Taiwán celebra las primeras bodas homosexuales: “Ser gay no ha sido fácil”
Cientos de parejas se casan en el día de entrada en vigor de la primera ley en Asia que legaliza los matrimonios entre personas del mismo sexo
Hsiao Hsuan y su ya marido, que llevan juntos 12 años, han sido una las primeras parejas homosexuales que se han casado en Taiwán. Como ellos, cientos de parejas se han casado este viernes en la isla, día en que ha entrado en vigor la primera ley en Asia que legaliza estos enlaces. Vestidos los dos con traje rosa y pajarita, se mostraban felices ante la prensa, enseñando sus anillos, tras haber dado el anhelado paso. A media jornada, ya se habían formalizado 363 matrimonios -116 de hombres y 247 de mujeres-, según los datos del Ministerio del Interior recogidos por la agencia oficial taiwanesa CNA.
"Ser gay en Taiwán no ha sido fácil. Me siento afortunado de tener el apoyo de mis amigos, de mi familia y de mi otra mitad", afirmó ante los periodistas Hsiao, quien todavía recuerda la primera ocasión en que enarboló la bandera arcoíris en la isla. Fue durante el desfile del orgullo, uno de los más importantes que este colectivo celebra en Asia. "Ondeé la bandera con mucho entusiasmo durante el desfile, pero tenía mucho miedo de llevarla de camino a casa", recordó el joven, quien añadió que se sentía "orgulloso" de la nueva normativa.
Varios años, incluso décadas, es lo que han esperado muchas parejas en la isla para poder casarse. Taiwán hizo historia el pasado viernes, al aprobar el Parlamento por amplia mayoría -66 votos a favor y 27 en contra- el matrimonio entre personas del mismo sexo. El Legislativo tenía de plazo hasta este viernes para regularizar la situación de las parejas del mismo sexo, después de que en una histórica sentencia, el Tribunal Constitucional de la isla considerase en 2017 que la prohibición del matrimonio homosexual era anticonstitucional.
"Este es un hito con un gran significado, tanto para China (el nombre oficial de Taiwán es República de China) como para Asia entera", contó este viernes el director ejecutivo de la organización Pflag China, Ah Qiang, quien añadió que la nueva ley "sugiere que la sociedad de la cultura confuciana también puede aceptar parejas del mismo sexo".
"Para la comunidad gay, la igualdad matrimonial ha puesto fin a la era del prejuicio y la discriminación, donde los gais eran considerados ciudadanos de segunda clase ahora han ganado la igualdad y la dignidad que merecen", añadió el activista.
Dos de las hoy unidas en matrimonio fueron Yu Ya-ting y Huang Mei-yu, una pareja de lesbianas que se mostraron muy satisfechas de completar lo que definieron como un "proceso legal atrasado", siete años después de que celebraran su primer matrimonio bajo la tradición budista. "Nuestra primera boda tuvo lugar en 2012 y la de hoy es la segunda. Ahora tenemos no solo la bendición de los dioses, sino también de nuestros padres y de la sociedad", destacó Huang después de registrarse.
Para Liping Xie, alcanzar su sueño ha supuesto también una larga espera: "Realmente, ha sido un tiempo muy largo. Realmente todos lo entienden, todos lo aceptan", apuntaba hoy esta mujer de 56 años que lleva 36 junto con su pareja. "Iría hasta el infierno con ella", exclamaba, tras formalizar su unión en el registro civil de Banqiao.
Aunque la euforia reinó este viernes en los juzgados, en opinión de Ah todavía queda mucho por hacer y falta tiempo para que la ley verdaderamente permee en la sociedad. "La igualdad de la ley es solo un aspecto, pero la sociedad de Taiwán todavía necesita promover la aceptación y abrazar a la comunidad LGBT de manera más equitativa y amigable", señaló.
En opinión del activista, la nueva situación de Taiwán podría tener "un efecto de demostración positiva en la China continental", donde la homosexualidad se vive todavía como algo mayoritariamente clandestino. Pese a que la homosexualidad fue despenalizada en China en 1997 y desclasificada como un desorden mental en 2001, todavía muchos chinos ven esta condición sexual como una enfermedad, mientras el Gobierno carece de cualquier tipo de protección a este colectivo que en China está formado por unos 70 millones de personas.
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