad de destino a las autoridades sanitarias, que en la mayoría de los casos, recomiendan una cuarentena domiciliaria de dos semanas.

La policía ferroviaria, que verifica la documentación de todos los pasajeros al montar y al bajar de los trenes, señaló ayer que a través de este medio de transporte habían llegado a ciudades de la región como Lecce, Bari o Foggia decenas de personas procedentes de Turín o Milán en pocas horas.

El alcalde de Lecce, Carlo Salvemini, señaló que la mayoría son “estudiantes desplazados, Erasmus o italianos residentes en el extranjero que deberán quedarse en casa los próximos días e indicar a su médico si tienen síntomas”. El alcalde de Benevento, en la región meridional de Campania, Clemente Mastella, habló de un “éxodo” de ciudadanos del norte y les pidió que informen sobre su presencia a las autoridades sanitarias. Llegó a sugerir que, si ellos no lo hacían, podían hacerlo “con discreción” sus propios vecinos.

El presidente de la región de Campania, Vicenzo De Luca, de la que Nápoles es capital, también ha reconocido su preocupación por el gran número de desplazamientos norte-sur de los últimos días y ha asegurado que 1.850 personas han declarado su regreso y permanecen aisladas.

La isla de Sicilia, conectada con la península a través del estrecho de Messina, ha registrado el mismo fenómeno. El presidente de la región, Nello Musumeci, que ya ha reducido la frecuencia de los transportes urbanos e interurbanos, había pedido que se cancelen los trenes nocturnos que llegan a la región procedentes de Milán o Roma. También ha acordado con el ministerio de Interior que se realicen controles sanitarios a todos los pasajeros en la estación de Messina. “Los enormes sacrificios que los italianos están haciendo para frenar al coronavirus pueden ser inútiles si no se cancelan los trenes” ha dicho el asesor de Infraestructuras siciliano, Marco Falcone. Y ha agregado: “En las últimas horas parece que se ha reanudado el flujo de viajeros que salen de las regiones del norte para llegar al sur de Italia por ferrocarril, una hemorragia que requiere prohibiciones aún más estrictas por parte de Roma”.

El alcalde de Palermo, Leoluca Orlando, también portavoz del resto de regidores locales sicilianos, ha llamado a la responsabilidad social y ha pedido a las personas de las zonas más afectadas que eviten trasladarse al sur, donde hay muchos menos casos hasta ahora. “Centenares de personas están viajando al sur, demostrando que no han comprendido la gravedad de la situación. Se trata de un comportamiento comprensible pero irresponsable que pone en riesgo la salud de todos”, ha dicho. Y ha pedido que se realicen controles de temperatura a los viajeros antes de montar en los trenes.

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