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La sexta gran extinción de especies amenaza también la economía global

El organismo internacional insta a los países a revertir la reducción de la biodiversidad y advierte de que la naturaleza aporta 125 billones de euros a la economía mundial

Venta de atún rojo en la lonja de Tokio (Japón). En vídeo, una de cada ocho especias animales y vegetales podría desparecer en 20 años.Foto: atlas | Vídeo: REUTERS | ATLAS
Manuel Planelles

La alarmante pérdida de biodiversidad por la acción del hombre no solo pone en riesgo a un millón de especies animales y vegetales en el mundo, según alertó el lunes el IPBES, el panel de expertos internacionales vinculado a la ONU. También supone una multimillonaria amenaza para la economía global. En un informe monográfico, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) advierte sobre las consecuencias de la conocida como “sexta extinción masiva” e insta a los países a actuar ante la pérdida de biodiversidad, “uno de los grandes riesgos del siglo XXI”.

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El informe de la OCDE recuerda a los Estados que es necesario “revertir” la tendencia de pérdida de biodiversidad si se quiere “garantizar la seguridad alimentaria, la reducción de la pobreza y un desarrollo más inclusivo y equitativo”. Y lamenta que los países dediquen muchos más fondos a subvencionar actividades dañinas para el medio ambiente que a su protección.

Este organismo internacional recuerda además que el coste de no actuar contra este problema es alto. Actividades como la polinización de los cultivos, la purificación del agua, la protección frente a las inundaciones y la captura y secuestro del dióxido de carbono —“vitales para el bienestar humano” y ligadas a la biodiversidad— se están viendo ya afectadas. Y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos advierte de que están en riesgo esos “servicios”, que aportan anualmente entre 125 y 140 billones de dólares —entre 112 y 125 billones de euros— a la economía planetaria.

Pero no es solo un problema para el futuro. El informe de IPBES advierte de que la degradación de los suelos ha reducido ya un 23% la productividad de la superficie terrestre mundial. Y la OCDE añade que están en riesgo cultivos por valor de 235.000 a 577.000 millones de dólares anuales si se pierden las especies que, por ejemplo, se encargan de la polinización. 

Agricultura

“Los efectos calculados indican que el sector primario de la agricultura y la pesca serán de los más afectados”, apunta María Loureiro, profesora de Economía Ambiental de la Universidad de Santiago de Compostela. “Y existen muchos trabajos científicos que relacionan una mejor biodiversidad con una mayor producción agraria sostenible”, añade esta especialista.

Ignacio Pérez Domínguez, economista e investigador especializado en agricultura del Joint Research Centre (JRC) —órgano científico que asesora a la Comisión Europea—, sostiene que la última reforma de la Política Agraria Común (PAC) de la UE se ha diseñado sobre la base del mantenimiento de la biodiversidad. “Por ejemplo, implantando la rotación obligatoria de cultivos para evitar los monocultivos”, apunta este especialista. “No se trata solo de limitar los pesticidas”, sostiene. “El sector agrícola deja de verse ya como un actor económico tradicional”, explica Pérez Domínguez. Se convierte así en un aliado en la conservación de la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático, según la filosofía de la nueva PAC.

Pese a que se están dando algunos pasos, como ese rediseño de la política agraria de la UE —que durante muchos años, sin embargo, solo premiaba la producción—, los Gobiernos del mundo no se están moviendo en la dirección correcta. Un ejemplo son los subsidios y ayudas públicas que los Estados dan a los combustibles fósiles y a las prácticas agrícolas “potencialmente perjudiciales para el medio ambiente”. El informe de la OCDE cifra estas ayudas públicas en 500.000 millones de dólares al año (447.000 millones de euros). Y lamenta que para conservar la biodiversidad y las prácticas sostenibles se movilizan —tanto desde los sectores públicos como desde los privados— solo una décima parte de que esas subvenciones dañinas, es decir, 50.000 millones de dólares.

El informe de la OCDE no es solo una llamada de atención para los responsables políticos de los países del mundo, que el próximo año se reunirán en China para acordar un nuevo marco de medidas dentro de la Convención de Diversidad Biológica de la ONU. También advierte de los impactos para las empresas. Porque esa pérdida de biodiversidad se traduce también en “riesgos ecológicos para las operaciones”, responsabilidades legales, “riesgos regulatorios” y reputacionales y “riesgos financieros”. E insta a analizar y reconocer esos riesgos que para las empresas tendrá la pérdida de biodiversidad.

La OCDE aplaude que Francia esté intentando que la próxima reunión del G7, que se celebrará en Biarritz en agosto, aborde la pérdida de biodiversidad. Pero advierte también de que “aunque la pérdida de biodiversidad es un reto tan grande como el cambio climático, ha recibido considerablemente menos atención en la agenda política”. “Quizás, el debate haya puesto más importancia en los efectos derivados del cambio climático”, admite también Loureiro. “Pero bien es cierto que cambio climático y pérdida de biodiversidad están muy relacionados”, añade. Y, en muchos aspectos, la lucha contra el calentamiento y la defensa de la biodiversidad van de la mano.

España y siete países llaman a la UE a actuar

Álvaro Sánchez

Un grupo de ocho países de la Unión Europea han unido fuerzas para que la lucha contra el calentamiento global pase a ocupar una posición prioritaria en la acción política futura. España, Francia, Bélgica, Dinamarca, Luxemburgo, Holanda, Portugal y Suecia han firmado una declaración conjunta, publicada ayer, en la que llaman a no perder más tiempo y a actuar “ahora”.

El documento recoge la preocupación de la comunidad científica y las movilizaciones de los jóvenes en las calles de toda Europa, e insiste en el año 2050 como el plazo máximo para alcanzar el objetivo de que no se emitan más gases de efecto invernadero de los que se pueden absorber, lo que se conoce como neutralidad climática.

La propuesta, impulsada por Francia, llega en un momento de reflexión sobre hacia dónde debe caminar el proyecto comunitario. Mañana, los líderes de los Veintisiete se reúnen en Sibiu (Rumania), para preparar la hoja de ruta que debe seguir el continente, y el clima será uno de los puntos clave a tratar.[

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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