La Fiscalía acusa de abusos a seis procesados por violar por turnos a una menor de 14 años
Los hechos se produjeron en Manresa. La declaración de la víctima se retrasa al suspenderse el juicio este miércoles por razones personales de uno de los abogados
La Fiscalía acusa de un delito de abusos sexuales, por el que pide penas de 10 y 12 años de cárcel, a seis jóvenes acusados de haber violado, por turnos, a una chica de 14 años que estaba ebria, durante un botellón en una fábrica abandonada de los alrededores de Manresa (Barcelona) en octubre de 2016. El juicio ha comenzado este martes en la sección 22ª de la Audiencia de Barcelona. Hay un séptimo acusado por haberse masturbado mientras presenciaba la violación múltiple a la menor, sin haberla impedido. Solo uno de estos jóvenes ha permanecido dos años en prisión preventiva por los hechos que se juzgan. La declaración de la víctima, que estaba prevista para este miércoles, se ha retrasado al haberse suspendido el juicio por razones personales de uno de los abogados.
En su escrito de conclusiones provisionales, la Fiscalía imputa un delito de abuso sexual continuado contra una menor a los seis procesados, para los que pide las penas máximas de ese tipo penal, previsto para castigar los ataques en los que no concurren ni violencia ni intimidación, sino que la voluntad de la víctima queda anulada por el consumo de alcohol o drogas. La acusación particular, ejercida por la víctima, califica el ataque de agresión sexual, al entender que la menor fue intimidada y sometida mediante violencia, con lo que eleva la petición a una condena de 15 a 20 años de cárcel.
A principios de año, durante la polémica suscitada por la sentencia de la Audiencia Provincial de Navarra en el caso de La Manada, cuyos cinco integrantes fueron condenados por un delito continuado de abuso sexual —que el Tribunal Supremo ha enmendado recientemente al considerar que sí hubo agresión sexual—, el Gobierno de Pedro Sánchez anunció que preparaba una reforma del Código Penal para eliminar el delito de abusos sexuales, de forma que las únicas figuras sean la violación y la agresión sexual.
En el caso de Manresa, la declaración de la víctima del ataque sexual múltiple, resultará clave para que la Fiscalía y la acusación particular definan en sus respectivos escritos de conclusiones definitivas si califican los hechos de agresión o de abuso. En la sesión de este martes, los acusados han negado que ellos o el resto de procesados —no todos se conocían entre sí, según su versión— mantuvieran relaciones sexuales con la denunciante. Ella asegura que fue atacada por turnos en una caseta abandonada situada junto a la fábrica en la pasaban la noche haciendo botellón.
En su relato ante el tribunal, los presuntos violadores han esgrimido distintas versiones exculpatorias: desde negar que mantuvieran contacto alguno con la menor durante la fiesta hasta incriminar a dos asistentes al botellón que no están encausados o señalar que la chica estaba borracha y se jactaba de querer "tirarse a todo el mundo". Las pruebas biológicas practicadas a la menor solo hallaron restos de ADN de uno de los procesados, Daniel David R., quien ha dicho que no se explica cómo se pudieron encontrar esos fluidos en la ropa de la víctima cuando en ningún momento intimó con ella y ha denunciado como una "injusticia" los dos años que ha pasado en prisión preventiva por este caso.
Según mantiene la Fiscalía en sus conclusiones provisionales, los siete acusados acudieron a una fiesta en una fábrica abandonada en el Camí Torre d'En Viñas de Manresa, a la que asistían en su mayoría menores de edad, entre ellas la víctima y una amiga suya. Aprovechando que se encontraba de forma "evidente" bajo los efectos del alcohol y las drogas, añade la Fiscalía, el acusado Bryan Andrés M. se llevó a la menor a una caseta abandonada y la violó, tras lo cual regresó al lugar donde estaban sus amigos y les instó a agredir a la chica, por turnos de unos 15 minutos cada uno, añade el ministerio público.
Posteriormente, añade la Fiscalía, entraron en la caseta y violaron a la menor otros cinco de los acusados, conocedores de su edad y del estado de embriaguez en que se encontraba, mientras que otro de los asistentes a la fiesta se masturbaba observando la agresión, sin impedirla. Tras la violación, según el ministerio público, el procesado Marco Antonio R. exhibió una pistola de fogueo y amenazó a varios menores que estaban en el lugar, advirtiéndoles de que su familia tendría problemas si contaban algo de lo sucedido, hechos por los que la Fiscalía le pide año y medio de cárcel, además de los 10 por abuso.
Horas después de la violación múltiple, según el escrito de acusación, cuando en la fábrica abandonada solo quedaban la víctima y su amiga junto a dos de los procesados, estos volvieron a agredirla sexualmente.
Los días posteriores a los hechos, Bryan Andrés M. se puso presuntamente en contacto con varios menores que asistían a la fiesta y les advirtió de que no debían contar nada, por lo que la Fiscalía pide para él otros dos años y medio de cárcel —sumados a los 12 de abusos— por un delito
de obstrucción a la justicia.
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