“Quiero encontrar sus huesos. No sé dónde están enterrados, no sabemos nada”
La hija y la nieta de un matrimonio desaparecido durante la Guerra Civil en Manacor declaran en Palma por la causa abierta contra los crímenes franquistas en Argentina
En agosto de 1936 el relojero de Manacor, Antoni Alomar, fue detenido por un grupo de falangistas y trasladado a la prisión de la localidad. Una semana después, llamaron a su esposa Margalida Jaume, embarazada de siete meses, para que acudiera a la cárcel a prestar declaración en favor de su marido. Nunca regresó. Su esposo fue puesto en libertad pero días después volvió a ser arrestado y sus hijas, que entonces tenían ocho y once años, nunca volvieron a verlo. Este miércoles la más joven de ellas que ahora tiene 90 años, Francisca Alomar, ha comparecido ante un juez para explicar cómo se produjo la desaparición de sus padres y el efecto que tuvo en su vida.
Francisca Alomar y su sobrina Bartolomea Riera, nieta del matrimonio desaparecido, han declarado ante el juez de instrucción número 11 de Palma en funciones de auxilio judicial en el marco de la investigación que la juez María Servini realiza en Argentina sobre los crímenes y desapariciones durante la Guerra Civil y el franquismo. El caso de la desaparición de Margalida Jaume es uno de los tres que se incluyeron en la ampliación de querella presentada por la organización Women’s Link por crímenes de género durante la guerra y la dictadura, en la que se solicitaba una investigación de los atentados cometidos contra mujeres, como casos de violencia sexual o robo de bebés. El caso de Margalida Jaume también se presentó en enero de 2019 ante el comité de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Los relatos que los familiares del matrimonio desaparecido han recabado durante años indican que Margalida Jaume fue violada por uno de los falangistas que la llamó a declarar. Así lo aseguró a su hija años después un vecino de la localidad, que contó que estuvo presente en el momento de los hechos. Los descendientes de los desaparecidos también creen que el matrimonio sufrió todo tipo de torturas y humillaciones durante el tiempo que permanecieron detenidos hasta que fueron ejecutados. Sin embargo, todavía no se ha encontrado rastro de los cuerpos de Margalida y Antoni, aunque la familia sospecha que ambos pueden estar enterrados en una de las fosas de Manacor.
“Me habría gustado que encontraran sus huesos, pero no han encontrado nada. No sabemos donde están enterrados, ni donde murieron ni donde los mataron. No sabemos nada”, ha dicho con la voz entrecortada y lágrimas en los ojos Francisca Alomar, la hija que tenía ocho años en el momento de la desaparición de sus padres. Ella y su hermana mayor fueron trasladadas a otro pueblo para vivir con sus abuelos y con otros familiares. Su única ilusión ahora es encontrar los huesos de sus padres para poner “un ramo de flores”. “No hemos sabido nada y si alguien sabía cualquier cosa hablaba a escondidas de nosotras para que no lo escucháramos. No hemos sabido nunca, nunca, donde han estado”, ha lamentado Alomar rodeada de sus familiares y de miembros de la asociación Memoria de Mallorca.
Su sobrina y nieta del matrimonio desaparecido también ha comparecido ante el juez, ya que su madre falleció hace algunos años. Bartolomea Riera espera que se haga justicia y ha pedido que busquen a sus abuelos en la fosa de Manacor y entreguen sus restos a la familia. “Se han abierto otras fosas y no los han encontrado. Creemos que están en Manacor y me gustaría que abrieran esas fosas lo antes posible, porque mi tía tiene 91 años y le gustaría poder verlo, es la más interesada”, reclama Bartolomea. La familia también quiere descubrir qué pasó en realidad y cuáles fueron las razones de la detención del matrimonio porque ninguno de los desaparecidos estaba vinculado a movimientos políticos y se limitaban a trabajar en su negocio. “No sabemos por qué se los llevaron, aquí tenía que haber algo más. Mi abuela estaba embarazada de siete meses y nos dijeron que la violaron. Eso es muy fuerte”, ha explicado.
Las dos mujeres han acudido a los juzgados acompañadas por la abogada de Women’s Link, Aintzane Márquez, que ha explicado que el proceso es lento porque hay muchas víctimas y se está intentando que España colabore para descubrir qué paso y repare a los afectados. Para Márquez, la declaración de las dos mujeres ha sido una oportunidad “para contar la historia” y abre la puerta para que España colabore con Argentina “porque se está negando la justicia en este país”. Arropando a las víctimas también han estado miembros de la asociación Memoria de Mallorca, cuya presidenta, María Antonia Oliver, ha calificado de “decepcionante y ofensivo” que estos crímenes se estén investigando en Argentina y no en España. “El hecho de que no haya una comisión de investigación judicial sobre crímenes tan graves es doloroso”, ha concluido.
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