La campaña que quiere acabar con el ‘mujer tenía que ser’ al volante
La campaña Ellas Conducen está enfocada a eliminar los estereotipos de género y a dar autonomía a mujeres en riesgo de exclusión
“Circunstancias de la vida”, dice. Y las relata: dejar su casa a los 18 años, irse a vivir con un hombre, tener dos hijos, dejar el curso de estética que había comenzado, separarse de aquella pareja y entrar en una rueda de trabajos precarios. Uno tras otro. “Mal pagados, horarios imposibles, interminables”, cuenta al teléfono Raquel Baeza desde Alicante, donde nació en 1983. Llegó a dormir una hora para descansar un poco antes de volver al trabajo, “por 900 euros al mes”. Ahora, con 36 años, tres hijos de 16, nueve y tres años, y una pareja que trabaja de siete de la mañana a ocho de la tarde, una de las cosas que más necesita es tener el carné de conducir.
“Y no es ninguna tontería”. En varias ocasiones ha tenido que rechazar trabajos por no tener permiso de conducción, cuenta que va como “loca” a todas partes, andando, intentando llegar a tiempo a todo. “El carné no es solo un carné. Es una herramienta de trabajo, es independencia y es autonomía y libertad. No quiero depender de nadie ni pedir favores”, alega Baeza.
En parte para eso, se presentó este miércoles la campaña #EllasConducen, una iniciativa de la cadena de mantenimiento de automóviles Midas que tiene el apoyo de la Dirección General de Tráfico (DGT), la ONG Ayuda en Acción y como embajadora a la piloto Ana Carrasco, de Kawasaki, la primera campeona del mundo de motociclismo. El proyecto quiere “acabar con los clichés asociados a la conducción y apoyar a mujeres en riesgo de exclusión”, explica Patricia Suárez, la directora de marketing de Midas. Aunque todavía no tienen cerrado un número concreto, “la idea es usar el hashtag #EllasConducen y por cada tantos tuits con esa etiqueta subvencionaremos un carné de conducir para una mujer que haya formado parte del programa Mujeres en Acción de la ONG y que quiera sacárselo”.
En España, hay 26,6 millones de conductores: 15,4 millones hombres y 11,2 mujeres. Los datos los da María José Aparicio, la Subdirectora Adjunta de Formación Vial de la Dirección General de Tráfico, y asegura que “aunque el mundo está cambiando, también el de la conducción, todavía hay que terminar de romper con los estereotipos, que no tienen base científica”.
Eso piensa también Raquel Baeza, que ha estado en el programa de la ONG de octubre a junio. Durante el curso escolar, un día a la semana, la organización programaba formación en el centro educativo al que iban sus hijos y, mientras ellos daban clase, ella también aprendía junto a un grupo de 15 mujeres más. “Lo más importante, lo que me llevo como un tesoro es que las mujeres no somos competencia, que necesitamos apoyarnos las unas a las otras. Además de cosas necesarias para la vida diaria, como a desenvolverme en entrevistas de trabajo, a usar el ordenador para hacer búsquedas de empleo y tener conocimientos de varios programas…”, recuerda Baeza.
“Ahora me queda el carné de conducir, que no me lo saqué en su momento también por circunstancias”. Y “por unas cuantas ideas falsas que tenía en la cabeza”. Desde pequeña, asegura, había escuchado cientos de veces que las mujeres “no saben conducir bien”. “¿Cuántas veces he oído ‘mujer tenía que ser’?, pues ni lo sé… El caso es que prestar atención a estas ideas es absurdo, genera unos límites mentales que hay que derribar. Y además no es verdad, no conducimos peor”.
En efecto. Según los datos oficiales de la DGT, de las 140.992 víctimas de accidentes de tráfico que se registraron en 2017, el 64% fueron hombres y el 36% mujeres; y en mortalidad, de los 1.170 conductores fallecidos, solo el 10,8% fueron mujeres.
"Lo que también creo es que en esto, como en todo, si no vemos mujeres haciendo lo que nunca han hecho no podemos tener referentes. Por eso es tan bonito ver ahora a la Selección de Fútbol o la de Baloncesto o a Ana Carrasco, la piloto. Viendo mujeres que hacen lo que quieren hacer, otras mujeres sabrán que pueden hacerlo". Carrasco, que estuvo este miércoles en la presentación del proyecto, se subió por primera vez a una moto cuando tenía tres años. Ahora, con 22, desearía que este miércoles sea solo un día en el que "algo empezó a cambiar". En su caso, recuerda ella, pasó de ser "la chica de la parrilla a ser la piloto a batir".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.