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Las víctimas, decepcionadas por no ver al Papa antes de la cumbre

El comité organizador se ha reunido con 12 supervivientes, representantes de las mayores asociaciones, que exigen que se tomen medidas concretas contra los abusos

Víctimas de abusos sexuales de religiosos reunidos hoy con Scicluna. / VÍDEO: Declaraciones de Miguel Hurtado, víctima de abusos, en la Ciudad del Vaticano, este martes.Vídeo: Getty Images / EPV (EFE)
Daniel Verdú

Había buena voluntad por parte de la organización, pero la imagen no fue la mejor. Un día antes de que empiece la cumbre sobre abusos a menores en el Vaticano, representantes de las principales asociaciones de víctimas se han reunido con los organizadores de la histórica cita. El encuentro, sin embargo, se ha producido fuera de los muros del Vaticano y sin el Papa, como pedían los activistas. La reunión, al margen de la agenda oficial, ha escenificado dos maneras distintas de tratar a las víctimas: las que participarán en el encuentro y las que no. Anuncia también la presión que ejercerán las víctimas estos días con una suerte de cumbre paralela. “Francisco no estaba ahí dentro. Y eso no está bien. ¿Dónde está? Necesitábamos hablar con él. Así que volvemos a decirle que estamos aquí en Roma ahora mismo. Si puede reunirse con todos esos obispos ahí dentro para hablar de abusos, puede hacerlo con nosotros también”, lanzó nada más salir del encuentro Peter Isely, portavoz de Ending Clergy Abuse (ECA), la asociación global que representa a víctimas de 21 países.

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La reunión empezó a las 11.30 de la mañana en unas dependencias vaticanas extramuros. Acudieron 12 víctimas y cinco miembros del comité organizador: el arzobispo de Malta, Charles Sciluna; el padre Federico Lombardi; el arzobispo de Chicago, Blase Joseph Cupich; el padre Hans Zollner y el cardenal Osvald Gracias. Seis de las víctimas representaban a ECA y fueron hablando uno a uno. Las intervenciones fueron duras y muy pensadas. “No nos hemos mordido la lengua. Todos hemos dicho que se acabaron las palabras, es la hora de las acciones contundentes. Es una pandemia global, no de unos países concretos. Ya hemos escuchado muchas palabras bonitas. Se necesita un plan de acción creíble con un calendario, medidas muy específicas, régimen sancionador para los obispos que no lo cumplan. También controles para monitorizar si se está aplicando. Y esto se necesita para ya. Si lo hubieran hecho hace 30 años, algunos como yo no habríamos sufrido abusos”.

Los organizadores hablaron poco y señalaron que, más allá de los cambios, lo que hay que hacer es aplicar la ley existente. No cabe esperar grandes reformas tras el encuentro, dieron a entender, sino un cambio de cultura. Pero las víctimas creen que es insuficiente. ECA considera que la "tolerancia cero" pregonada durante los últimos 15 años solo será una realidad si se cumplen tres parámetros: expulsión del sacerdocio de cualquier cura que abuse de un menor, apertura de los archivos del Vaticano y obligatoriedad de trasladar a la justicia todas las denuncias. “Las víctimas no somos un enemigo. Somos un aliado. Si hoy hay una cumbre es gracias a los que hemos denunciado, los que nos hemos jugado mucho para contar nuestras historias. Pedimos que el Papa se reúna en el algún momento con organizaciones activistas. El Papa se va a encontrar mucha oposición a los cambios. Y como no cuente con los activistas no logrará hacer nada”, señaló Hurtado.

Juan Carlos Cruz, una de las víctimas del sacerdote chileno Fernando Karadima, fue el mediador del encuentro. Convertido en interlocutor directo del papa Francisco tras el caso chileno que terminó con la renuncia en pleno de todos los obispos del país, puso en contacto ambas realidades y ha tratado tras la reunión de templar los ánimos asegurando que había sido productiva. "El Papa está haciendo lo que puede, pero lo que pedimos es que los obispos se pongan las pilas y apliquen las leyes que tienen que aplicar, porque es una vergüenza que no lo hagan", señaló. Además, dio a entender que él mismo trasladaría todo lo que se había hablado al Pontífice. "Nadie se quedó sin decir lo que quería decir"

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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