Holanda | Entre 10.000 y 20.000 víctimas de abusos desde 1945

En 2010, cuando las denuncias de abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica holandesa empezaron a hacerse públicas, la Conferencia Episcopal y la Asociación de Órdenes Religiosas, pidieron a Wim Deetman, antiguo ministro de Educación, que investigara los hechos. Un año después, la sociedad enmudeció ante la magnitud de cifras recabadas: entre 10.000 y 20.000 fueron víctimas de estas agresiones, perpetradas desde 1945 por unos 800 religiosos en internados, orfanatos, colegios y seminarios. En sus conclusiones, la Comisión Deetman dijo que “no puede hablarse de ocultamiento deliberado de los hechos, o destrucción en masa de archivos eclesiásticos, pero los obispos y los superiores de las congregaciones no siempre informaron a Roma”.

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Casi una década después, la Conferencia Episcopal afronta su encuentro con el Papa con una declaración de principios que reivindica su papel a la hora abrir dicha investigación. “Solicitamos a Deetman que indagara los abusos contra los menores, y también elaboramos la guía para prevenir nuevos casos. Una cooperación que muestra nuestro compromiso”, señaló este jueves la Conferencia, en una declaración escrita.

Deetman recomendó la apertura de un centro que recogiera nuevas denuncias, ayudara a las víctimas y calculara una compensación económica. Todo ello en el seno de la propia Iglesia, pero gestionado por una fundación independiente. En su comunicado, la Conferencia Episcopal y la Asociación de Órdenes Religiosas recuerdan que también “tomaron la iniciativa desde el principio para que los afectados recibieran una reparación”.

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De las 3.712 personas que alegaron en 2010 haber sufrido abusos, 1.650 no interpusieron una denuncia. Para algunas, el reconocimiento del informe fue suficiente. Otras no quisieron revivir su drama íntimo. Al final, se vieron 1.471 casos, de los cuales fueron admitidos 1.002. Para 2017, habían pedido una indemnización 860 demandantes, que recibieron cerca de 28 millones de euros en total. El promedio fue de 32.000 euros por persona, aunque en 65 casos la suma ascendió a 100.000 euros, la máxima compensación: padecieron violaciones continuadas.

Si bien la propia Conferencia Episcopal animó a la aplicación de un código de conducta hoy en vigor destinado a evitar nuevas agresiones, en 2018 se supo que 20 de los 39 cardenales, obispos y obispos auxiliares holandeses habían participado en los abusos desde 1945. Cuatro prelados asaltaron en persona a menores. Los otros 16 trasladaron de parroquia a los sacerdotes pederastas, que siguieron delinquiendo. El rotativo NRC Handelsblad cruzó todas las cifras publicadas hasta entonces con las de sus indagaciones, y publicó los nombres del cuarteto agresor.