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#masaktach o la lucha contra un cantante marroquí acusado de violación

El ‘hashtag’ “Yo no me callo” intenta que las radios dejen de emitir canciones de Lamjarred, denunciado por tres mujeres

El cantante marroquí Saad Lamjarred, en una imagen de julio de 2016 en Túnez.Vídeo: GETTY | EPV
Francisco Peregil

Casi un año después de que en Estados Unidos naciera el movimiento #metoo (yo también) contra las agresiones sexuales, el viento de las reivindicaciones feministas ha germinado en Marruecos. El pasado 18 de septiembre comenzó a circular en las redes sociales la campaña #masaktach, “yo no me callo”. Ese “yo”, en el árabe dialectal de Marruecos revela el género femenino de quien lo pronuncia. El objetivo de la campaña es que las emisoras de radio dejen de emitir las canciones de Saad Lamjarred, de 33 años, tal vez el cantante marroquí más famoso, quien se encuentra preso en Francia, denunciado por tres mujeres por violación.

Lamjarred fue detenido en París en 2016 después de que la francesa Laura Prioul, que entonces tenía 20 años, le denunciara por violación. El artista no es tan poderoso como el productor Harvey Weinstein, cuyas fechorías desencadenaron el #metoo, pero contaba y cuenta con millones de admiradores en Marruecos y el mundo árabe. En su país contaba, además, con el mejor aliado posible, el propio rey Mohamed VI, quien anunció que correría con los gastos de la defensa en Francia y contrató a su propio abogado, Eric Dupond-Moretti. El Palacio Real esgrimió el principio de la presunción de inocencia para argumentar su decisión. Posteriormente, el cantante fue denunciado por otras dos mujeres. La última de ellas sucedió el 26 de agosto, cuando Lamjarred se encontraba en libertad provisional. Una semana después, su abogado estrella, Eric Dupond-Moretti, abandonó la defensa sin explicar el motivo.

No obstante, Lamjarred sigue contando con muchos defensores en su país. Otro cantante marroquí muy famoso, Adil El Miloudi, ha declarado: "Él ha violado a dos francesas, yo espero que viole a una tercera". Aïcha Del-lero, una de las impulsoras de la campaña "Yo no me callo" replicó en Twitter: "Los cantantes violan y hacen apología de la violación, pero al final son ellos quienes tienen el derecho a la palabra".

Tras iniciarse este mes la campaña contra las canciones de Lamjarred en la radio, la emisora pública Radio2M ha hecho público un comunicado en el que indica que dejó de emitirlas desde el inicio de las denuncias ante la justicia francesa. Por su parte, la emisora de música más escuchada, Hit Radio, anunció que las canciones no se emitirán más hasta que “las mentes se calmen”.

El director de la emisora, Younes Boumehdi, declaró que un sondeo realizado entre los oyentes la semana pasada reveló que la mayoría quiere que se vuelvan a emitir las canciones de Lamjarred. Una de las feministas más conocidas de Marruecos, Betty Lachgar, indicó a este diario: “Si vas a cualquier lugar de Marruecos verás que todo el mundo sigue escuchando las canciones de Lamjarred. La mayoría de los jóvenes las bailan y muchas emisoras las siguen poniendo. Queda aún mucho por hacer para combatir la cultura de la violación en este país”.

Laura Prioul, la mujer francesa que denunció a Lamjarred por violación, dio la bienvenida en Twitter el martes 18 de septiembre a la campaña para prohibir las canciones de su agresor. Otra internauta le respondió: “Puedo comprender que quieras castigarlo por lo que te ha hecho, pero de ahí a pedir el boicot de sus canciones y su destrucción total…”. Y Prioul respondió: “Yo no estoy en el origen de ese boicot. Sin embargo, yo no puedo más que apoyarlo por respeto a todas las víctimas obligadas a escuchar a su agresor”.

La activista marroquí Lubna Bensalah cree que la importancia del hashtag #masaktach es que las mujeres no tienen miedo. “Durante mucho tiempo la presión social nos obligaba a callarnos. Ahora, esta campaña es un medio de expresión para todas las mujeres, sean o no activistas”.

En cuanto al argumento de que la obra es distinta del artista, Bensalah sostiene: “Yo apoyo la campaña [para no emitir las canciones en la radio]. Sobre todo, porque la influencia de Saad Lamjarred sobre la juventud es enorme en un sentido negativo. Aunque yo asumo que hay que distinguir la persona de su obra, y yo puedo continuar escuchando las canciones de Frank Sinatra aunque me dijesen que fue un violador. Pero en el caso de Lamjarred, su influencia es actual. Y seguir difundiendo sus canciones es continuar apoyándolo. Eso es una forma de inconsciencia por la que terminamos pagando el precio”.

Aïcha Del-lero esgrime que cuando se habla de un supuesto violador reincidente, sus obras son indisociables de la persona en el inconsciente colectivo. “Cada uno es libre de escuchar las canciones de Saad Lamjarred en la esfera privada, pero las radios son responsables de medir su papel social. Una emisora que acepte difundir las canciones de un artista inculpado por violación no hace más que reforzar la banalización de un crimen tan grave como la violación”.

Del-lero concluye: “No hay que olvidar que en los medios marroquíes no se suele dar la palabra a las mujeres víctimas de agresiones sexuales. Pero a través de la repetición de esas canciones en las emisoras ellas son reenviadas hacia sus traumatismos y a toda la sociedad se le da un mensaje claro sobre quién tiene la prioridad para hacer escuchar su voz”.

El detonante fue la brutal historia de Jadiya

Aïcha Del-lero, una de las principales impulsoras de la campaña #masaktach (Yo no me callo), comenta que la idea de iniciar este movimiento sobrevino tras conocer este verano la historia de Jadiya, la joven de 17 años que afirmó en un vídeo haber sido secuestrada, violada y agredida por jóvenes de su pueblo. "Nos hizo sufrir mucho no solo su historia, sino las reacciones brutales a las que Jadiya ha tenido que enfrentarse tras denunciar a sus agresores".

“El lanzamiento de la campaña”, comenta Del-lero, “coincidió con el juicio de Lamjarred. A pesar de estar acusado de violación, sus canciones siguen emitiéndose en las emisoras que más escuchan los jóvenes. Así que la primera acción de la campaña fue #LamjarredOut.

Del-lero cree que el hecho de que algunas emisoras se hayan visto obligadas a no emitir esas canciones ya es un éxito. “Pero la campaña tiene objetivos que no son a corto plazo, porque implica la puesta en cuestión de percepciones que dominan en el imaginario colectivo de toda una sociedad. El camino que nos queda es demasiado largo como para poder felicitarnos tan pronto”.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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