La ONU pide acabar con el aislamiento de los países con ébola
EE UU reclama, en el Consejo de Seguridad, una movilización internacional
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas lanzó este martes, en una sesión calificada de "histórica", un grito de auxilio mundial ante el avance del ébola. El organismo, alarmado por el dañino aislamiento que están padeciendo los principales países afectados (Liberia, Guinea y Sierra Leona), reclama a los Estados, en particular a los africanos, que levanten las restricciones fronterizas para viajar y comerciar impuestas con motivo de la epidemia, desde el convencimiento de que estas limitaciones no hacen sino minar los esfuerzos para combatir el mal. El Consejo pide a las compañías aéreas y marítimas que restablezcan sus líneas con los países afectados y con el resto de la zona. Asimismo, solicita a todos los Gobiernos el envío urgente de material médico, personal especializado y toda la ayuda posible ante una crisis "sin precedentes".
Este es el contenido de la resolución 2177, aprobada por unanimidad este jueves en un Consejo de Seguridad inusual, por urgente y por tratarse de una cuestión sanitaria, a propuesta de Estados Unidos y 131 países, entre ellos España, un apoyo sin parangón en Naciones Unidas. Para el organismo, la situación que vive el África occidental es una "amenaza para la paz y la seguridad mundiales", una declaración también inédita sobre un tema de salud pública.
"Este es el mayor brote que el mundo haya visto. Necesitamos aumentar veinte veces la asistencia. Naciones Unidas no puede hacerlo sola, los países afectados, tampoco. Los casos se doblan cada semana", proclamó el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, que anunció una nueva misión sobre el terreno que estará operativa a finales de mes.
"El brote está llevando a los Gobiernos afectados al borde del precipicio. Es el desafío más importante en tiempos de paz que haya afrontado Naciones Unidas. No habíamos visto algo de esta escala, de este nivel de sufrimiento. Es una crisis social, económica, una amenaza a la seguridad mundial. La vida de 22 millones de personas en los países afectados se ha derrumbado. Nada de lo que vemos tiene precedentes", manifestó en una dramática intervención la directora de la OMS, Margaret Chan.
La resolución aprobada enfatiza la necesidad de una respuesta mundial urgente y coordinada y pide a los Gobiernos de Guinea, Liberia y Sierra Leona que establezcan mecanismos de diagnóstico y aislamiento de los enfermos, así como campañas de información que mitiguen el pánico. Al resto de los Estados solicita ayuda médica especializada. En concreto, instalaciones de campaña, material y servicios de laboratorio, apoyo logístico, unidades especiales de tratamiento y diagnóstico rápido, y personal médico entrenado para un desafío como el ébola.
La respuesta dada hasta ahora por la comunidad internacional ha sido a todas luces insuficiente
Samantha Power, embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, agradeció los compromisos concretos de los países y recordó las medidas adoptadas por el presidente Barack Obama, como el envío de 3.000 soldados y material médico a la zona.
"Esta es la peor epidemia de ébola que hemos visto en la historia. La buena noticia es que sabemos cómo pararla. Pero los recursos que la comunidad internacional ha puesto son insuficientes. Tenemos que cambiar el rumbo. La epidemia empeorará antes de que mejore, pero tenemos que salvar vidas. Podemos poner coto a esto y vamos a hacerlo", añadió Power. A largo de sus intervenciones, los quince miembros del Consejo enfatizaron que la epidemia no es una crisis sanitaria, sino un amenaza para la estabilidad mundial que requiere una movilización sin precedentes.
Es la tercera vez, la primera de urgencia, que el Consejo adopta una resolución por una crisis de salud pública. Las anteriores resoluciones fueron sobre sida, en 2000 y 2011. Según los datos de la OMS, el ébola ha matado ya a más de 2.400 personas de unas 5.000 afectadas. La organización estima que 20.000 personas se verán infectadas antes de que la enfermedad esté controlada.
Varios embajadores tomaron la palabra, entre ellos los de Sierra Leona, Guinea y Liberia, los tres países más afectados por la epidemia.
Un niño con sangre en la boca
La reunión urgente del Consejo de Seguridad vivió un momento de enorme dramatismo cuando Jackson Niamah, trabajador de Médicos sin Fronteras en Monrovia (Liberia), narró por videoconferencia las penosas condiciones en que desarrolla su trabajo. "Hemos asistido a muchos pacientes que mueren solos, aterrados, sin los suyos a su lado. No hay suficientes centros de atención y camas. Tenemos que rechazar a muchas personas, que se mueren en la puerta. En este momento, hay pacientes en la puerta de este lugar que nos piden que les salvemos la vida. Y no podemos. Se sienten abandonados, condenados a morir sin dignidad. Les hemos fallado", narró Niamah.
"Un día conocí a un niño", continuó. "Su padre había muerto hacia una semana. Salía sangre de su boca, pero no teníamos donde tratarle. Se dio la vuelta y se fue hacia el pueblo. Pensé que ese niño iba a ir a su casa e infectar a toda su familia. Por favor, envíen sus helicópteros, sus centros, sus especialistas… Pero también lo básico. Hay hogares en Monrovia que no tienen jabón. Las escuelas y las universidades han cerrado, y se han dejado de prestar los servicios básicos. Mi país pende de un hilo. No podemos responder solos. Sin su ayuda, el ébola acabará con nosotros".
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